IF NOT WITH ME│YOONTAE。o○.｡o○.

31.- La forma en que te necesito

Aparte de su madre, nunca nadie lo había cuidado con tanto esmero como TaeHyung, se dice YoonGi mientras el agua tibia recobra la temperatura normal de su cuerpo. Nunca nadie, repite luego, vestido con una sudadera y un holgado pantalón deportivo mientras TaeHyung se lleva a la cocina, contento, el plato vacío que minutos antes contenía una sopa mezclada con medicamentos.

YoonGi ha visto cómo el castaño se mueve de un lado a otro en un afán por confortarlo, aunque a ratos TaeHyung vuelve a caer en recriminaciones al insistir en que, si fue capaz de seguir su rutina de "trabajo", entonces bien pudo haberse comunicado con él sin ningún problema. "¿Cuántas veces quieres que te pida perdón?", tiene que repetir YoonGi y TaeHyung acaba soltando suspiros para después continuar cuidándolo, temeroso de que la fiebre le vuelva a subir. Sin embargo, la fiebre retorna y con ello los escalofríos regresan y YoonGi lo único que pide es que TaeHyung se acueste a su lado.

— Tae..., creo que moriré esta noche —exagera mientras se acurruca en su pecho.

— Eso te pasa por no haberme avisado antes de que te sentías mal.

— ¿Vas a seguir con eso? —cuestiona incrédulo, pero no es capaz de mirarlo a la cara, pues siente que sus ojos pesan y trata de apegarse aún más al cuerpo de TaeHyung, quien comienza a acariciarle la espalda.

— Mi mamá me ha enviado un mensaje cuando estaba en la cocina —habla el castaño al comprobar que YoonGi tan sólo sigue ahí, en silencio, aferrado a su cuerpo y con la respiración poco a poco más calmada, como si se estuviese quedando dormido.

— ¿Qué te ha dicho? —susurra entregado a las caricias del castaño.

— Que tu mamá y ella te aman y que duermas bien.

YoonGi sonríe al escuchar aquello y levanta la cabeza sólo para ver cómo reaccionará TaeHyung ante lo que tiene pensado decir.

— Tae..., también deberías decir que me amas.

— De... de... de qué estás hablando...

Lo ha conseguido, YoonGi ha conseguido ver cómo las mejillas de TaeHyung se sonrojan y del cómo parece olvidar que segundos antes estaba ensimismado en acariciar su espalda. Le gusta, le gusta ver cómo el castaño se muestra nervioso y se moja los labios sin ser capaz de esquivar su risueña mirada.

— Si muero esta noche, te arrepentirás por no habérmelo dicho —insiste YoonGi.

— No exageres..., sólo tienes un resfrío.

— Pero siento como si fuera a morir, me duele..., mi cuerpo duele... y mi garganta... y... todo...

— Entonces duerme...

— Si me das un beso de buenas noches.

— Me vas a contagiar tu resfrío —se excusa avergonzado ante la forma descarada en que YoonGi lo mira.

— Ya te contagié... en la oficina de SeJin...

— No... no digas eso, qué vergüenza —TaeHyung lo empuja con suavidad y sonríe al igual que YoonGi, quien se vuelve a apoyar en su pecho, agotado y adolorido a la vez.

Son tantas las emociones que recorren su cuerpo, que TaeHyung las atesora en su corazón, como si las retuviera en lo más profundo de su ser con tal de no olvidarlas jamás y, luego de que YoonGi termina por susurrar que duerma bien, el castaño dice que descanse y estira el brazo para apagar la luz.

No obstante, aunque las horas pasan, a TaeHyung le llama la atención que a pesar del extenso día aún siga sin poder conciliar el sueño, menos cuando rememora lo que hizo junto a YoonGi en la oficina de SeJin, menos cuando sus latidos se aceleran con tan sólo pensar en que por primera vez en su vida permitió que alguien llegase a tocarlo de esa forma.