Capítulo 25

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Despierto después de muchas horas durmiendo. Lo sé por el poco sueño que tengo, aunque aún me pesa la cabeza. La habitación está vacía y a oscuras, lo que me hace recordar el lugar en el que estaba. Una alegría intensa me invade al recordar que ya no estoy ahí y que, por la visita del médico, también seré cuidado por los demás. Esto mejorará, pronto será lo de siempre, o lo que era antes de ser llevado al pueblo en cuarentena.

Escucho unos pasos acercándose a la habitación, haciéndome temblar de miedo. Aunque sé que ya no estoy ahí, una parte inconsciente de mí sigue asustándose con cosas similares al lugar. Cualquier cosa que se parezca me hace recordar con nitidez todo lo vivido allá.

Entra uno de los investigadores. No sé su nombre, pero lo reconozco entre los que estaban en el laboratorio el día en que llegué. Se ve mucho mejor, incluso las ojeras oscuras se están atenuando un poco. Quizá yo también mejore y me vea como él, y los demás pensarán lo mismo que yo al verlo. Eso me gustaría, sería hermoso poder verme mejor, aunque durante la tortura no me vi en un espejo ninguna vez, y ahora menos, pero tengo una idea del aspecto que debo tener, el que no es nada alentador.

Me deja un desayuno contundente sobre la mesa de noche. Creo que hace tiempo no veía tanta comida junta, y menos algo más que pan y agua.

El investigador me da la comida igual que a un niño. Por un instante olvidé que ya no tengo dedos y que nunca más podré hacer estas cosas solo, algo tan simple como tomar desayuno. Nunca me llegaré a ver como estaba antes de ir al pueblo en cuarentena, nunca más volveré a ser el mismo. Y no es solo algo físico, también hay algo psicológico que me hace pensar que la experiencia me marcó más de lo que debería.

Unos minutos después entra un doctor (o tal vez enfermero) que me cura algunas heridas que tengo. Aplica pomadas en las quemaduras y miles de cosas más para curar el daño físico. Siento satisfacción al ver como mi cuerpo va mejorando de a poco.

—Creo que es necesario que veas esto —dice el investigador después de que se va el doctor. Una pequeña sonrisa se asoma en su cara mientras me entrega el periódico. En la portada aparece una foto de investigadores, pero el titular dice "INVESTIGADORES TORTURADOS POR ESTAR CONTAGIADOS" seguido de la página en que la noticia está detallada. Con rapidez pone la página en que se encuentra la noticia y la lee en voz alta. Habla de la parcela donde investigábamos muestras falsas (tal como lo sospechaba) y luego las torturas. Por suerte no sale los nombres de los torturados, pero me asombra la valentía que tuvieron para informar eso al mundo a pesar de estar el riesgo de que los encuentren.

—Ahora debes descansar —dice una vez que termina de leer la noticia. Pero yo no quiero descansar, solo quiero ver a mi hijo.

—¿Dónde está... —me sorprende escuchar mi voz. Es casi un susurro siendo que hago mi mayor esfuerzo por hablar fuerte. Siento un fuerte ardor en la garganta después de lo poco que hablé.

—Él está bien —veo lástima en su mirada—. Ahora descansa mientras te recuperas

Me vuelve a dejar solo. ¡No! ¡no quiero que me dejen solo! Cuando lo hacen vuelven las voces diciéndome que debo torturar a los demás como ellos lo hacían conmigo. Escucharlas es algo horrible, tener que lidiar con el deseo de venganza que no es posible. No quiero hacer daño, pero las voces me dicen que lo haga.

Quizá deba decírselo a alguien. ¡Sí! Ellos están dispuestos a ayudar, así que eso sería la mejor opción.

Me levanto con gran dificultad de la cama y abro la puerta de la habitación como puedo. Ahí encuentro a varios investigadores reunidos en torno a una mesa, discutiendo frenéticamente. Vuelvo a entrar a la habitación y dejo la puerta abierta, escuchando la conversación.

—Sabes que tenemos que irnos —dice uno.

—No es algo que sea prudente hacer ahora cuando tenemos personas que cuidar —responde otro de forma dura.

—Es eso o que mueran acá con nosotros.

—Prefieres salvarte tú en vez de ayudar a nuestros compañeros.

—Si no lo hacemos nos encontrarán. Y bien sabes que no nos dejarán vivos. La tortura sería descartada inmediatamente

—Entonces, ¿cómo planeas llevar a los demás? ¿tienes algún plan?

Guardan silencio unos segundos, uno que se siente incómodo.

—Podríamos... salir de acá temprano, tipo 6 am. Llevamos a los torturados como se pueda hasta un recinto abandonado que conozco a unos 50 km de aquí.

—¿Planeas ir caminando hasta allá? —su tono es casi de burla, aunque no lo culpo.

—¡Por supuesto que no! Podríamos ir en la camioneta de Álvaro, el periodista.

—¿No crees que es muy pequeña para tantas personas? —vuelve a sonar incrédulo y sarcástico.

—Los llevaremos por tanda. Igual 50 km no demora más de una hora

Guardan silencio otra vez, aunque ahora la idea parece ser más aceptada.

—Podríamos llevar una tanda al día, para que no se den cuenta de que una gran cantidad de personas están migrando en un solo día —dice el que antes estaba incrédulo.

—El único problema sería cómo abastecernos allá. Ya sabes, lugares para dormir, equipo médico, todas esas cosas

—Llevemos cosas por tanda. Las camionetas tienen mucho espacio, el suficiente para poner objetos.

Los veo asentir por lo lejos.

—Tendríamos que llevar unas 5 personas por día. Eso nos da un total de 10 días, o más. Dependiendo de cómo se den las cosas.

—¿No son muchos?

—Sí, realmente lo son. Quizá podrían ser dos tandas.

Ambos vuelven a asentir y concentran la atención en la televisión, igual que todos.

Parecen ocupados, lo suficiente como para no decir mi angustia. Prefiero no molestar.

La idea de irnos de acá no me agrada para nada. No me imagino yendo a un lugar abandonado, uno con peores condiciones, a 50 km. Lo considero una locura, aunque dudo que vayan a considerar mi opinión siendo un torturado. Yo solo soy alguien que cuidar, no parte del equipo.

Vuelvo a la cama a dormir plácidamente como lo hacía hace unos minutos, dejando que las voces molesten, aunque sin prestarles atención.

Vuelvo a la cama a dormir plácidamente como lo hacía hace unos minutos, dejando que las voces molesten, aunque sin prestarles atención

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