Juno.
Los primeros meses de universidad con Dylan fueron geniales, a pesar de no estar en la misma habitación porque había residencia para chicas y otro para chicos, pero aún así era maravilloso compartir mucho tiempo con él. Los meses, las semanas y los días comenzaron a volverse más pesados, los exámenes y los trabajos me provocaban demasiado estrés, provocando también que estar con Dylan fuera literalmente una carga. Fue ahí cuando todo cambio para mal y las peleas empezaron.
— ¿Quieres salir por sushi? — dijo Dylan acostado en la cama mientras estaba en el escritorio organizando mis pendientes, mi compañera de habitación se la pasaba fuera por lo tanto Dylan aprovechaba para venir.
— Estoy algo ocupada.
— ¿Qué haces? — dijo colocando sus brazos alrededor de mí —. ¿Quieres que te haga un masaje en los hombros?
— Lo que quiero es que me dejes terminar, por favor.
— ¿Y tú puedes dejar de actuar así? Ya casi no hemos compartido tiempo juntos, sé que la universidad es estresante pero si realmente quisieras, harías tiempo para ti y para mí, para estar juntos.
— La cosa es que realmente no quiero — respondí levantándome y confrontándolo —. El problema no es la universidad, porque a pesar de toda la carga la estoy disfrutando, el problema es que nuestra relación es lo que no estoy disfrutando.
— ¡Pues yo tampoco! ¡Y yo no tengo la culpa! He tratado y tratado de hacer que esto funcione pero no quieres, y yo ya no sé que hacer.
— Puedes irte, seguir adelante con tu vida, hay muchas chicas en el campus que mueren por estar contigo.
— ¡Pero yo te quiero a ti!
— ¡Yo no! ¡Ya no quiero estar contigo! — Dylan estaba apunto de decir algo pero se quedó callado, cerró su boca y sus ojos me dedicaron una mirada rota, rota al igual que su corazón.
— Finalmente lo admites, ya me lo esperaba. Esto debió acabar hace mucho ¿sabes? — mi boca comenzó a temblar, señal de que las lágrimas no tardaban en salir.
— Yo... No sé que decir, Dylan...
— Al menos puedes decir adiós, pero yo te haré el favor — Dylan tomó sus cosas y salió por la puerta —. Adiós Juno, te veo en el campus — dijo antes de cerrar la puerta completamente e irse. Cerré los ojos y respiré profundamente, dejé que cayeran una o dos lágrimas de mis ojos y para distraerme seguí haciendo lo mío.
— ¿Todo bien? — preguntó mi compañera, Sam, al encontrarme en la cama llorando mientras veía las fotos de Dylan —. ¿Terminaron? — la miré y asentí con la cabeza, Sam se acercó y me abrazó mientras yo sollozaba.
— Ya no estaba funcionando, tenía que terminar tarde o temprano. No sentía lo mismo, no era lo mismo en absoluto.
— Lo sé, eso suele pasar, el tiempo pasa y las relaciones terminan. En estos meses pude ver lo mucho que ustedes se amaban, y si el destino realmente lo quiere, encontrarán su camino de vuelta.
— En estos momentos no puedo pensar en el destino.
— ¿Puedes pensar en una fiesta? Tal vez eso te suba los ánimos — dijo con una mirada cómplice, no pude evitar mirarla y sonreír.
Le dije a Dylan que siguiera adelante, y eso hizo. Los siguientes días Dylan estaba con sus amigos, sonriente y feliz, yo también hice lo mismo y seguí adelante, concentrándome en clases y esta vez dándome tiempo para mí y mi vida social.
YOU ARE READING
Todo menos casarse
Teen FictionSegunda parte de Todo menos besar, es necesario leer la primera parte si se quieren evitar spoilers y poder entender más la historia. "Si tienen suerte, su amor durará para siempre" Juno Stuart y Dylan Carrison eran dos chicos que por diferentes c...