Epílogo

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Era un día soleado en Nueva York, Central Park se encontraba repleto de personas; y claro, de momentos. 

Una chica de cabello rojo junto a un chico estaban corriendo detrás de su hija entre risas, con un perro acompañándolos. La pequeña era idéntica a su madre, pero podía decir que tenía la mirada encantadora de su padre. 

— ¡Te atrapé! — dijo su padre tomándola de su pequeña cintura y alzándola. 

Los tres siguieron jugando alrededor de Central Park; y de todas las personas que estaban ahí, ellos tenían una chispa diferente pero totalmente especial. 

— Es hermosa ¿no lo crees? — dijo Juno Stuart, la chica de cabello rojo, mientras miraba a la pequeña y su perro jugando con otros niños. 

— Al igual que su madre — dijo Dylan Carrison, el chico que le dedicaba una mirada llena de amor y dulzura.

A la pequeña la habían llamado Hallie, el nombre de la abuela de Juno, que alguna vez les dijo a estos dos enamorados que si tenían suerte su amor duraría para siempre.

Y así fue.

Esta historia de amor fue más que una historia de amor de adolescentes, fue una historia totalmente distinta que muchos deberían conocer. 

"Había una vez, una chica que no creía en el amor.

Había una vez, un chico al que le rompieron el corazón.

Ambos esperaban al amor indicado.

Y lo consiguieron." 

Ciertas historias te pueden volver a hacer creer en el amor, y ciertas personas también.

Dylan Carrison hizo creer a Juno Stuart, y Juno Stuart hizo creer a Dylan Carrison.

Y todo empezó con una simple regla. 

Todo... menos besar.  





Nota de la autora: En definitiva, estoy muy emocional:( estaré publicando extras sobre el nacimiento de Hallie, Juno y Dylan en la universidad, así que aún no publicaré agradecimientos formales. Solamente les doy gracias por seguir aquí y que los amo con todo mi corazón.  


Epílogo editado

Todo menos casarseWhere stories live. Discover now