Capítulo 7: Lo inesperado

1K 89 9
                                    

Juno. 

Regresamos a Nueva York y por consiguiente a nuestra rutina diaria, que sonará extraño pero para mí es mi rutina favorita. Dylan simplemente lo mejoraba todo, mejoraba mi día cuando ambos regresábamos del trabajo y nos compartíamos un poco de amor.

Mientras terminaba mi artículo en mi oficina, una tarjeta llegó. 

— Al parecer es de una admiradora secreta — dijo Bethany, la recepcionista.

— Wow, es la primera vez que sucede esto.

— Escribes de maravilla, todos deberían escribirte cartas y halagarte — miré a Bethany con una sonrisa. 

— Gracias, muy amable de tu parte — Bethany salió de la oficina y abrí la carta sin nombre.

"Un día estaba en el salón de belleza, mientras esperaba mi turno vi una revista, y nunca pensé encontrarme tu nombre en una de las secciones. Juno Stuart, sabía que algún día ibas a triunfar. Con amor, tu admiradora secreta y una vieja amiga"   

No podía imaginarme a alguien conocida escribiendo esta carta, realmente no identificaba ni recordaba a alguien que pudiera haberme escrito. Era algo inesperado, pero bonito a la misma vez. 

Terminé el artículo, pero seguía pensando en esa carta y en quién podía ser esa persona, no me dejaba de dar vueltas por la cabeza. Salí del trabajo un poco más tarde de lo normal debido a que cómo me había ido a Denver; mi plazo para terminar el artículo era corto. Dylan me había enviado un mensaje diciendo que llegaría tarde al departamento porque le llegó un nuevo caso que era algo extenso. Lo primero que hice al salir obviamente fue ir por algo de comer, y luego fui a hacer algunas compras.  

— Seguramente todo lo que se encuentra en esta tienda te ha de quedar maravilloso — dijo una chica mientras revisaba algunas prendas. Cuando levanté la mirada, me encontré con unos ojos y un rostro muy conocidos, no podía creer que estaba viendo a la misma Helena Stacy.  

— ¡Helena! — ella rio ante mi reacción y nos abrazamos —. Wow, te ves muy bien — dije mirándola sorprendida y sonriente.

— Igual que tú, señorita escritora — y fue en ese momento cuando todo hizo click.

— ¿Eres mi admiradora secreta? — Helena asintió con la cabeza.

— Siempre lo he sido — no pude evitar volver a abrazarla.

— En definitiva tenemos que ir a tomar algo y contarme todo lo que ha ocurrido contigo.

— Digo lo mismo Juno, tenemos mucho de que hablar. 

Fuimos a un café y comenzamos a hablar sobre lo que ha sido de nuestras vidas.

— Siempre supe que Dylan y tú iban a durar mucho, son tal para cual.

— ¿Y a ti que tal te va en el amor? Me imagino que tienes a muchos detrás de ti con lo maravillosa que te ves. 

— Me di cuenta que los chicos no son lo mío, nunca tuve esa suerte cómo tú.

— ¿O sea que cambiaste de bando? 

— Sí, totalmente. Conocí a una chica en la universidad, ella fue quién hizo cambiar mi perspectiva respeto a quién quería, y cuando menos lo imaginamos, nos dimos cuenta que lo que sentíamos era más que amistad. 

— ¿Sigues con ella?

— Sí, la conocí en el último año de universidad y ambos decidimos vivir juntas aquí en Nueva York, quién diría que la misma Juno Stuart se encontraba aquí y nunca lo supe.

— ¿Inesperado no? — ella asintió.

— Debo de admitir que ya sentía algo por las chicas mucho antes de conocer a Amber. 

— ¿Enserio?

— Sí, creo que me llegó a atraer por un tiempo la novia de mi ex — dijo dando un sorbo a su café, y segundos después entendí lo que había dicho, haciendo que casi me ahogara.  

— ¿Te sentías atraída por mí?

— Sí, pero fue hace mucho tiempo, lo único que espero ahora es tener tu amistad y tu apoyo — sonreí.

— Siempre tendrás mi amistad y mi apoyo — seguimos hablando y hablando, hasta que llegamos al tema del matrimonio.

— Tal vez un bebé cambie las cosas — dijo.

— No, no lo digas ni en broma, un bebé es una gran responsabilidad, primero quiero disfrutar lo que es el matrimonio. 

— Amber y yo hemos hablado sobre el matrimonio, pero nos dimos cuenta que podíamos ser felices sin casarnos, lo que queremos es un bebé. 

— Piensas igual que Dylan respecto al matrimonio. Wow ¿un bebé? Eso es maravilloso.

— Aunque tenemos miedo, porque todavía hay personas ignorantes por aquí.

— No les hagas caso. Si algún día llegan a tener un bebé, en definitiva ese bebé será totalmente afortunado, y espero que me nombres madrina. 

— Claro que lo haré — dijo con una sonrisa.


~~~ 

Dylan.

Saliendo del trabajo fui a dar una vuelta por Times Square, Juno me había llamado para decirme que se había encontrado a Helena e irían a charlar un poco, así que tenía tiempo para ir a dar una vuelta. Estuve paseándome por muchas tiendas, pero inesperadamente me encontraba entrando a tiendas de vestido de novias y trajes para novios. Por primera vez me imaginaba a Juno con un vestido de novia, y a mí con un traje adecuado y especial para esperar a que esté a mi lado en el altar. 

Fui a una joyería para ver los anillos de compromiso, todos eran preciosos, pero no tenían ese algo, esa cosa especial que tenía el anillo que mis padres me habían dado. Por más ridículo que suene; siento que ese anillo fue especialmente hecho para que esté en el dedo de Juno, para que yo me pusiera de rodillas, le hiciera la pregunta y colocará el anillo cuando ella diera su respuesta.  

Después de estar soñando despierto, salí de la tienda y seguí caminando, hasta topar con Juno y Helena saliendo del café.

— ¡Dylan! Qué gusto verte — dijo Helena. 

— El gusto es mío. Vaya, ha pasado mucho tiempo, y te ves muy bien.

— Gracias, igualmente. Tienes que saber que me hace muy feliz que Juno y tú sigan juntos, eso para mí es amor de verdad — sonreí.

— Gracias Helena. 

Nos despedimos de Helena con abrazos para después irnos al departamento. Juno me contó respecto a que Helena ahora le gustaban las chicas. 

— Eso sí que no me lo esperaba — respondí mientras entrabamos al elevador.

— Ni yo, pero ella se ve realmente feliz y muy enamorada de su chica.

— La entiendo completamente, yo siento lo mismo por la chica que se encuentra a mi lado — una bella sonrisa apareció en su rostro, aproveché que solamente estábamos nosotros en el elevador para poner su espalda contra la pared y besarla apasionadamente, así hasta que llegamos a nuestro piso.


Capítulo editado

Todo menos casarseWhere stories live. Discover now