Los hijos de los Vengadores.

15

Bïfrost, Asgard.

Aubrey sale del Puente del arco iris, encontrándose con el guardián primero.

-Mi lady. 

-Heimdall. -Saluda de la misma manera.

-Lamento el secuestro del rey Thor.

-Gracias Heimdall. ¿Me podrías hacer un favor? Localiza a mi tía y tráela cuanto antes. Dile que soy yo la que la llama. 

-Lo lamento princesa, hay una orden del rey Thor a no dejarla entrar en el reino.

-Y como él está desaparecido yo tomo el poder y retiro la orden. Tráela.

-A sus órdenes alteza.

La rubia golpea el puente con su lanza, tomando vuelo y emprendiendo camino al palacio, siendo recibida nada más llegar por Balder.

-Mi princesa, me alegro de veros. -Con respecto besa su mano antes de abrazarla con fuerza. -Creí haberte perdido, casi muero cuando Heimdall me dijo que Thor había sido secuestrado. Pensé en ti, princesa. Pensé quedarme sin mi sobrina favorita.

-Eso nunca tío. Necesito un favor y tú puedes concedérmelo.

-Si esta en mis manos cumpliré tus deseos.

-Haz llamar a Hermod tío, sabes que rápido como el rayo llegará aquí si tú lo exiges.

-Enseguida sobrina.

Cuando el rubio se marcha a avisar al guardián de ojos anaranjados de regresar a su hermano menor, la joven entra en sus aposentos, sentándose en su cama y estirándose en ella mientras pasa sus manos por su rostro y cabello, soltando un suspiro de cansancio.

Demasiada responsabilidad en sus hombros de adolescente.

-¿Ya te rindes? Creí que aguantarías un poco más en Midgard.

Sin sorprenderse observa su balcón.

Y a su primo sentado en la barandilla.

-Dime la verdad, ¿es tan feo cómo lo parece?

Ella sonríe y niega, levantándose.

-Es mucho peor. -Bromea. -Realmente está bien, lo único es que yo no quiero estar allí. No sabes lo que daría por ser tú ahora mismo Einar.

-¿Y acabar de descubrir que no soy huérfano tras diecinueve años? No es tan guay como parece.

-Por lo menos vives aquí, no en Midgard donde ninguno de tus supuestos compañeros son eso, compañeros.

-¿Y qué creías? ¿Qué allí iba a ser como aquí? Aquí eres princesa Bey, todos te tienen en palmitas por ser la heredera. Allí solo eres una turista. Aquí me tienes a mí, a Heimdall, la guardia real, al tío Balder y, desde lejos, al tío Hermod. Allí estas sola con tus padres y ahora sin ellos. ¿Ahora comprendes cómo me siento yo siempre? -La rubia asiente. -Me alegra, pero no es lo que quiero. Detén a mi padre, debe ser justamente juzgado.

Y sin más desaparece en una ilusión color verde.

En ningún momento estuvo en su habitación.

Rápida como el rayo se cambia de ropas, complaciendo sus deseos desde el momento en que tuvieron que salir corriendo de la Base y no pudo quitarse sus ropas de dormir.

Vestida con un traje de combate y su característica capa azul cielo por encima, sale al salón del trono, hallando al fin a su rápido tío junto al otro.

-Tío Hermod, que alegría verte. -Sonríe mientras se acerca.

-Aubrey, mírate, eres toda una guerrera, estás muy guapa.