21.- En silencio

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La mañana del último viernes de octubre se presenta con tintes grises, pero no llueve, tan sólo el cielo se mantiene cubierto de nubes y el frío obliga a las personas a mantenerse abrigadas. El clima ideal para que en algún punto el olor a chocolate caliente y waffles traiga gratos recuerdos de mañanas alegres en medio del invierno. La sonrisa de TaeHyung se ensancha mientras se remueve entre las infinitas almohadas que rodean la cama, en un afán sobreprotector de su madre para hacer que durmiese sin complicaciones. Entonces, todo se confunde; la sonrisa de su abuela a través de los recuerdos, el olor dulce que lo envuelve, la habitación que continúa con cajas de mudanza sin abrir, la presencia de alguien que abre las cortinas.

— El desayuno está listo.

TaeHyung se sienta sobre la cama, con las manos entre sus piernas y en total confusión intenta adecuarse a la realidad.

— ¿Qué haces aquí?

— Te vine a visitar, ¿no era eso lo que querías?

— Pero..., ¿qué hora es?

— Las ocho.

— ¿No fuiste a clases?

— ¿Tú qué crees?




Hoy podría ser uno de los mejores días para TaeHyung, piensa con la sonrisa plantada en su rostro sin importar demostrar lo bien que se siente, ahora más despierto, disfrutando del desayuno que YoonGi ha llevado a su cama.

— Me gusta que estés aquí —expresa abiertamente—. Mi abuela siempre me sorprendía con desayunos como éste.

YoonGi se pasea por la habitación de TaeHyung, revisa la estantería de libros, toma uno que otro entre sus manos y los hojea para luego volver a dejarlos en su lugar.

— Por cierto, no es que te esté comparando con ella, tan anciano no estás —bromea y sólo recibe como respuesta la mirada seria de YoonGi.

— Estás de muy buen humor como para estar convaleciente.

— Me he sentido mejor.

— ¿Te duele? —señala hacia la costilla del castaño claro.

— No, ya no... Ahora que lo pienso —cambia el rumbo de la conversación—, ¿por qué no fuiste a clases?

— No tenía deseos de ir.

— ¿Y... tu mamá no te regaña por faltar?

— No. Además, sabe que estoy aquí.

"¿Y tu papá?", desea preguntar, mas recuerda cómo cambió la actitud de YoonGi la vez en que expresó aquella pregunta en voz alta. De este modo, TaeHyung controla sus impulsos y guarda silencio, disfruta del último sorbo de chocolate caliente y luego, al ver que YoonGi se sienta a los pies de la cama, no sabe cómo destensar el ambiente, cómo aparentar que todo está bien, que no se siente nervioso, que su corazón no late con rapidez, que es incapaz de serenar sus emociones.

— Tenemos que terminar el informe de NamJoon —exclama YoonGi mientras coge la bandeja en la que llevó el desayuno para TaeHyung—. Debemos aprovechar el día.

— Bien... —responde perplejo.

Y continúa así en la ducha, perplejo al comprender que "aprovechar el día" implica estar junto al de pálida piel durante demasiadas horas, más horas que aquel domingo en que realizaron el segundo informe para NamJoon. Aprovechar el día, todo el día ¿hasta que oscurezca?, ¿hasta que YoonGi se tenga que ir a trabajar? Maldición, ¿seguirá con vida al terminar el día?, se cuestiona TaeHyung con la mano en el abdomen, sin saber disfrutar o no de aquel cosquilleo, de las llamadas mariposas en el estómago que jamás pensó sentir a causa de otro hombre.





IF NOT WITH ME│YOONTAE。o○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora