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Ya habían pasado dos días desde aquella tarde, mis mejillas aún se sonrojaban de solo recordar nuestra cercanía. Pasamos toda la mañana hablando de libros, sentados uno junto al otro, nuestras esencias mezclándose. Un suspiro dejo mis labios, no lo eh vuelto a ver desde aquella tarde, y no estoy seguro de si agradecerlo o enojarme por ello.

últimamente todos parecen mucho más estresados, sobre todo los jóvenes Lords, y claramente sus sirvientes. Ninguno de ellos tiene a alguien que los ayude, la mayoría vino con unos cantos guardias, sus escuderos y unos cuantos sirvientes, dudo mucho que alguno de ellos haya logrado algo durante estos dos días en las cocinas.

Dos de ellos, Murphy y hawk, son aquellos que solo viven a un par de días en barco desde aquí, por lo que la misma noche en la que hice oficial la nueva competencia, enviaron cartas a sus hogares en busca de ayuda, los demás intentaban arreglárselas como pudieran, a Hans y a Riley los eh visto en la biblioteca de palacio buscando libros que puedan ayudarlos, aunque ahora supongo que Hans solo estaba en mi búsqueda.

Ya cansado de estar solo, sin hacer nada en mi habitación, me levante y pensé que podría hacer, los libros que me entrego Sam eran muy buenos, pero de solo tomar los libros recordaba a Harry tan cercano a mí y mis mejillas volvían a ser rosadas. La biblioteca ni pensarlo, si solo ver los libros me recordaba a él, no me imagino como seria volver a ese lugar, podría ir a la habitación donde mis hermanas bordan junto a mi madre, no muy aburrido. Mi única opción era pasear por los jardines y observar el bosque desde allí.

Sin más que hacer emprendí mi camino, al llegar a las escaleras Hans venia subiendo, y chocamos en el peldaño, el me tomo de la cintura para que no cayera por las escaleras, me solté rápidamente y golpe suavemente su pecho.

-debe tener más cuidado, joven Stella

-lo mismo digo príncipe. -él se me quedo mirando, como si luego de decirme príncipe se diera cuenta de quién era. -Lou, puedo hablar contigo?

-claro Hans, ¿paso algo?

-la pregunta debería ser si te paso algo a ti, ¿te golpeaste la cabeza?, ¿cómo se te ocurrió hacernos cocinar, quieres que envenenemos a tu gente?

Rei ante sus palabras, ¿estaría realmente enojado?, lo mire atento, esperando que siguiera hablando.

-ayúdame. -iba a decirle que no podía, pero él me interrumpió. -solo, a elegir las recetas y si tienes algún secreto o algo...por favor.

Lo miré fijamente, iba a negarme nuevamente, pero no todos los días tienes a tu alfa amigo rogándote por ayuda, sonreí y luego, burlón, asentí hacia él. Él me sonrió agradecido y saco un papel de su bolsillo.

-vamos a la biblioteca y me ayudas

No pude negarme, cuando el tomo mi muñeca y tiro de mi sin siquiera esperar mi respuesta. Por suerte logre que nos sentáramos en otro lugar, a mi omega no le gustó la idea de otro alfa en nuestro lugar.

-bien, déjame ver la lista

Extendí mi mano y le inspeccioné, había algunos un tanto difíciles para alguien recién comenzando, y otras mucho más fáciles.

-te recomendaría hacer cualquiera de los caldos, los de carne no siempre son más fáciles, has uno de verduras, el de espárragos es fácil o la de tomates. -seguí mirando la lista. -no te recomiendo hornear, por que necesitas conocer demasiado los tiempos y probablemente la masa te quede grumosa al principio, por lo que si quieres hacer algún postre, un flan de vainilla o mousse con futa.

Hans asintió a todo lo que le dije, subrayo mis opciones y a un lado anoto todo lo que dije sobre cada receta, me levante y me despedí antes de que se diera cuenta, yo ya estaba nuevamente camino a los jardines, aunque no me atrae mucho el estar solo en los jardines, me desvié y decidí ir de todas formas a la sala de bordado de mis hermanas y molestar un poco.

The Fate Of Your Life (L.S)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant