68

9.3K 1.3K 274
                                    

A pesar de estar ocupando su abrigo como paraguas, ya se encontraba completamente empapado.
De un momento a otro se había desatado una torrencial lluvia y para su mala suerte, se había bajado un par de cuadras antes que su casa, porque quería caminar y ordenar sus pensamientos. Aunque claramente ahora con la lluvia chocando fuertemente contra el pavimento, le impedía escucharse a su mismo. Siente la piel congelada y está seguro que si no toma un baño caliente pronto, enfermará.
Solo está a un par de metros de su casa, cuando sus ojos ven una silueta en las escaleras de la entrada. Por un momento piensa que a su hermano se le ha quedado la basura en aquel lugar, hasta que ve que el bulto tiembla abrazándose a su mismo. Se apresura para saber de quién se trata, cayendo su mandíbula cuando la persona a un metro de él levanta la mirada.

— Kookie...

Taehyung le mira con un puchero en los labios, mientras que el cabello le cae sobre el rostro, tapando un poco de sus ojos. Está casi tan empadado como Jungkook y tirita ante la baja temperatura que se ha adueñado de la ciudad.

— ¡Hyung! ¿¡Qué haces aquí!? – Poco menos grita el pelinegro, agachándose para estar a la altura del mayor y tocar su rostro. – ¡Estas congelado!

— Quería verte. – Dice aún con un puchero en los labios, disfrutando del tacto de las manos del otro en su rostro y cierra sus ojos.

— Te hable hace media hora y no me contestaste. –  Se levanta con las llave en mano, estirando una hacia el castaño que parece un cachorro mojado. – Entremos, hyung. – Le levanta, poniendo rápidamente las llaves en la cerradura y la puerta de su hogar se abre.

Se adentran a la casa en silencio, quedándose en la entrada para quitarse las ropas húmedas y así no ensuciar el pasillo.

— Espérame aquí. – Indica Jungkook y desaparece dejando a Taehyung solo.

El castaño mira todo el lugar, dándose cuenta que están totalmente solos. Cuando apenas había llegado a la casa del menor, tenía tanta vergüenza de tocar el timbre y conocer a la familia de este, que simplemente no lo había hecho. Terminando empapado por la repentina lluvia.
Mira algunas fotos que antes no había visto, viendo a un adorable Jungkook de quizás diez años. Su rostro aún parecía la de un lindo conejito y por sobretodo podía destacar que lo que más había cambiado del chico, era su cuerpo. En aquella fotografía el lindo pelinegro se veía muy pequeño y delgado, a comparación a lo que era ahora.

— Hyung, te traje toallas.

Taehyung desvía su vista de la fotografía, borrando por completo la sonrisa que antes tenía. Jungkook está frente a él en ropa interior, mientras seca de manera bastante sensual su cabello. Sus labios están brillos y el mayor no puede evitar admirar todos los músculos que adorando su perfecto cuerpo.

— ¿Hyung? – Le llama Jungkook, acercándose un poco más a él.

Taehyung siente sus mejillas arden, sintiendo el maldito deseo de comerse a besos al conejito frente a su ojos.
Remoja sus labios deseosos por probar esa pálida piel, tomando las toallas que le tiende el menor para disimular.

— G-Gracias...– Tartamudea y se golpea mentalmente por sentirse tan nervioso.

— ¿No quieres darte un ducha? – Ofrece el menor ya avanzando al segundo piso, entrelazando sus dedos con los del castaño.

Taehyung está demasiado perdido en el fornido cuerpo de Jungkook que solo asiente, dejándose guiar hasta la habitación del chico que adora. Está tan embobado que recién cuando escucha el agua de la ducha caer, se da cuenta que está con el pelinegro dentro del baño y este regula la temperatura del agua.

— ¿T-Te bañaras primero? – Pregunta el mayor, sacándose el resto de ropa que está pegada a su cuerpo.

— ¿Ah? – Le mira Jungkook sonriendo, acercándose hasta él y da un suave beso en los labios del mayor. Aumentando el inmenso calor que ha comenzado a crecer en su interior y otras partes. – Hay que ahorrar agua, hyung...

¿QUÉ?

Friends? ~ VK [2º temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora