Capítulo 12

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*Lisa*

Me había costado un mundo conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en todo lo que ha estado sucediendome, me siento viva como nunca, pero con una terrible desconfianza.
Pasaron años, tres años sin ver a Dave en persona. Cuando supe de Megadeth me pareció increíble que lograra formar otra banda a pesar de lo que debió haber significado para él que lo echaran de Metallica.

Cuando abrí los ojos me sentí desorientada, me costó despertar por completo. Pero cuando lo hice, casi se me sale el corazón del susto, Dave estaba durmiendo a los pies de la cama, atravesado de lado a lado.
¿Cuando había llegado ahí?

Lo primero que hice fue encender la radio para escuchar la hora, y luego fui a ver quienes estaban en la casa, y donde estaba Joey.
No había nadie. Por suerte Paula había dejado una nota sobre la mesa de la cocina.

"De compras con James y Joey. Aprovecha tu visita. Volvemos tarde.
Besos, Paula."

Me había escrito en español, que ya algo manejaba después de estos años viviendo con ella, seguro que me estaba insinuando algo con respecto a 'mi visita'.
Volví a mi habitación, en la radio sonaba All my love de Led Zeppelin. Me acosté a su lado, después de todo, estaba durmiendo y no notaría mi presencia.

En un principio me dediqué solo a mirarlo, pero después de un rato me atrevía a acariciarlo, y luego a abrazarlo, hasta que yo también me dormí.

Cuando volví a despertar me estaba acariciando el cabello. Mi corazón comenzó a saltar frenéticamente, y lo peor era que como me había dormido abrazándolo, y aun nos manteníamos así, sentí cómo el suyo se volvió igual de loco que el mío.

-Lisa

No quería despegarme, no quería mirarlo, no quería decir nada tampoco. Estaba muerta de la vergüenza, solo quería volverme a dormir.

Se sentó en la cama conmigo aun pegada a él, y antes que reaccionara se inclinó hacia adelante, dejandome de espaldas en la cama, y se quedó recostado encima.
Yo no sabía qué hacer, si moverlo de ahí, o qué mierda más. Así que sólo me quedé en blanco, mirándolo como una completa idiota.

Él también se había quedado solo mirándome, bastante rato, recordandome nuestros comienzos, cuando parecía que todos los escudos de su personalidad dejaban de protegerlo, y se ponía tímido como un niño.
Teniéndolo tan cerca y con mis brazos a su alrededor, no estrechar y tocar su cuerpo se me hacía casi imposible. Y cuando sentí todo su peso me di cuenta de que definitivamente no me resistí, y todo lo que estaba pensando desapareció.

*Dave*

¿Que me abrazara así no era señal de algo?
Yo no iba en absoluto con este tipo de intensiones. Bueno, sí iba con todo tipo de intensiones, siempre voy con todo tipo de intensiones, pero no me esperaba que sucedieran.
Estos cuatro años nos pesaron a ambos, y no solo a mi, como yo pensaba, porque yo iba a besarla, ya lo tenía decidido, pero ella se me adelantó un segundo antes, como si hubiese sido competencia.

Todo lo que siguió después fue un descontrol total de todas nuestras facultades humanas, creo que ni con la mierda más potente me hubiese sentido tan eufórico como en ese momento, espero que no se me haya fracturado más la maldita rodilla, y que los vecinos no hayan oído nada. Aunque si lo hicieran, me importa una mierda.

Cuando volví a despertar estaba solo, me encontré en pelotas en la cama de Lisa, pero ella no estaba.
Me puse mi camiseta y la ropa interior, no recuerdo donde mierda tiré el resto.

Estaba sentaba en el piso enrolando un porro. Me senté a su lado y le acerqué unos fósforos que pillé sobre la mesa.

-Estás arrepentida, ¿verdad?
-No.
-¿Y por qué te fuiste?

Levantó el porro perfectamente armado, y me quitó los fósforos de la mano.

-Quería hacerme uno de estos, me gusta fumar aquí, veo a toda la gente afuera, me sirve para no encerrarme en mis pensamientos.
-¿y no me ibas a esperar?
-Siempre duermes mucho, no iba a esperarte toda la siesta.

Este era el mejor momento para decirle, supongo que ya había desaparecido el hielo entre nosotros.

-Queremos grabar otro álbum.
-Qué bien...-encendió el porro y le dio una gran quemada.
-Y necesitamos más dinero, así que...tendremos que tocar, y viajar...

Me miró con ojos de desilusión, estoy seguro que pensó que todo lo que hicimos fue para no pasar por Los Ángeles sin haber cogido, como algo sin importancia, pero no era así.

-Pero antes de irme quiero asegurarte que no quiero olvidarlos, ni que pienses que no voy a volver.
-¿Cómo? -botó una nube gigante de humo.
-Quiero que Joey tenga mi apellido.

Se quedó mirando la nada un par de segundos, y luego me volvió a mirar a mi.

-¿Qué?
-Que quiero que Joey tenga mi apellido, no quiero que crea que no lo quiero, o que no me importa.
-Bueno -dijo después de otros segundos callada-, pero tengo una condición.
-¿Cual?
-Quiero que vayas a rehabilitación.
-¿Qué? ¿Para qué?
-Cómo que para qué, no quiero que crezca con un padre que vive hecho mierda.

Dejó el porro de lado y se fue a su habitación. Por supuesto yo la seguí.

-¡Tú te hacías la misma mierda! ¡recién te fumaste un maldito porro!
-¡Así es! Lo hacía. ¡y un maldito porro no cuenta! Hablo de la coca, los hongos, el LSD, la heroína, y toda esa mierda que tú aún te metes.
-¡¿Quieres que lo deje?!
-Si pretendes estar presente en la vida de Joey, sí.
-Estás loca, tu decidiste dejarlo, pero no puedes obligarme, no puedo y no quiero.
-¿Crees que no me costó? ¿crees que llegué y dije "ah bien, adiós amiguitos" y ya?
-No se, supongo.
-¡Ahora sí me arrepiento de haberme acostado contigo, eres el mismo idiota de siempre!

Se fue furiosa hacia la puerta de la habitación, pero la agarré y la alejé de ella.

-¡No te vayas!
-¿Sabes qué? La verdad sí fue facilisimo dejar las drogas. Solo tuve que avergonzarme lo suficiente de sus efectos como para no querer tomarlas nunca más. Y eso, fue gracias a ti.
-¿A mi? ¿ahora dejaste las drogas por mi culpa?
-Lo sabrías si te acordaras.

Me estaba hablando de esa noche, la noche en que peleamos.

-¿Así que por fin vas a decirme lo que pasó esa noche?
-¡¿Quieres que te lo diga?! ¡Bien!

Me asuste de que lo dijera gritando así, cada vez que he estado cerca de saberlo me duele el estomago. No me imagino qué mierda fue lo que hice.

-Te enterarse que yo estaba embarazada, y llegaste hecho una completa mierda, a insultarme. Me dijiste que probablemente no era tuyo, que yo te había traicionado, y muchas cosas que no quiero volver a repetir.

Me quedé congelado de la vergüenza, esperando que eso fuese todo, pero no lo fue.

-Y luego me lanzaste un montón de billetes, me los tiraste en el pecho, justo así - me pegó un empujón que me sentó en la cama-. Y me dijiste que me hiciera un aborto.
-Lisa--
-Pero ¿sabes? Yo iba a hacerlo, no te lo dije porque iba a hacerlo, con mi propio dinero iba a ir al maldito hospital. Pero cuando te vi hecho una mierda, apenas en pie, sin conciencia de la tremenda cagada que estabas haciendo, me pregunté si así era como me veía yo cuando tomaba drogas. Y me dio tanta vergüenza, tanta lástima, que me prometí no volver a verme como tú te veías en ese momento, y que no interrumpiría mi embarazo porque tú me lo dijeras.   Eso fue lo que pasó, por eso me fui.

Me quedé helado, quería llorar, pero seguía resistiéndome a hacerlo. Me siento como una bosta de mierda maloliente.

-Así que te doy vergüenza -no me contestó nada-. Probablemente le daba verguenza a tus amiguitos de Metallica. Lo siento Lisa, es que así soy yo, la vergüenza de todos los que me conocen. ¿sabes? Lo mejor es que Joey no me vea nunca más, prefiero que piense que no lo quiero a sumarme a la lista de la vergüenza de alguien más, sobre todo de mi propio hijo.

Me puse los pantalones, me calce rápidamente las zapatillas, y me largué de ahí como la basura humana que soy.

Ashes In Your Mouth Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ