•Capítulo 13•

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Este capítulo contiene escenas para +18. Pero a nadie le vale eso 😂.
Leer bajo su propia responsabilidad. Espero les guste❤.

Y feliz año nuevo a to@s 🎉

○•°

Cuando Mabel escucho aquella declaración tan de repente, su piel se erizo y un escalofrío recorrió su columna vertebral.
Su cuerpo lo pedía, lo aclamaba y lo deseaba, y la marca le palpitaba de una forma tan salvaje que sólo deseaba arrancarse la mano.

Bill sólo deseaba estar dentro de ella, ya que si esto no sucedía, su existencia como tal desaparecería para siempre y la de ella también.
Poco a poco el demonio se incorporó más y le quitó lentamente el vestido a Mabel.
Cuando por fin lo logró Bill la miro de pies a cabeza. Definitivamente ese cuerpo era de un angel pensó.

Lo único que Bill observaba era la ropa interior de la chica. Era de un color carmesí con encajé y eso lo comenzo a volver loco lentamente.

Y poco después, su cordura falló, y bill finalmente la cogió entre sus brazos y la besó, besando sus labios con la ardiente pasión que latía en su interior impidiéndole emitir sonido alguno que no fueran los gemidos ardientes que no tardaron en salir de su boca.

Mabel sentía los besos de Bill tan tiernos y dulces... Mordisqueaba su labio inferior con delicadeza y luego lo besaba para calmarle el leve dolor, introducía su lengua en su boca y jugaba con ella haciéndola arder y, sin apenas darse cuenta, responder a sus besos.

Cuando sus brazos la atrajeron hasta su fuerte cuerpo, ella se dejó, y las caderas de Bill se pegaron a las suyas haciéndola sentir lo excitado que estaba. Mabel no sabía si apartarse de el antes de dejarse llevar por la locura de ese beso, así que posó sus manos en el pecho de Bill dispuesta a dejarlo. Pero entonces el bajo su cabeza y beso sus pechos por encima de la tela de encaje. Con los dientes bajo su sujetador, dejando expuesta su piel desnuda al frío de la mansión; sus sus pezones se irguieron por el frío, o tal vez por la excitación del momento; fue entonces cuando Bill jugueteó con sus senos, mordisquiando suavemente sus pezones, para luego continuar con las caricias de su lengua y sus delicados besos. A la vez que su boca la enloquecía, sus fuertes manos alzaron sus nalgas, sin dejar de acariciarla y acunar lo más íntimo de su cuerpo contra la firme erección de él.

Su interior estaba cada vez más húmedo, su cuerpo gritaba pleno de excitación y finalmente Mabel Pines dijo adiós a su cordura cuando una de las manos de Bill acarició su húmeda entrepierna por encima de su braga. Ella alzó sus manos y, cuando parecía que iba a rechazar los avances de Bill, simplemente se rindió a él, se agarró a sus fuertes hombros y alzó sus piernas cogiéndose firmemente a su cintura, restregándose contra su duro miembro, mientras gemía ardientemente en busca de su placer. Bill rugió enferbrecido por la pasión. Sin dejar de agarrar fuertemente a Mabel contra su cuerpo, la tumbó en la cama y reclamó sus labios mientras sus manos buscaban frenéticas la liberación de sus pechos.

El sujetador no tardó mucho en desaparecer. Entonces el jugó con sus senos acariciándolos, apretándolos entre sus fuertes manos. Sus dedos no tardaron en acariciar sus enhiestos pezones y pellizcarlos haciéndola sollozar de pasión.
Su boca abandonó los labios de Mabel y fue bajando despacio por su cuerpo en busca del sabor de su deseo. Besócon delicadeza su cuello, sus hombros... Cuando llegó a sus pechos los devoró haciéndola enloquecer. Sus manos bajaron por su cintura hasta llegar a sus bragas y acarició por encima de éste su húmedo interior. Mabel gimió moviéndose contra la ruda mano de Bill, suplicándole con su cuerpo el placer que se resistía a darle, pero sus manos siguieron prodigándole caricias excitantes ignorando una y otra vez ese lugar que lo reclamaba húmedo y dispuesto. Acarició sus piernas, desde la punta de sus pies hasta sus firmes muslos, que se abrieron sin protesta alguna cuando los besó y labio muy cerca de donde su deseo latía con necesidad. El cuerpo de Mabel estaba tenso como una cuerda, lleno de deseo, a la espera de sus caricias en el lugar más íntimo.

Finalmente, cuando Bill alzó sus caderas y la saboreó a través de su braga, como si fuera un hambriento y ella su comida, Mabel gritó extasiada mientras tenía su primer orgasmo.
Pero Bill no se detuvo y le arranco la ropa interior sin dejar de devorarla. Mabel, aún sensible, volvió a excitarse cuando una de sus manos acarició un pecho y la otra introducía uno de sus dedos en su húmedo interior, embistiéndola a la vez que su lengua acariciaba su lugar más sensible.

Cuando Bill introdujo un segundo dedo, ella gritó su nombre una y otra vez mientras tenía su segundo orgasmo y agarraba fuertemente la cabeza de Bill contra su cuerpo. Con el cuerpo lánguido y relajado, Mabel soltó la cabeza de Bill, que pareció mostrarse satisfecho, pues se retiró de su lado haciéndole darse cuenta del frío de la mansión. Él se quitó la ropa interior y mostró su enorme erección ante los ojos inocentes de Mabel, mientras su mirada llena de lujuria insatisfecha la devoraba.

-. Ahora me siento mucho mejor...- declaró Bill dirigiéndose a ella.

Mabel lo miró confusa, pero tan sólo echar un vistazo a su fuerte cuerpo desnudo y Su excitante miembro la lleno nuevamente de vivo deseo, por lo que se olvidó del leve dolor de la marca y del lugar lúgubre en el que se encontraban, y alzó la mano para acariciar su miembro. Se sintió poderosa al escucharlo gemir de placer mientras ella apretaba su pene y movía su mano haciéndolo reaccionar. Las caderas de Bill se movieron contra su mano mientras el gruñía su nombre una y otra vez; Mabel se humedecía ante la respuesta del cuerpo de Bill y finalmente fue ella la que tomó la iniciativa guiándolo hacia su interior.
Bill se detuvo unos instantes para reflexionar sobre lo que haría ahora y con una humana, pero no le importó, y ella lo esperaba húmeda e impaciente. Y cuando finalmente élse introdujo despacio en su apretado interior, para Bill fue el paraíso, pero Mabel gimió de dolor.

Mientras Bill intentaba introducirse enteramente en ella, se dedicó a volver a excitar su tenso cuerpo con el fin de hacerle olvidar el dolor de la primera vez. La acarició de nuevo con una de sus manos en busca de su placer y con su boca tomó otra vez sus pechos. Ella no tardó en reaccionar y exigirle que se introdujera a su cuerpo; él se resistía a ser brusco y arrebatarle la virginidad de una sola embestida, pero fue Mabel la que lo obligó a hacerlo cuando alzó sus caderas aceptándolo completamente en su interior.
Bill gimió extasiado cuando se halló todo apretado en su húmedo cuerpo, ella gritó de dolor, exigiéndole que se quitará de encima, hasta que comenzó a moverse para apartarse de él y comenzó a gustarle.

-. Mabel, no te muevas. - suplicó Bill dispuesto a mantener el control y a no tomarla como el demonio que era. Pero Mabel lo ignoró volviendo a alzar las caderas al ver que él no se movía; gimió de placer y arañó su musculosa espalda atrayéndolo hacia ella, exigiéndole más. - A la mierda el control .- gruñó entre dientes Bill mientras embestía con fuerza el cuerpo de Mabel.

La oyó gritar su nombre una y otra vez mientras tenía un orgasmo y, a la vez que su cuerpo se convulsionaba de placer, el de él llegó al límite y explotó con bruscas arremetidas liberandose en su interior.
Bill cayó rendido sobre el cuerpo de Mabel, luego se apartó para no aplastarlacon su peso y se acurrucó a su lado abrazando su cuerpo satisfecho.

Al fin el dolor de ambos desapareció.

Eres Mía, Estrella Fugaz Where stories live. Discover now