16. Heridas y verdades

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Permanecer en STAR Labs hasta altas horas de la noche era algo a lo que Caitlin estaba acostumbrada desde que empezó a trabajar ahí. Incluso antes de que el Acelerador de Partículas explotara, su trabajo siempre la absorbía hasta el punto en el que perdía la noción del tiempo y era una de las últimas personas en marcharse.

Aquello había cambiado en los últimos meses; con Barry llevándola a su departamento en cuanto su día terminaba, quedándose con ella, brindándole seguridad y noches libres de pesadillas... ya no había necesidad de quedarse horas extra en un edificio que, incluso si ella lo llamaba hogar, guardaba muchas memorias dolorosas. 

Hasta aquel momento.

Había tenido que volver a recurrir a viejos hábitos las últimas semanas. Ser capturada por un villano, reconstruir muros alrededor de su corazón para mantenerse a salvo, y pasar las noches en los Laboratorios como había hecho mil veces antes. No estaba segura de que aquello le gustara, no cuando empezaba a sentirse completa una vez más. Sin embargo, había algo más peligroso y problemático de lo que creyó al principio, y tenía que hallar una solución antes de que arruinara del todo una de las amistades que más apreciaba.

Nadie sabía de aquello, eso era obvio. Cisco había estado enfocando toda su atención a lo que había pasado entre ella y Barry, y el héroe no había reunido coraje suficiente para mirarla todavía después de lo que había pasado entre ellos. Caitlin no lo culpaba, pero odiaba ese deseo de volverlo a besar aún sabiendo que no volvería a tener la oportunidad. Había sido honesta cuando le dijo que era un error para él. La distancia fue inadecuada; habían estado bajo mucho estrés, y eso era todo. Una equivocación.

Acababan de tirar a la basura su amistad. ¿Y todo por qué? Por un momento de debilidad. Ella no tenía idea de qué lo había llevado a cerrar la distancia entre los dos; ¿tal vez el pensamiento de que semanas antes había estado a punto de perderla, o solo que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había estado cerca de una mujer de aquella manera? No importaba la razón. Caitlin se controló durante mucho tiempo, escondiéndose en fantasías que rodeaban la famosa pregunta «¿qué pasaría si...?» y manteniendo sus emociones a raya por la estabilidad del equipo. Por la estabilidad de su amistad. No había una excusa válida para lo que pasó.

¿Por qué —oh, por qué— él había tenido que sorprenderla de esa manera? ¿Besándola, dejándola con ganas de repetir la experiencia? Llevaba años conformándose con su presencia, con su voz, con su risa. Meses con sus brazos a su alrededor, brindándole calor en noches de invierno y tranquilidad cuando la acosaban las pesadillas. Sabía que su amigo era mucho más abierto que ella mostrando lo que sentía, así que no había forma de que él sintiera algo por ella. No había notado un cambio en los últimos meses, exceptuando lo mucho que parecían necesitarse el uno al otro. Pensar en aquella posibilidad solo era una pérdida de tiempo, y lo sabía. Era imposible y estúpido. 

Pero, bueno, ¿acaso «imposible» no era otro martes para ellos?

Se pasó las manos por los rizos de su cabello mientras se sentaba en el asiento que ocupaba habitualmente en el Córtex, suspirando antes de revisar las pruebas de sangre que se había hecho esa mañana. No habían sido las primeras y no serían las últimas que tomara, y aquello la estaba poniendo cada vez más cerca del borde de los nervios. 

Había hecho lo que sus instintos le indicaron: aislarse. Caitlin Snow nunca pedía ayuda, siempre se encargaba del problema por sí sola y lo resolvía. No iba a empezar a actuar de manera distinta en ese momento; no cuando meses atrás, Cisco estuvo asustado de que ella estuviera convirtiéndose en Killer Frost.

Además, estaba demasiado aterrada por sí sola. No quería que sus amigos se sintieran de la misma manera; no necesitaba más preocupación a su alrededor. 

Abrazos, secretos y piezas rotasजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें