06. Confusión

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Hoy actualicé dos veces, así que... si no han leído el anterior, regresen a él (?)




—¿Qué es lo que te molesta?

Barry miró con fijeza en dirección a la voz. Sus ojos se encontraron primero con los rizos de su cabello, luego se quedaron en sus labios un segundo más de lo que era adecuado y, al final, se encontraron con los de ella. Los dedos de la bio-ingeniera estaban entretenidos en su cabello haciendo que su cuerpo se relajara por primera vez en horas.

—¿Qué?

—Barry, te conozco, y sé que estás tenso justo ahora —Caitlin expuso con amabilidad—. ¿Quieres decirme qué está pasando?

¿Lo quería? No estaba muy seguro de ello. No cuando acababa de definir lo que sentía, la tormenta que se había desatado en su interior. Sin embargo, sabía también que no podía ocultarle nada.

—Creo que... estoy confundido.

—¿Sobre qué cosa?

—Mis... —él vaciló antes de decir—: sentimientos.

Caitlin tomó un respiro profundo. Aquello no estaba pasando. Era demasiado rápido, ¿no? Él no estaba hablando de ellos, eso era seguro. No era posible porque él...

—Iris me invitó a salir.

Ella suspiró con alivio. Al menos, eso fue lo que se dijo, ¿qué otra cosa iba a ser? En su rostro estaba la perfecta máscara que se había obligado a usar durante los últimos meses: la mejor amiga que se preocupa, que siempre está dispuesta a escuchar y a dar consejos cuando es necesario.

Con la excepción de que no era una máscara, al menos no del todo. Solo la parte en la que ella tenía que aparentar que no le decepcionaba ser solo... bueno, una amiga.

—Oh. —La palabra se escapó antes de que pudiera controlarlo; la decepción que había en su voz era obvia a sus oídos, y deseó poder golpearse en ese momento. ¿Qué había esperado? ¿Que, después de meses de estar a su lado y apoyarlo, de ser más cercana a alguien de lo que había sido alguna vez en su vida, él la vería de la misma manera? Esa pequeña esperanza que se había permitido tener se veía estúpida ahora. Ilógica. Él estaba destinado a estar con Iris, y ellos se amaban, ¿no? Nada iba a poder interponerse entre ellos.

Aunque, por otro lado, Barry no sonaba emocionado, solo cansado. Y ella sabía que algo estaba molestándolo. Le avergonzaba admitirlo, pero sabía que ahora estaba más familiarizada con su lenguaje corporal que antes.

—¿Y por qué eso te molesta?

—Esta no es la primera vez que intenta invitarme a salir —confesó él.

—¿Qué?

—Ya sé, es extraño —él respondió a las preguntas silenciosas que quedaron colgando en el aire—. Siempre pensé que ella era todo lo que quería, que era la única persona que me haría sentir completo..., pero me di cuenta de que... ya no la amo.

Se sentía correcto decirlo. Liberador. Era una verdad que había estado guardándose para él mismo durante tanto tiempo que cuando lo dijo en voz alta todo pareció encajar. Incluso si se lo había dejado saber a Cisco, soltarlo en la habitación de Cait a la mitad de la noche en una conversación que debían tener, se sintió mejor.

—Pensé que era lo que querías —Caitlin musitó, sacándolo de sus pensamientos.

Él frotó la parte posterior de su cuello. Con dificultad, claro, pues estaba acostado sobre las piernas de ella.

Abrazos, secretos y piezas rotasWhere stories live. Discover now