Capítulo 35

149 14 7
                                    

*Lisa*

De un momento a otro, Dave había cambiado su actitud como si me quisiera fastidiar o no sé qué mierda. Si no fuese por lo culpable que me siento por mi ausencia, jamás hubiese aceptado que nos llevara hasta Downey.

-Oye mami, ¿sabías que ahora dan en la tele unos dibujitos que se llaman Los Simpson? Hay dos hermanos que se llaman Bart y Lisa, como tú y el tío. -Ah sí, oye, ves mucha televisión eh.
-Es que aquí no era como en San Francisco, te dije que mis amigos están allá. Y otra cosa, ¿cuando vamos a ver a los chicos?
-No lo sé, cuando nos detengamos en alguna gasolinera voy a llamarlos al hotel.
-Genial, ya quiero contarle a Kirk de la película que vi el otro día.

Sabía que Dave odiaba saber cuánto Joey quería a los chicos, así que si él me estaba jodiendo, que se lo trague. Apenas vimos una gasolinera, comenzamos a joder para que fuéramos por un teléfono.

Llamamos al número que James le había anotado a mi mamá, pero al decir mi nombre, me dijeron que "ya no se tragaban esa chiva", y que James no iba a hablar con nadie. Quedé con el auricular en la mano y sin entender un carajo.

-¿Estaban muy ocupados tus amigos estrella?
-Qué te importa.

Estábamos echándole gasolina al auto, Joey se acercó a los pies de Dave y estiró los brazos en señal de que quería que lo cargara. Cerró los ojos graciosamente y se balanceó hacia arriba y abajo con la punta de los pies. Él lo alzó riendo y el chico se abrazó a su cuerpo de piernas y brazos, apoyando la cabeza en su hombro.

-Te voy a extrañar.
-Yo también, pero voy a visitarte cuando pueda, sabes que me tengo que ir de gira, ¿no?
-Sí, ¿me llevas?
-Ahora no te puedo llevar enano, es mucho movimiento. Cuando estés grande te voy a llevar.
-Eres aburrido--¡no me bajes! -gritó cuando lo regresaron al suelo.
-Estoy muerto Joey, mas rato jugamos.

Ya habíamos viajado varias horas, Dave se quitó los anteojos, apoyó la cabeza en su brazo y se quedó unos segundos en esa posición, luego bostezó y se giró para meter la llave al auto.

-Si quieres, yo puedo seguir conduciendo un rato. -apenas me dirigió la mirada, sentí como si todo el calor se me fuese a la cara. Todo lo que quería era que esas sensaciones se detuvieran, pero estaba fuera de control.
-Bueno.

Creí que se iba a ir con Joey atrás, pero en lugar de eso se fue a mi lado.

-¿Me vas a vigilar? -no quería tenerlo cerca, sabía perfectamente cómo iba a terminar todo esto si es que seguía así.
-No. -me sonrió con esa expresión que tiene cuando planea algo.

Joey le pidió prestado su walkman, lo sacó de la guantera y se lo dio, luego reclinó el asiento hacia atrás y se acomodó. Al poco rato noté que estaba durmiendo, al igual que el chico, así que yo era la única despierta.

Hacía todos los esfuerzos del mundo para no girar y llevar mi mirada hacia él, pero es que no podía evitar mirarlo dormir. Mierda, era como un puto vicio, no podía parar.

Logré controlarme por un par de kilómetros, pero cuando volví a mirar hacia el costado, estaba despierto, y me estaba mirando.
Rápidamente voltee hacia el frente, y por un milisegundo me sentí nublada, sorda y ciega. El pulso se me había subido a la garganta, y las manos me temblaron sobre el volante.

-¿Recuerdas aquí? -me dijo de pronto. -¿Aquí qué? - yo sólo veía el camino vacío.
-Aquí -se estiró muy cerca de mí, apuntando hacia el lado izquierdo del camino -cuando destruimos el parachoques de James.
-¡Mierda! -comencé a reírme como una idiota- no me acordaba de eso.
-Sí, fue cuando se casó tu hermano.
-¿Cómo te acuerdas de todo eso? -no había hecho la conexión entre el camino que recorríamos y la vez que fui con él.
-Nunca olvidaría un solo segundo de ese viaje.

Me atreví a corresponderle la mirada, giró su cabeza hacia el frente y una sonrisa se formó en sus labios. El perfil de sus pestañas me hizo saber que estaba mirando hacia abajo, recordando, quizás.

-Fue genial - no podría haber dicho que no lo fue, la verdad es que sucedieron muchas cosas que me hicieron muy feliz.
-Sí...-se quedó en silencio unos segundos- ¿por qué me hiciste parar?
-¿Ah?
-Cuando estábamos ahí, en el lugar donde chocamos, íbamos a hacerlo, y me pediste que me detuviera. ¿Por qué lo hiciste?

De todos los momentos en que estuvimos a punto de hacerlo, ese era el que más había odiado, porque había sido cien por ciento culpa mía.

-Es que me sentía... insegura.
-¿De qué?
-No sé, Dave, creí que quizás pensarías que lo hacía mal o que no era lo que esperabas. Tú ya habías pasado por mil chicas y yo estaba tan enamorada de ti, como una idiota, que pensé eso y no pude hacerlo.
-¿Me estás hablando en serio? -puso esa expresión facial de cuando algo le parece demasiado absurdo para aguantarlo.
-Sí. Ya no me mires así.
-Qué tonta eres -se echó hacia atrás con los brazos cruzados.
-¿Qué? ¿te molestaste?
-¡Es que me parece absurdo! Me cabrea que hayas pensado así. Todo lo que quería era hacerlo contigo, siempre, todo el tiempo.
-Pues yo no lo sabía. Tú nunca me decías nada.
-¡Porque siempre estábamos peleando y tu siempre estabas con Cliff!
-¡Ya! ¡no quiero que metas a Cliff! ¡tú sabes por qué hice todo lo que hice en esos tiempos! Ya sé que no actué bien, pero ya no puedo volver atrás.
-Entonces, si yo hubiese sido más expresivo contigo, ¿las cosas hubiesen sido diferentes?
-No te--no te entiendo -no me gustaba hacia donde estaba yendo esta conversación.
-Si yo te hubiese demostrado, con palabras, todo lo que sentía por ti, ¿las cosas hubiesen sido distintas?
-Supongo, pero eso no es lo que me importaba en ese momento, yo quería que tú me creyeras, quería que confiaras en mi. Pero cada vez que te advertí lo que pasaría, me tratabas como una basura.
-Lo sé, soy un imbécil.
-No, yo fui la imbécil por no haber dejado que las cosas fluyeran a su curso. Me involucré para tratar de evitarlo y al final no logré que te quedaras, y terminé por separarnos.
-Lisa, no me debí enfadar por lo de Kirk.
-Y yo no debí haberlo hecho. ¡Nunca habríamos terminado!

Mierda, lo último se me había salido sin poder controlarlo. ¿Qué mierda te pasa, Eliza?

-¿Qué hubiese pasado si no hubiese sucedido? ¿o si yo no me hubiese enterado?
-¿Quieres saberlo?
-Sí, pero quiero que me lo digas de verdad.

Respiré hondo y me pregunté si era bueno contestarle con la verdad, aun estaba molesta con él, pero creí que sería bueno que supiera lo que podría haber pasado si no fuese un idiota.

-Me habría ido contigo. A Los Ángeles o a la mierda, no me importaba.
-¿Y Joey? -dijo después de un largo silencio que me tenía con pre infarto.
-Pues, no hubiese nacido. Ya sabes por qué lo tuve.
-Entonces ya no me arrepiento tanto de haber sido un hijo de puta contigo.
Lo miré con la misma expresión con la que él lo había hecho hace un rato.

-Él siempre me hace volver a ti.

Me besó en la mejilla, luego se acomodó en su asiento y a los pocos minutos se volvió a dormir.

No se qué mierda le pasaba, o qué estaba tramando, pero me estaba despertando cosas que no esperaba ni me convenía sentir. 

Ashes In Your Mouth Where stories live. Discover now