18: Terrores Nocturnos (I)

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Jacob

El subir la jaula fue muy fácil con ayuda de un jala cables hidráulico, así no tuvimos que arriesgarnos a que aquel aguijón letal nos perforara la garganta en algún descuido; el ruido que el infectado producía al estar dentro de la jaula era insoportable, tanto que Swatson usó una de las electro lanzas para callar a aquella cosa por un rato.

No nos habíamos percatado, pero solo nos quedaban poco menos de dos horas de luz solar antes de que la noche arribara, y con ella los night skin, no nos agradaba la idea de regresar ya entrando el anochecer, pero como estábamos a media ciudad, nos tomaría más de dos horas regresar por el mismo camino que habíamos tomado, ya que estaría repleto de infectados que pudieron sentirse atraídos por nuestra reciente actividad en el lugar. Sin opciones solo decidimos volver y acabar con esto de una vez.

Desde el interior del camión observábamos con las puertas del remolque abiertas como el sol descendía lentamente hasta tocar el techo de los edificios moribundos que en varios de sus pisos tenían todavía luces encendidas, lentamente la oscuridad se cernió sobre la ciudad y el aullido de la muerte azotó en cada persona que lo estuviese escuchando. El infectado se alteró nuevamente al escuchar aquellos aullidos terribles moviendo la jaula frenéticamente, azotándose contra los barrotes.

—Cierren ahí atrás, ya vamos a encender las luces —dijo el general.

—También denle otro par de choques a esa cosa, ese ruido no deja concentrarse a Raquel —comentó Colby.

—¿Cómo lo sabes si ella no ha dicho nada? —contesto Swatson al cerrar las puertas del remolque junto con Carlo.

—Porque ella está mordiéndose los labios.

—Malditos night skin hay montones de ellos en las calles —gruñó el general.

—Esas cosas salen hasta debajo de las piedras —murmuró Rassmusen.

Rassmusen pasó a un lado de la jaula y el infectado le lanzó su aguijón al cuello, pero él, atrapó aquel aguijón largo y carnoso que chorreaba el líquido negro de la sangre como si nada.

—Sí no fuese tan importante esta cosa le arrancaría la cabeza entera de una vez —comentó al tirar del aguijón y hacer que la cabeza del infectado golpeara la jaula, rompiéndole la piel de la frente.

El camión nos dio una fuerte sacudida.

—¡Cuidado! —reclamó Harley.

—Lo siento, fue un infectado que golpeamos —dijo Raquel—. Al parecer durante la noche se alteran más.

—Son los night skin. —Agregó Jake.

—¿A que te refieres con que son los night skin? —preguntó Tren.

—Las noches que me ha tocado estar de guardia los observo tratando de acercarse al perímetro. Los night skin son como guías, y aúllan para atraer a otros infectados. Básicamente ellos localizan la comida.

—¿Estás diciendo que los night skin piensan? Están muertos lo recuerdas —reclamó Swatson.

—Nunca dije que no lo estuvieran, solo... Por lo que he visto, esos infectados incluso parecen tener inteligencia. Puede que me equivoque.

—Jake esas son pendejadas muy grandes. Ya olvídalas —dijo Rassmusen luego de una carcajada.

—¿Tienes agua? —preguntó Jace—, la mía ya se me acabó.

—Claro tengo un poco en mi cantimplora.

La tomé del soporte de mi mochila y se la di en las manos.

Esperanza en la oscuridad (En proceso de publicación)Where stories live. Discover now