Los hijos de los Vengadores.

19

Londres, Gran Bretaña.

Cuando el Capitán lleva un tiempo en el suelo, los siete se deciden acercar, encontrando al héroe inconsciente.

-¿Segura que era una flecha eléctrica y no venenosa?

Del comentario de Aiden no produce ninguna gracia en la Capitana, agachándose y comprobando que su padre sí tiene pulso pero carece de reflejos.

-Está en coma.

La declaración de la joven sorprende a todos, encargándose de cargar el cuerpo del súper soldado al quinjet y luego introducirlo al helitransporte.

-¿Estáis bien? Lo vimos todo por las cámaras. -Laura es la primera en llegar, examinando a su hijo, el que agarra la pierna derecha de Rogers.

-Mamá, estoy bien, pero dejaré de estarlo si no traéis una camilla pronto.

Sus hermanos obedecen, ayudando a acomodar al moreno en el lugar.

-¿Cómo es posible? -Pregunta Sharon una vez certificaron el estado vegetativo.

-No lo sé, disparé una flecha y lo electrificó, lo siguiente es esto.

-Isabella, -Llama el chico Stark. -mira esto.

La rubia se acerca, observando la pantalla como él.

En el momento que la flecha suelta la electricidad, un halo verde cubrió al padre de la chica, un halo verde de Loki.

-Bastardo, él lo indujo al coma para que no hablara, sabía que lo íbamos a capturar.

-Pensé que acordáramos que no se referiría así a mi tío lady Rogers. -Interviene la princesa. -Se lo advertí, con Loki no hay planes que valgan.

-Ah, muy bien, se te ve muy tranquila. Te acuerdas de que tu padre está bajo el control de ese tarado, ¿verdad? Porque creo que se te olvidó y por eso estas ahí sentada jugando con el martillo lanza rayos y comiendo tostadas de mermelada de albaricoque.

-Me acuerdo mucho mejor que usted lady, me es imposible olvidarlo. De echo, cuando su señor padre nos derribó a mi y a Stark al suelo, ¿en que pensaba usted? Porque yo solo pensaba en que estábamos a punto de morir todos con otro golpe y usted estaba allí tan tranquila en medio del puente.

-¿En qué pensaba? Era mi padre al estabais electrocutando.

-Sí, y era mi cuerpo el que estrelló con su escudo. Fue mi pueblo al que puse en peligro al traer de nuevo a una exiliada solo para conseguir un martillo y ayudaros. Fue mi familia la que destruí una poco más por ustedes midgarianos y ni veo recompensa alguna.

-¿Recompensa? Esto no es un videojuego, no es caza al asesino, es la vida real. Aquí ni hay recompensa, es vivir o morir y nunca mejor dicho en el caso de mi padre.

-Veo que todavía no comprende que no es su padre, ahora es un cuerpo bajo el control de Loki, su padre está muerto.

-Y tú también lo estarás como vuelvas a decir eso. -Amenaza la de Brooklyn mientras aprieta las tiras de su escudo fuertemente, evitando pegar un puñetazo a la asgardiana.

-No comprendo como los midgarianos pueden confiar en la sobrina de un traidor, esta claro que sois seres inferiores.

El puñetazo al rostro de la princesa sale solo, con todas las ganas que la chica ante ella tenía de pegarlo.

-Vuelve a decir que mi tío era un traidor y no tendrás Nueva Reinos para correr.

-En parte tiene razón.

La dos se giran, encontrándose al resto del equipo en silencio, excepto Jackson, bocazas, Stark.

-¿Perdona? ¿Ahora estás de su lado?

-Tu tío mató a mis abuelos y si tú lo defiendes no me cabe duda que al no confiar en ti voy por el buen camino.

-Que imbécil, que imbéciles los dos. ¿Sabes qué? Me da igual si confiáis en mí o no, me voy a Siberia a matar al bastardo de Loki y recuperar la mente de mi padre, con o sin vosotros.

Lo siguiente que saben de la rubia es la noticia del quinjet que se ha marchado, dejando la nave con solo dos quinjets más en el hangar.

Las cuatro mujeres adultas entran en la sala donde están los seis adolescentes, con la princesa con sangre en su labio inferior y el hijo del genio de brazos cruzados.

-¿Qué pasó aquí y dónde está Isabella? -Pregunta la madre de la nombrada.

-Se fue. -Suelta el castaño sin más. -Da igual, no la necesitamos para detener a Loki, que se vaya al infierno si quiere. Traidora.

-Perdón Pepper.

La agente de SHIELD golpea el rostro del hijo de la rubia anaranjada para luego dejarlo doblado en el suelo con una rodillazo en el estómago. Agarra su cabello, elevando su cabeza.

-Vuelve a atreverte a decir algo así de mi hija, mi marido o su padrino y me importarán tres pimientos que tu madre este presente en tu ejecución, ¿lo entiendes?

-Lo pillo, lo pillo. -Susurra sin aire.

-Bien, -Deja caer al adolescente al suelo, lamentándose. -ahora me vais a decir qué ha pasado con Bella o seguiréis su ejemplo.

Los cinco restantes se observan y asienten, nadie quiere quedar como el Stark.

Y mucho menos enfurecer a Sharon Carter.