SEGUNDA TRANSFORMACIÓN.

5.2K 357 38
                                    

NARRA AMARIS.



La idea de dormir con Niklaus no fue tan buena idea como pensé ya que cuando se recostó a mi costado el cansancio que había estado reteniendo se esfumo por completo siendo reemplazado por las ganas irremediables de acurrucarme en su pecho y drogarme con su ya característico aroma que tanto me gusta. Sin embargo no podía darme el lujo de hacer, ya que, eso sería incomodo para él.


Estuve recostada en la cama tan tiesa que por un momento pensé que había perdido el movimiento en todo el cuerpo, estaba tensa y con la mirada clavada en el techo, las manos cruzadas en mi vientre y la respiración forzada.


Pasados unos minutos pude escuchar la respiración de Nicklaus mas cómoda, mas lenta. El a diferencia de mi si había podido conciliar el sueño y yo sin pensarlo dos veces quite mi mirada del techo para centrar la vista en su perfecto perfil y asegurarme del todo de que mi teoría era cierta, el estaba profundamente dormido.


Para tener una mas cómoda visión de él gire el cuerpo en su dirección, sin tocarlo, sin rosarlo y con mucho cuidado.


Se veía demasiado pacífico ahora, su semblante era neutro, su posición era fríamente calculada y cómoda al mismo tiempo, como si se permitiera un descanso sin bajar la guardia, como si estuviese esperando un ataque de quien sea, pero aun así se ve...tranquilo.


Y su tranquilidad me contagia.


Repaso cada uno de los ángulos de su perfecto rostro memorizandomelos, sus ojos, su nariz, sus pómulos, sus labios...


.................



No he podido dormir ni tan siquiera unos minutos y no es algo que no haiga disfrutado, ya que si me hubiese dormido no hubiese podido admirar al gran híbrido original mientras dormía, sin embargo sabía que eso no iba a ser eterno, que el en algún momento iba a despertarse y yo debía dejar de mirarlo si no quería que me sorprenda mirándolo pero no pude hacerlo, era hipnotizante, sin embargo cuando cuando vi un pequeño movimiento de su parte reaccione tan deprisa que en cuestión de segundos ya estaba tiesa mirando hacia el techo, fue tan rápido que Niklaus no se dio cuenta de nada  lo agradezco.


Recuerdo haber cerrado los ojos fingiendo estar dormida rezando porque no se de cuenta de mi ritmo cardíaco cosa que parece que no hizo.


Sentí la cama moverse y después la puerta cerrándose, seguido de eso, nada.


Se había ido.


Y ahora me encuentro bajo la regadera intentando quitar la incomodidad que siento en el cuello, pero a pesar de mis intentos por hacer que desaparezca han sido en vano, tal vez dormir un poco no habría sido una mala idea, pero no podía dormir tanto en el día, no era un koala.


Envuelvo mi cuerpo en una toalla y la otra la uso en mi cabello.


Amaría tener un secador de pelo en este momento, en serio que lo haría, ojala hubiese alguien que use una secadora en este lugar...


La ultima descendiente de la Luna °THE ORIGINALS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora