Capítulo 40

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*Lisa*

Billy apenas notó que algo ocurría conmigo, porque apenas llegué se lanzó sobre mi y me llevó directo a la cama. Después que todo ocurriera, aproveché que dormía y me fui al hotel en el que James me dijo que estaría.

Kirk me abrió la puerta, me dio un abrazo y me hizo pasar. A veces no entendía cómo llegó a ser tan hijo de puta en el pasado, si la mayoría del tiempo era un tipo pacífico y agradable.

-¿Y los chicos?
-No están, no se dónde se metieron, ¿qué haces aquí tan temprano?
-Mmm...no sé, quería verlos. ¿Qué haces tú?
-Pues...nada. Pensaba comer algo, quizás.

Fui hasta el gran ventanal de la habitación y miré hacia abajo, la altura me hizo marear.

-Oye -lo vi encendiendo la televisión- estuve mirando esa serie...donde sale una chica que James me dijo que creías nos parecíamos, y quiero decirte que necesitas aumento en tus anteojos.

Me miró y se rió, llevaba sus clásicos y ñoños lentes, tenía el cabello en una cola y ropa deportiva, ni rastros de una estrella del metal, pero al menos con los años se había ido poniendo bueno, o eso percibía yo.

-¿Shelly? Su traje es como el que tenías en la cafetería.
-Sí.
-Además, no dije que fuesen iguales, dije que se parecían. Tu nariz es más pequeña, y tienes muchas pecas. James y yo ya discutimos sobre eso.
-¿No es verdad? Parezco una puta galaxia.

Se rió nuevamente, se acomodó en el sofá y luego me miró.

-Eres muy bonita -sentí que había sido en tono amistoso, así que no temí en preguntarle algo que tenía muy guardado.
-¿Por qué fuiste tan idiota cuando nos conocimos? De verdad siento que eres otra persona. Te detestaba por lo que hiciste.
-Porque me cegué, y porque era más joven e inmaduro -contestó sin rodeos-. Quería estar en Metallica como fuese, y cuando supe que podía lograrlo, jugué sucio. Dave es buenísimo, temía no poder ganarme el puesto por talento. No pasó mucho desde que apareciste para que comenzáramos a hablar de cómo había perdido la cabeza por ti, y me aproveché de eso, sabía que dañaría a Dave si sucedía algo contigo, quería desestabilizarlo.

No le respondí nada.

-Sé que hemos hablado de lo mal que me comporté, pero eso fue, ambición. De igual forma tu me gustabas, así que...no sé, todo simplemente sucedió. Lo siento.
-Ya no importa, todos hicimos cosas idiotas. Nunca debí haber intentado ayudar a Dave, pero las drogas me tenían tan atrofiado el cerebro que, no pensé en nada de lo que hacía. Por lo demás, él debió haberme creído. Pensaba que estaba con ambos al mismo tiempo.
-Qué idiota fue, ¿y con todo aún lo quieres?

Le dirigí la mirada, me encogí de hombros, él hizo lo mismo y me sonrió.

-¿Quieres ir a comer porquerías al centro comercial? Hay uno aquí junto. -dijo apuntando hacia atrás con el pulgar.
-Va, pero compramos papas fritas.
-Hecho.

*Dave*

No me podía aguantar las ganas de saber qué estaba pasando, así que disimuladamente subí las escaleras. Los oí hablar en un baño, pegué mi oído a la puerta.

-¿Qué te pasa con Billy? Te estaba buscando como loco. Te has acostumbrado a escapar de todo, Isa.
-Ya te dije que estoy confundida.
-Pero ambos están aquí, ¿qué harás? No puedes ir de un lado a otro toda la noche.
-Pues no sé.
-Ya, ¿qué quieres hacer?
-Quiero disimular.
-Bien, qué hago.
-No me dejes sola. No quiero estar sola con Billy.

¿Lisa estaba cagando al marica, con el idiota de Kirk? ¿y yo? ¿y eso que pasó en Downey?
Apenas había pasado un mes desde que nos habíamos visto, incluso hablamos un par de veces por teléfono. Mierda, volví a la noche en que ese imbécil me restregaba en la cara que se había acostado con ella.

Bajé sin querer seguir escuchando nada más. Eliza no me había visto, y había llegado con él, así que no había nada más que oír o saber.

Durante el resto de la noche me dediqué a resistirme ante la bebida, lo cual era difícil en medio de la fiesta. Fumé hierba para calmarme, era lo más sano a lo que podía recurrir.

Estaba triste, ni siquiera celoso, simplemente triste por todo lo que me había enterado. Volví a divisarla entre el mar de gente, estaba bebiendo de una botella de champán mientras conversaba y reía, traía puestos unos pantalones bastante cortos, que hacían lucir largas sus bonitas piernas. Las tenía apoyadas sobre las rodillas de Gary, mientras su espalda descansaba en el costado de James.

Me fui a sentar afuera ya entrada la noche, no quería caer y beber y armar un escándalo, ya estaba cabreado de eso. Solo quería irme, pero tampoco iba a dejar a Junior tirado, él la estaba pasando muy bien.
De pronto siento unos brazos rodeandome desde atrás, y un beso en mi mejilla.

-Te he extrañado mucho. -la suave voz de Lisa en mi oído me estremeció.
-Ah, ¿sí?

Se sentó a mi lado, dejando una de sus piernas en mi parte trasera. Su mano no dejó de rodearme, me corrió el cabello del lado en que estaba y volvió a besarme.

-Sí. -estaba algo borracha. Al menos sabría la verdad, siempre soltaba todo cuando bebía.
-¿Y tu novio?
-Se fue a casa, yo quise quedarme. Kirk lo convenció de que él se ocuparía que no tomara drogas.
-Ah, James te estaba buscando, al parecer tu novio también. ¿Estabas con Kirk?
-Mmm...sí, fuimos a comer mierda al centro comercial, y luego vinimos.
-¿Así que Kirk no te confunde?
-¿Ah?

Mierda, se me había salido lo que había escuchado de chismoso.

-Oye, no estoy tan ebria, ¿qué sucede?
-Te oí hablando con James, creí que algo te había pasado.
-Y creíste que hablábamos de Kirk...
-Bueno, sí.

Soltó una risa y se llevó las manos a la cara.

-No, no me gustan de su tipo.
-¿Y de qué tipo te gustan? ¿idiotas con pinta de marica?
-No, tipo...ya sabes, chicos altos, que les guste la buena música, ojalá tocaran la guitarra. Ah, y sobre todo si son pelirrojos, eso me mata.
-Sí estás ebria - nunca me había dicho algo de ese tipo, tengo que reconocer que me hizo olvidar mi molestia.
-Ah sí, pero estoy más cansada. Encima no sé quién me derramó trago en la pierna, está toda pegajosa. ¿Qué haces tú aquí solo?
-No quería ceder y drogarme.
-Yo tampoco, ha sido difícil, dentro hay una farmacia completa. Esperaba verte hace rato, pero no tenía la valentía de hablarte, así que me bebí una botella completa para atreverme.

Las luces desde dentro de la casa que iluminaban el patio hacían un perfecto juego de luces y sombras en su rostro. Si ella se atrevió a acercarse, me corresponde hacer lo mismo.

-¿Te quieres ir?
-La verdad que sí, pero, le dije a Kirk que me iría con él.
-Liz...
-¿Qué?
-¿Ves ese bulto tirado allá junto al arbusto? -señalé una esquina.
-Sí.
-Ese es Kirk, no creo que sea capaz de llevarte a ningún lado, de hecho, no creo que pueda llevarse a él mismo.

Se llevó una mano a la boca y se quedó como pensando.

-Mierda, ¿y qué hago? James también se murió.
-¿Te quieres...ir conmigo?

Asintió en silencio, y luego bostezó.

-Bien, vamos por Junior. 

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Espero que disfruten los últimos diez capítulos
Saludos!

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