Al abrir la pierna no pude más que ver un hermoso arreglo floral con rosas rojas y un solitario lirio, mi flor favorita.

—¿Señora Katrina? -asenti con mi cabeza ya que las palabras no salían de mi boca. —Esto es para usted, firme aquí por favor -tendió una tabla y yo con mano temblorosa hice una firma nada entendible.

No lo podía creer, la rabia corría por todo mi cuerpo ¿Cómo se atrevía? Tendría que hablar con Marco sobre esto, ya eran dos arreglos que tiraba a la basura

Entre a la casa con él arreglo entre mis manos, una tarjeta salía de ella.

“EN MEMORIA DEL AMOR QUE ESPERO QUE AUN CONSERVES EN TU CORAZÓN, SIEMPRE TUYO EMM.

PD FELIZ SAN VALENTÍN”

«Dioses, me muero, por todos los dioses de las esposas todavía enamorada de su cruel marido apiadense de mi»

No lo podía creer, leí la pequeña tarjetita una y otra vez para darme cuenta que se trataba de él, venía de el no de Marco, sino de Emmanuel

—¿Te gustó? -su voz a mi espalda tan cerca de mi me hizo cosquillas en la nuca, para usar muletas debo confesar que es muy sigiloso.

—Si -mis traicionero corazón latía aceleradamente, no me giré hacia él no quería que viera mis ojos empañados de lágrimas, no quería que notara lo afectada que había quedado por él hermoso detalle, pero era imposible no sentirme así, hacía tiempo que no recibía un detalle de él y el hecho que recordara que día era me volvía loca, ganas de comermelo a besos como hacía cada vez que pasaba esto.

—¿Segura? Estás muy seria -acercó su rostro a mi cuello hundiendo su nariz en mi cabello, cerré mis ojos inclinando mi cabeza en una invitación silenciosa.

«Tocame, besame, ámame »

—Me encantó, gracias- dije en un susurro

—Entonces si te gusto, demuestramelo -aparto mi cabello de mi cuello sustituyéndolo con su lengua caliente y húmeda que subió desde mi hombros hasta llegar al lóbulo de mi oído dejando  un pequeño mordisco en el, mis piernas temblaron si no fuera por la vitrina de la cual estaba aferrada ya estuviera en él piso.

—¿Cómo? -le pregunté pues no creí haber entendido bien.

—Deja te muestro como -agrego a mi pregunta. Pronto escuché como bajaba el cierre trasero de mi vestido que comenzaba desde el cuello hasta la cadera, sus manos grandes y ágiles dejaron caer mi vestido al piso, todavía de espalda a él sentí su duro cuerpo restregándose en mi trasero, su mano acariciaba mi cuello después bajo los tirantes de mi sostén negro de encaje a juego con la tanga que llevaba.

—Mmm sabes lo que me encanta verte con este tipo de trapitos -si lo sabía, y por eso me había comprado varios conjuntos nuevos, si él jugaba conmigo yo también podía jugar con él.

—¿Y la comida?

—La comida serás tú.

Dicho esto me giró sobre mis talones y al quedar en frente de él fue como volver en él tiempo 11 años atrás, y volví a sentir  los mismos nervios, las mismas ganas y la expectativa, sus ojos negros llenos de deseo, hambriento de algo más.

Me besó con ganas, deseo, caliente, voraz, me transportó a otro mundo, otro espacio donde solo existimos nosotros dos, su lengua maestra penetraba mi boca recordando que le pertenecía.

Sus manos bajaron a mi vientre y rápidamente se deshizo de mis bragas, después me tomo por la cadera subiendome a la vitrina.

—Te vas a lastimar -le reñi, ya que el mueble era alto.

—¿No te han dicho que es de mala educación interrumpir en la comida?

No entendía bien a qué se refería hasta que sentí sus besos en lo más profundo de mi ser, su cabeza enterrada entre mis piernas, su lengua caliente masajeando mi punto más sensible.

—Emm…

—Lo se mi amor, anda hazlo para mi.

Los sentidos se despertaron, me vi en el paraíso rodeada de lirios blancos, estalle, fue intenso glorioso, él mejor orgasmo que había experimentado en mi vida.

Lentamente Emm se apartó de mi, solo para bajarse los pantalones y en una sola embestida me llenó por completo, con fuerza.

No me importaba, entendía su necesidad, yo también sentía eso, una infinita necesidad de él, sentirlo y volver a ser los chicos de hace 11 años que se amaban con uñas y dientes.

—Kati, Kati, te... amo.. mucho…

Y con eso rompimos llenos de placer, sus palabras me llegaron hasta él alma, las lágrimas salieron sin pedir permiso, él me ama, todavía me ama.

—Te amo… EMM. Te amo…

—¿Todavía tienes hambre? -le pregunté a Emm, estábamos en la alfombra de la sala después de cansarnos de la vitrina.

—Si, tengo hambre, pero no de comida.

—Emm, te vas a lastimar.

—Que va, él doctor dijo que tienes que poner de mi parte para mi pronta recuperación.

—Si, y lo hago, te doy tus medicamentos a tus horas, tus comidas.

—Bien, pero si entiendes que tu eres parte de mi, y que necesito muchos besos y caricias para recuperarme.

—Mi amor, yo te llenaría de besos y caricias para que estuvieras mejor.

—Y ¿Qué esperas?...

Feliz día de San Valentín 💋
Le dejó un capítulo más, algo corto lo sé, pero tengo que entrar a trabajar.
Espero que se la pasen muy bien que me las apañachen mucho, me las llenen de besos y caricias y regalos. Y ustedes también den mucho amors
Las adoro
Con mucho cariño anny
Anny

INFIELES Where stories live. Discover now