Capítulo 14

186 18 6
                                    

*Lisa*

Todo lo que se es que en años no me sentía tan mal.
Recobre el sentido, pero no podía abrir los malditos ojos, y me recorría una desagradable sensación de nauseas y mareo.

Cuando por fin pude mover algo de mi cuerpo que no fuesen los brazos, me vino una fatiga que me volvió a tumbar y a no querer moverme más.
Escuché que unos pasos se acercaban, y se detenían junto a mi.

- Lisa, justo como el día en que nos conocimos.
-Ay Laaars...me estoy muriendo - lentamente me voltee y estire mis brazos para agarrarme de sus piernas. Supe que era él por su voz, porque no era capaz de abrir los ojos.
-Oye, oye, Lisa, ¿cuando llegaste?
-No se, no se nada, no se nada...
-¿puedes ponerte de pie?
-No, no me muevas por favor, voy a vomitar.
-Lisa, te han estado buscando toda la noche, ven, - me levantó lentamente, yo solo me abracé a él y dejé que me depositara en el sofá.
-Ay...¿dónde estoy?

Abrí poco a poco los ojos, me dolía mucho el estómago, y el cuerpo lo tenía adolorido y pesado.

-Lisa -Lars se sentó a mi lado.
-¿Qué?
-Paula estuvo toda la noche buscandote
-Me quiero morir.
-Ya basta. Ven.

Me llevó a rastras a la cocina, me sentó en una de las sillas y me dejó apoyada en la mesa. El lugar donde vivían ahora era realmente grande, solo la cocina tenia mesa, sillas, un refrigerador enorme, y despensas llenas de trago y comida.

Dejé caer mi cabeza entre mis brazos y cerré los ojos en un intento de detener el mareo, pero solo me hizo sentirme peor. Lars comenzó a sacar ruidosamente cosas de todas partes de la cocina y las metió a una juguera, mientras tanto hablaba millones de cosas por segundo.
El ruido del maldito aparato me tenía a punto de explotar.

-Listo. Ahora vas a beber esto, y te voy a llevar a tu casa -me acercó un vaso con un liquido espeso, de color oscuro, y de un olor que no podría explicar.
-No, no no no. Huele asqueroso
-¡Ya deja de joder y toma el maldito jugo!

Me agarró la nariz y me hizo una pinza con sus dedos, luego tomó el vaso y me hizo beber la mierda que había preparado hasta el fondo y sin parar.

-Con eso vas a revivir. Ahora vámonos.

*Dave*

-¡Dave! ¿Qué mierda estás haciendo? -David entró corriendo a la habitación del hotel - ¿por qué hay un tipo afuera diciendo que movamos "el maldito trasero"?
-Arreglando las mierdas. Nos devolvemos a Los Ángeles.
-¡¿Qué?! ¿Y Lisa? ¿Y tu hijo?
-Estarán mejor sin mi.

Se lanzó en la cama, donde tenía la ropa desparramada para empacar, y comenzó a revolverlo todo, hasta que tomó una de las prendas y me la lanzó en la cara.

-¡Ahá! ¡volviste con Diana, cerdo!
-¡No te metas!
-¡La viste con Poland! ¡la viste! Cómo eres idiota.
-Ya déjame. Nos volvemos a Los Ángeles, y vamos a volver a reunir a Megadeth.
-Cómo nos vamos a reunir, Chris y Gar ya se fueron.
-Hablé con ellos esta mañana, apenas lleguemos allá nos metemos al estudio.
-Espero que valga la pena
-¿Qué cosa?
-Que te sigan cagando en tu cara a cambio del álbum.

Se fue y azotó la puerta. Sí estaba enojado. Pero no iba a dejar que me gritoneara, así que fui a la puerta y le grité antes que desapareciera en el pasillo.

-¡No me golpees la maldita puerta! -y la cerré tan fuerte como pude.

Si yo había hecho que Lisa volviera a tomar drogas solo por una pelea, no quería saber lo que causaría un problema más grande. Además, no puedo dejar de sentirme mal por lo que me confesó, no puedo. Lo mejor es que cada uno siga su camino.

Recuerdo el día en que me di cuenta de que estaba enamorado de ella. Fue cuando se comió los hongos y dormimos juntos por primera vez.
He sido una mierda con ella, que siempre se preocupó por mi, que siempre me advirtió de los planes de Metallica, y yo le pagué así...
Incluso vino a mi mente que traté de comprarla con drogas, le dije que le daría todas las drogas que quisiera a cambio de que estuviese solo conmigo. Cada vez me avergüenzo más de mi mismo, y me convenzo de alejarme.

*James*

-¿Y qué te dijo?
-Que habían discutido, que se fue y ni sabe donde podría estar Lisa.
-Pedazo de idiota.
-Eso no es lo peor.
-¿Qué es lo peor?
-Entra de pronto una chica medio en pelotas y pregunta que quién soy yo.
-¿Y...?
-Yo obviamente le dije que qué mierda le importaba. En fin, resulta que es su novia.
-¡¿Qué?!
-Sí, se llama Diana.
-No entiendo por qué Lisa tuvo que meterse con este imbécil.
-Bueno, creo que no es tiempo de lamentos. Vamos a dormir.

Paula había buscado por todas partes a Lisa, pero no pudo encontrarla. Todas nuestras esperanzas estaban puestas en que se hubiese ido con Dave, pero ya que no fue así, nada que hacer.

A la mañana siguiente, mas bien, a la tarde siguiente, Lars apareció con Lisa como si fuese una maldita muñeca de trapo.

-¡Lisa! ¡Dios mío!, ¿qué pasó?
-La encontré tirada en nuestra sala, cómo llegó o a qué hora, ni puta idea.
Fuimos a recostar a Lisa a su cama, y después de eso solo hubo un silencio incomodo que no sabía como romper. Lars y yo sabíamos perfectamente que Lisa era muy dependiente a las drogas, y fuimos testigos de lo difícil que fue para ella dejar de consumirlas.

-Sé que quieren que Lisa deje de vender hierba, pero es que eso es lo que mantiene esta casa.
-Pero tú también trabajas, Paula.
-Se nota que ustedes sólo se mantienen a si mismos. A Joey no le podemos pedir que se mantenga solo.
-Es verdad, lo siento -incluso me parecía irreal que Lars no hubiese seguido parloteando. Desde que fue junto a Cliff a buscar a Lisa a Downey, siento que ha tratado de arreglar las cosas con ella, y han estrechado un lazo bastante fuerte.

Estuvimos hasta entrada la noche en la casa de las chicas, sobre todo porque no quería dejar solo a Joey. Se perfectamente que Lisa es una gran madre, y que Paula siempre está cuidándolo también. Pero no puedo evitar sentirme mal por la actitud de mierda de Dave, y sé que no me corresponde, pero lo quiero tanto como si fuese mio.

Cuando ya fue la hora de dormir, acompañé al pequeño a su pequeña cama junto a la de Lisa, que aun dormía.

-Oye Joey, te tengo un regalo, ¿lo quieres?
-¡Sí! ¿es mi cumpleaños?
-Jajaja, no, pero cuando lo vi pensé en ti. Mira -saqué el aparato y lo puse en sus manos -se llama walkman, es para que escuches musica donde tú quieras.
-¡Noooo! -se puso a saltar como un loco sobre la cama.
-Vamos a probarlo, trae un cassette.

Corrió a la cajonera y volvió con Rumours, de Fleetwood Mac.

-¿Y este?
-Cliff me lo dio.

Le calce los audífonos y el cassette, la música comenzó a sonar al mismo tiempo que un nudo me apretaba la garganta.

-¡Genial!

Lo observé unos minutos, estaba loco de escuchar solo para él lo que sonaba.
De pronto se los saca y se lanza a abrazarme, apretando mi cuello con toda su fuerza.

-Gracias, papi.

Ashes In Your Mouth Where stories live. Discover now