La ultima descendiente de la Luna °THE ORIGINALS°

Kol muerto

NARRA AMARIS.

Me detengo en seco al ver las llamas cada vez más fuertes, el aire se me agota y siento un fuerte dolor en el pecho que cada vez duele más. Elena está en frente mio sujetando mis hombros con fuerza mientras sus labios se mueven desesperados, dice cosas, cosas que no puedo ni quiero escuchar. Las cosas parecen haberse estancado, cada vez se siente más presencia en la habitación, todos centrando su atención en Jeremy.

Jeremy.

Me siento culpable. La culpa es tan fuerte que siento que en cualquier momento va a desgarrarme el pecho de tanto que duele.

Sin importarme las llamas sacó el pedazo de madera de su pecho y paso por encima de el inerte cuerpo sin mirarlo.

De un empujón me deshago del agarre de Elena, las personas empiezan a hablar más fuerte, hablandome a mi, yo no soy capaz de escuchar nada más que el corazón latiente de Jeremy.

—¡Amaris no!

—Lo mataste —mi voz sale en un susurro. Mi rostro está demasiado cerca del de Jeremy.

—Lo siento...—De pronto todos se callan, nadie dice nada, nisiquiera se si siguen respirando o siguen en la habitación —Pero tenía que hacerlo.

Siento como los huesos empiezan a dolerme, el característica dolor que tengo cada vez que me transformo, pero no se rompen, sólo duele, al igual que mis ojos arden y mis encías también.

—Lo mataste —mi voz sale rota, sale culpable y rabiosa. Espero su disculpa, espero que sea una broma, un mal sueño tal vez. Se suponía que los originales no podían morir, se suponía que Kol no podía morir.

No lo sabia.

Había. Hay un arma que puede matarlos.

Cuando Kol salió deprisa de la casa dejándome con dudas no pensé que iba a ser la ultima vez que lo vería con vida.

Al parecer Kol llegó a la casa de Elena con la única intención de matarlos, no de razonar con ellos, especialmente a Jeremy. Antes de que eso pase, ellos lo mataron a el. Según Bonnie, en defensa propia. No llegue a tiempo, corrí lo más rápido que pude para calmar a Kol y que nadie salga hetido. Cuando llegue lo único que vi fue el cuerpo de Kol con la estaca de roble blanco en su pecho y con el aspecto de un vampiro muerto. Llegué tarde.

—¡Amaris por favor! —Elena lloriquea detrás mio porque sabe mis intenciones, porque probablemente ella haría lo mismo, y al igual que yo no dudaría en vengar la muerte de un ser querido.

Pongo la estaca en el pecho de Jeremy en la posición perfecta para empujarla y causarle una muerte instantánea, una sensación enfermiza me ocupa el pecho al ver el pánico en su rostro. Me siento satisfecha.

—Amaris.

Me detengo.

Esa voz.

Elijah ha llegado.

Me separo de Jeremy sólo lo suficiente como para mirar a Elijah. Pero antes de dar con el me cruzó con unos ojos azules.

Unos ojos destrozados que me miran con miles de emociones imposibles de descifrar.

—Niklaus.

Dejo caer la estaca y me acerco a Niklaus. Me sigue con la mirada hasta que estoy a centímetros de él. Sus ojos miran el cuerpo de Kol y me obligó a hacerlo también.

Ya no esta en llamas, su cuerpo está ahí, con un agujero en el pecho y su piel seca.

Kol está muerto.