Después de muchos años contaminando el planeta este finalmente ha caído: los polos se derritieron generando la aparición de enfermedades desconocidas y primitivas; los agujeros en la capa de ozono han provocado la masificación del cáncer de piel, el...
Antes no era así, la vida era completamente diferente hasta que la enfermedad nos invadió a todos... aunque no era una, sino varias enfermedades. Todo porque se les ocurrió investigar las áreas que estaban siendo afectadas por el calentamiento global —principalmente zonas polares como Alaska y la Antártica, pero en su mayoría el norte de Rusia—, en las que los hielos eternos estaban comenzando a derretirse. Obviamente no se informó por ningún medio de comunicación los problemas del calentamiento global —solo hubo algunos rumores—, pero después la información fue repentina y estuvo cargada de muchas más cosas, y, sobre todo, de las enfermedades.
Una comenzaba con un pequeño entumecimiento en las extremidades. La gente no le tomaba importancia porque el pequeño entumecimiento es algo común, pero esta enfermedad termina matando los tejidos al no permitir la circulación hasta que finalmente llega al cerebro o al corazón, terminando con la vida. Hubo un caso de una mujer que durante la noche sintió un leve entumecimiento en el brazo, al que no le tomó importancia. Pero al despertar el entumecimiento era terrible, además del frío que sentía. La mujer vio su brazo completamente azul mientras el pecho se tornaba morado, junto a algunos espasmos bastante violentos, lo que la preocupó tanto que llamó a emergencias. En la ambulancia la mujer cada vez respondía menos a los paramédicos que le preguntaban los síntomas, hasta que sus palabras terminaron siendo simples balbuceos. Al llegar al hospital ella no respiraba más. Los doctores solo encontraron a sus venas contraídas y a los tejidos muertos, pero no había una causa clara.
Otra enfermedad fue la que sufrió un famoso comentarista de las noticias, el que era muy querido por nosotros. Su familia contó a los medios que él comenzó en sus vacaciones por las playas de la zona central con un fuerte lagrimeo que no tenía razón de ser al no querer llorar. El comentarista solo se limpiaba las lágrimas, pero no le tomó importancia. Después las lágrimas se volvieron sangre y al final del día comenzó con un fuerte dolor en los ojos, los que después no pudieron ver y fueron haciéndose completamente blancos. Su familia lo llevó a emergencias. A diferencia del otro caso, los médicos le pudieron preguntar los síntomas de forma consciente, pero de un momento a otro la presión del comentarista subió muy rápidamente, terminando con su vida. Según la autopsia, lo que terminó con su vida no fue precisamente la subida de presión sino algo que se "comía" su cerebro, lo que empezó con sus glándulas lagrimales, su iris, córneas y coroides.
Muchos más casos como estos se presentaron, aunque esos fueron los primeros conocidos. Ambos fallecidos tenían algún tipo de relación con un investigador que fue a las zonas de derretimiento de hielos, lo que determinó el origen y la explicación de lo que ocurría: varios virus prehistóricos habían sido descongelados, los que por razones obvias eran indefendibles por el sistema inmunológico humano y no tenían manera de tratarse o de dar un poco más de tiempo de vida.
Pero eso no fue todo. Nuestras costumbres humanas terminaron por crear varios agujeros en la capa de ozono los que generaron una epidemia de cáncer de piel. Mucha gente moría por eso, casi la misma cantidad que las nuevas enfermedades, pero un grupo de científicos pareció dar la cura: una vacuna, casi infalible. Eso terminó por matar mucha más gente al tener productos tóxicos que provocaban la caída de la piel y luego de los demás tejidos por capas, una muerte lenta y dolorosa, mucho peor que las nuevas enfermedades que mataban en menos de un día. Los científicos se defendieron diciendo que las sustancias tóxicas estaban en muy baja cantidad usando como comparación las pequeñas cantidades de mercurio que hay en otras vacunas. Aún me pregunto cómo se permitió la difusión de una vacuna tóxica. Por desgracia, los efectos de la vacuna mutaron y se volvieron una enfermedad contagiosa a través de la sangre o la saliva, al igual que las varias enfermedades, con cosas como un estornudo o compartir un cepillo de dientes.
Por último, las condiciones climáticas provocaron un alza en el nivel del mar que terminó con varias islas y ciudades costeras, junto a la explosión de muchos volcanes y varios terremotos que terminaron con muchas personas, lo que nos hizo a pensar a todos lo mismo: era el fin del mundo.
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