CAPÍTULO X = SIBERIA PT. 2

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Zemo sonrió abiertamente, ¡se había rendido! Era lo más natural, si ponía en riesgo a la chica, él se entregaría sin poner reparos

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Zemo sonrió abiertamente, ¡se había rendido! Era lo más natural, si ponía en riesgo a la chica, él se entregaría sin poner reparos. Le hizo una seña a la mujer que sujetaba a Lyna y esta la soltó. La chica tosió un par de veces e intentó acercarse a James, pero él la detuvo.

-¡Vete! – Le ordenó.

-No – gimió la chica – No voy a dejarte solo, no debes ren...

-¡Qué te vayas! – Gritó con furia – Vete y ponte a salvo.

Lyna caminó a paso veloz, mientras que de sus ojos azules brotaban lágrimas de desconsuelo e impotencia. Se detuvo a unos escasos metros y suspiró, mirando en dirección a James que caminaba conducido por Zemo; él también la contempló, dedicándole una mirada de tristeza, mezclada con amor infinito; parecía una despedida. ¡James no tenía porque entregarse! Le dolía en el alma tener que irse y abandonarlo aunque... ¡Steve tenía que estar por alguna parte! Él y el resto de los Vengadores seguramente habían acompañado a Bucky. Debía encontrarlos y pedirles que ayudaran a James.

Helmut miró a Bucky, estaba derrotado y a su merced. No cabía duda que el amor volvía débiles a las personas; pero también se podía sacar provecho de ello. Se detuvo a mitad de la estancia y caminó alrededor de James, quién lo miraba desafiante.

-¡Qué fácil fue someterte, estúpido! – Dijo Zemo con burla - ¡Lo que hace el amor! Cegar a las personas, pensar que todo es color de rosa y que los elefantes pueden volar – Exclamó sonriendo - ¡Pero no! No es verdad, ¡el amor solamente embrutece! ¡Mírate tú! ¿Crees que ella va a sobrevivir sola allá afuera? Tengo cinco más como tú a mi servicio.

-Dirás tres – Sonrió Bucky – Ya nos deshicimos de dos.

-¡Mientes! – Gritó – Ellos son los mejores, ¡mucho mejores que tú!

-Tenemos un Hulk – Se burló el Soldado – Tenemos al Dios del Trueno – se rió - No son gran cosa para ellos.

-¡Imbécil! – Gritó de nuevo y lo abofeteó, pero guardó la compostura – James, James, James, ¿acaso no lo entiendes?

-¡No me llames así! – Bufó Bucky sujetándolo del brazo y torciéndoselo.

Zemo se quejó y apretó los ojos; el dolor era terrible: - Ya tengo lo que quiero – Dijo Zemo entre dientes – Tú – Le explicó – Tú serás quién lleve a cabo mi venganza.

-¡No! – Le respondió Bucky – Si quieres vengarte, ¡hazlo por ti mismo, rata cobarde! – Gritó – Yo ya no seré el títere de nadie – Exclamó y lo apretó con más fuerza.

Helmut Zemo esbozó una mueca de dolor, ¡suficiente! Si no lo controlaba a tiempo terminaría por asesinarlo. Así que con toda sus fuerzas exclamó en voz alta: - Anhelo – Dijo entre dientes y Bucky se tensó – Oxidado...

-¡Basta! – Murmuró Bucky aflojando su mano.

-Diecisiete, amanecer, horno – Continuó Zemo con más fuerza.

STOCKHOLM SYNDROME (TERCERA TEMPORADA)Where stories live. Discover now