•Capítulo 4•

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¡Mabeeeel!

El grito de candy cesó.

Mabel sintió un aroma a ceniza y un poco de putrefacción. Cuando abrió sus ojos no lo podía creer, el escenario era terrorífico; los árboles estaban totalmente secos, el cielo era de tonos rojos y naranjas, la misma pérgola de gravity falls pero esta estaba más deteriorada y sin uso.

La castaña comenzó a caminar lento e inseguro, cada paso que daba era inestable y el olor comenzaba a darle náuseas.
Debía regresar apenas supo que estaba en el mundo demonio pero una fuerza de atracción extraña e inexplicable la atraía al pueblo.
Cuando llegó a este, pudo ver diferentes especies de demonios, algunos eran horribles, otros de apariencia humana pero con rasgos de demonio y animales extraños.

-Venga por aquí señorita, el bar pestilencia le dará todo lo que una princesa como usted necesita- decía un ogro de tamaño colosal

Mabel solo negó nerviosa

-El bar pestilencia es una basura señorita- decía un joven de cabellos negros y dientes afilados- mejor venga al bar inframundo y disfrutara de lo mejor del mundo demonio-

Mabel lo miró detenidamente y pensando que ese chico era realmente guapo. Ella solo sonrió

De pronto, el ogro le dio un golpe al chico guapo por robarle un "cliente" Desatando una pelea entre varios demonios.
La castaña rápidamente se alejó del lugar llegando a una calle algo vacía.

-Hueles a humana- susurro un joven entre la oscuridad

Mabel dio un salto por el susto mientras buscaba al dueño de esa voz.

-¿¡Quien es?! - grito nerviosa

Una risa algo maquiavélica comenzó a sonar mientras daba paso a un joven de apariencia humana.

-Vaya, Vaya- el joven comenzó a rascar su cabellera mientras se acercaba a Mabel - Eres algo gritona-

La chica quedó impresionada por la belleza de aquel demonio. Era rubio y sus ojos eran como el ámbar, vestía un esmoquin amarillo y negro, un sombrero de Copa y un bastón, era bastante alto.

- Wo, ahora eres muda- sonrió el demonio- que cambio de personalidades- decía mientras tiraba el pelo castaño de la chica- No te sonrojes por favor-

Mabel reaccionó y golpeo la mano del demonio que acariciaba el castaño cabello de esta.
Este la miro con sorpresa y su rostro cambio de serenidad a una de enojo total.

-Que insolente eres - el chico dio un paso hacia atrás - Pagarás por esto-

La chica con miedo comenzó a correr, por suerte recordaba el camino que había tomado para llegar hasta esa calle. Cruzó por los dos bar que le habían ofrecido y cuando estaba apunto de llegar a la pérgola algo la tomó por la muñeca haciendo que esta ardiera.

- ¿Te atreves a huir después de tal falta de respeto? - Mabel miro al demonio que sostenía su muñeca y un escalofrío la recorrió, sus ojos estaban rojos como la sangre- ¿acaso no sabes quien soy yo? -

Mabel negó rápidamente con los ojos apretados y llorosos, temía por su vida y el dolor en la muñeca era cada vez más insoportable.

-Da igual ahora, porque desde este momento no lo olvidarás jamás - el demonio comenzó a reír de forma demente- ¡Tú!, desde hoy, eres completamente mía-

El demonio rubio desapareció y junto a él, el dolor de la muñeca. Inmediatamente Mabel observo su muñeca en busca de heridas pero en ese momento habría preferido la herida más fea del mundo a cambio de la marca que tenía de forma permanente.

Bill Cipher

Eres Mía, Estrella Fugaz Where stories live. Discover now