•Capítulo 9•

2.6K 238 38
                                    

Mabel estaba a oscuras en una habitación desconocida y lo último que pasó por su cabeza eran las verduras de su huerto, y, al Rubio demonio aparecer a sus espaldas.

-¿Donde estoy? - susurro - ¿hay alguien que me pueda ayudar? -

Pero solo el eco de su voz retumbaba en esas paredes de concreto que conformaban aquella habitación.

- Es solo el comienzo - decía una voz desconocida - primero es la soledad, luego la tortura -

La curiosidad invadió a Mabel al igual que el miedo.

- ¿Quien eres tú? - cuestionó la castaña moviéndose de un lado a otro, intentando encontrar una salida.

La voz tardó en responder.

-Otra víctima más, creo que la única con vida sin contarte a ti - se escucharon pasos rondar cerca de mabel - somos un juego, unos juguetes para su entretenimiento-

Mabel no entendía nada, todo era tan confuso y rápido de digerir. ¿De quien hablaba aquella voz?.

-Bill Cipher, claro- respondió la voz a la interrogante de Mabel - estas marcada por lo que veo, eso es malo... Muy malo-

La castaña miro la marca en su muñeca y la araño con brusquedad.

- Así no lograrás nada, solo te dañaras pero a la marca no le ocurrirá nada - pasos aún más sonoros se escucharon en la habitación - Además, no es la única marca que tienes -

Mabel miro en todas direcciones buscando el cuerpo de aquella voz pero sin resultado alguno.

- Por favor, muestrate. -

Los pasos se oían más cerca y más fuertes. De pronto, una joven aparecía frente a sus ojos.

- Mi nombre es Melody. - se presentó la chica - Hace años que estoy aquí. -

Mabel la miró extrañada, ¿Por que ella estaba en ese lugar?

-. Te explicaré, yo también tenía una marca de Bill en el brazo. - Melody subió la manga de su chaqueta mostrando una cicatriz que abarcaba la muñeca. - ya no está, por lo que quede atrapada aquí sin poder salir. -

Mabel recibió un dolor punzante en su pecho y miro la marca que ella tenía: "Bill Cipher" Y el dolor se agudizó más.

-. ¿ Como recibiste esa marca?. - la castaña estaba confundida, creía que la marca que le había hecho Bill era algo especial. Rápidamente se retractó de ello.
-. Tonta, como puedes pensar algo así de él. - pensó

Melody miro a Mabel e inmediatamente supo que pasaba por su mente.

-. Hice un trato con él. - la chica volvió a su Estado de fantasma. - Y no salió bien. - Melody tocó el hombro de Mabel y volvió a hablar. - A penas Bill abra una salida en esta habitación, saldré. Así que buena suerte... - la voz se fue alejando poco a poco. - La necesitarás. -

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la castaña y poco a poco la voz de la chica volvió a su mente.

-. La marca sirve para abrir la pared de esta habitación pero te recomiendo que no la uses ya que eres una humana, presa fácil de los demonios. -

Dicho esto, la voz nunca más volvió a presentarse.

Pasaron segundos, minutos o incluso horas. Mabel no estaba consiente de cuanto tiempo había pasado desde que llegó a ese lugar y poco a poco su cordura estaba saliéndose de control.

-. Mabel, Mabel, Mabel. De seguro estas en tu habitación y tus padres están peleando, tu hermano desapareció e incluso debe estar muerto. - La castaña tocaba cada pared buscando el sonido que ella misma estaba creando en su cabeza. - ¿Oh? Mamá dice que podré salir de casa. -

La chica feliz comenzó a tocar más fuerte la pared y sus uñas sangraban.

-. Que mierda haces Estrella fugaz. -

La voz del demonio retumbó en su cabeza y esta comenzó a doler.

-. Auch, me dolió tonto. -

El demonio estaba algo confundido. Se acercó a Mabel y la tomó por el hombro.

-. Estrella fugaz, basta. - la voz seca de Bill despertó a Mabel de su temporal locura y poco a poco las lágrimas comenzaron a caer por sus oscuros ojos.

-. Bill... ¿Por que me haces esto?. - sollozaba la castaña mientras golpeaba el pecho de Bill con múltiples puños al azar.

El recién nombrado no sabía que hacer con una Mabel llorando desconsoladamente y decidió a darle comienzo a lo que el venía planeando.

-. Estrella fugaz, ¿sabes por que estas aquí?. - pregunto serio mientras se separaba de Mabel.

La nombrada negó lentamente con la cabeza mientras limpiaba sus lágrimas.
Bill solo rió bajito.

-. Arruinaste una tarde completa que tenía con dos diablitas de muerte. - decía cada vez más enojado. - tendría el sexo más fantástico del mundo y tu lo arruinaste. -

El Rubio hizo sonar su cuello, primero a la derecha. Mabel cayó rendida en el duro suelo de semento mientras respiraba con dificultad, luego a la izquierda y Mabel se colocó de pie mientras caminaba embobada a la pared más cercana, esta se abrió dando paso a un demonio débil para Bill pero letal para la castaña.

-. Ellas ya no me quieren ver más. - hizo un puchero fingido. - ¿ Con quien me voy a satisfacer ahora?. -preguntó coqueto dirigiéndole una mirada pícara a la chica.

Mabel estaba siendo rodeada por el demonio recién ingresado a la habitación y ella lo miraba con fascinación . La chica estaba bajo el poder de Bill y no podía resistirse.

-. Bill, deja de jugar. Si vas a matarme, hazlo ahora mismo. -

La voz de la castaña retumbó en la mente del demonio Rubio y este solo hizo una mueca de disgusto.

¿Como podía ser que ella se pudiera comunicar con el a través de su mente?

Recordó aquel cuento para dormir que había escuchado hace ya varios siglos atrás y su cuerpo se estremeció ante el recuerdo helado que se introducía de golpe a su celebro.

"Cuenta la leyenda, querido Bill. Que existe un vínculo muy poderoso y solo se da en aquellas parejas predestinadas a estar juntas por la eternidad, sea humano, hada, ninfa, híbridos o demonios. El amor que nacerá será tan fuerte que nada ni nadie podrá separarlos.
Las parejas que están unidas por este vínculo podrán hablar entre mentes, tener una vida promedio mucho más larga y por sobre todas las cosas, la parte más peligrosa... Si uno de estos muere o se separan por x razón, el dolor y la desesperanza invadirá todo el ser de ambos llevándolos a la locura. "

E inmediatamente asesinó al demonio que rondaba cerca de la castaña y este solo la miró.

-. Pareja de por vida... - susurro lo más bajo que pudo para no ser escuchado

Mabel lo observó detenidamente y le dio una cálida sonrisa. Bill se estremeció y lentamente se acercó a ella.

-. Demonios, por que debías ser tú. -

Eres Mía, Estrella Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora