Epilogo

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Su cuerpo estaba exhausto, pero se sentía pleno. La marca se veía rojiza luego de reabrirla un par de veces durante la noche y mi pareja aun dormía entre sus brazos, leves suspiros dejando sus labios.

Bese sus cabellos, mucho más largos que hace ya varios años cuando nos conocimos, y deje que mis dedos dejaran leves patrones en su espalda, una leve estela fría también dejada por los anillos que ahora adornaban constantemente mis dedos.

El sol entraba por las ventanas descubiertas poco más allá de la cama donde yacíamos, un viento primaveral moviendo la copa de los árboles. El momento era muy pacífico y desearía que se quedara así para siempre, pero ambos teníamos deberes a los que atender y, aunque nos hayamos escapado solo por una noche, el palacio debe estar en movimiento desde el alba, sirvientes caminando por todos lados, procurando que todo estuviera listo y que los invitados estuvieran cómodos, barcos aun anclando y gente preguntando por nosotros.

Lottie iba a matarnos si no llegábamos antes del mediodía.

-buenos días alfa. -su voz fina, pero rasposa, susurro en mi oído. -feliz cumpleaños, espero tu sorpresa adelantada haya sido de tu agrado.

Una sonrisa ladina creció instantáneamente en mis labios con sus palabras. Sus gemidos bajo mis caricias eran el mejor regalo que podría darme. Lo gire bajo mío, mis antebrazos junto a su cabeza, mis piernas a cada lado de sus caderas, la manta que nos cubría ahora en el suelo, dejando nuestros cuerpos desnudos, solo los rayos del sol tocando suavemente nuestra piel.

-muy buenos días omega. -baje mi rostro y le bese profundo. Me sostuve solo con un brazo mientras el otro vagaba por su silueta. Sus ojos se cerraron entre cansados y anhelando más.

Un toque ligero sobre sus pezones, mis anillos dejando su camino helado por su cintura y mis dedos acariciaron su estómago, una leve protuberancia lo levantaba. Mi alfa gruño satisfecho con la obra de arte que era el omega frente a mis ojos, cubierto de marcas por cada vez que nos unimos nuevamente durante nuestra noche de placer, mismas marcas que debían estar duplicadas en mi cuerpo.

-pronto será medio día, amor. - nuestras miradas se conectaron, todos nuestros sentimientos transmitiéndose por la marca que nos unía. - Lottie ya debe estar esperándonos.

Ambos dejamos escapar un suspiro, eran muy pocos y contados los momentos de privacidad como este. El reino había crecido bastante desde que Louis tomo su puesto como rey y nuestro contacto con reinos aliados era mucho más constante, nuestras manos estaban llenas controlando y mejorando dentro de lo posible los problemas de nuestro pueblo, el trato constante de los otros reyes y nuestros propios problemas personales.

Luego de un último beso pasional nos levantamos y buscamos nuestras ropas. La cabaña escondida en lo profundo del bosque se volvió nuestro lugar especial desde que Louis se perdió en la nieve, era nuestro escondite de los títulos, la etiqueta y las miradas juzgadoras constantes.

Llegamos a palacio poco después y pasamos casi desapercibidos entre el tumulto de sirvientes caminando de un lugar a otro, hasta que logramos subir las escaleras.

Lottie estaba allí abrazando a Felicite, un morral de cuero en el suelo, y cuando su mirada paro en nosotros su ceño se frunció y sus manos apretaron aún más a felicite contra sí.

-se dignaron a llegar, altezas.

Felicite se separó del abrazo y voló hasta los de Louis, si no fuera por mi brazo tras su espalda ambos habrían caído por las escaleras.

-que tal tu viaje, fizzy?

Ella se separó de Louis y esta vez me abrazo a mí, era bueno tenerla devuelta entre nosotros.

The Fate Of Your Life (L.S)On viuen les histories. Descobreix ara