Con los ojos medio cerrados por aquel soleado día del martes, Lauren visualizó bien a su contrincante y se preparó para batear con fuerza la bola que lanzo la pitcher, consiguiendo que llegase hasta la segunda base un poco asfixiada mientras su equipo la animaba.
- "Buen bateo, Scott" la animó la entrenadora Cox a lo que respondió con una sonrisa.
Misma que Camila mostró antes de responder un mensaje de texto y volver a mirar por la ventana de la furgoneta que George conducía en ese mismo instante. Dejando que la música de sus auriculares la relajase, se acomodó en el asiento y siguió mirando por esta.
- "Llegaremos en veinte minutos" le hizo saber el chofer mirándola por el espejo retrovisor.
-"Perfecto" respondió sonriendo de lado.
Exactamente el mismo tiempo en el que el partido quedó concluido y, por consecuente, todo el equipo que había sido dividido en dos para el entrenamiento de la temporada, fuese en dirección a las duchas en las que Shannon no pudo evitar volver a bromear con su mejor amiga.
- "Día nueve; mismas ojeras y sonrisa" detalló. "Bueno, parece que esto es oficial" la picó.
- "Cállate" rodó Lauren los ojos.
- "Mejor que te callen a ti otra vez, ¿no?" elevó sus cejas.
- "Eres imbécil" se puso nerviosa.
- i"Puede ser, pero dime, ¿tengo razón o no?" insistió.
- "Tal vez, no lo sé, no hemos hablado de ello" admitió.
Y me da miedo hacerlo.
Realmente tenía razón puesto que desde que se volvieron a besar el domingo mientras sonaba dicha canción, el resto de la noche habían actuado como una pareja pero sin hablar de ello y, en cuanto la dejó en su casa de madrugada, se despidieron con una tímida sonrisa y las ganas de saber cómo hubiera sentado abrazarse.
- "Entonces, ¿de qué habláis tanto por mensaje?" quiso saber.
- "De muchas cosas, pero no de eso"
- "Ah sí, muy concreto todo, gracias" dijo irónica mientras se colocaba la ropa interior.
- "Eres una cotilla" rio nerviosa. "Ella me cuenta sus cosas y yo a ella las mías, no sé, simplemente hablamos a todas horas"
- "Código 11-04, tenemos a dos enamoradas con ganas de sexo salvaje" bromeó Shannon, contenta con toda la situación.
- "Vete a la mierda" le lanzó su toalla de baño a la cara.
Entre risas, recogieron todas sus pertenencias y con el murmullo de sus compañeras y el resto de alumnos del Golden Eagle, llegaron al almuerzo. Mismos murmullos que Camila escuchó en el momento en el que empujó la puerta de cristal de la cafetería y buscó con la mirada a la persona con la que había quedado esa mañana.
- "No eres muy puntual" le hizo saber esta después de saludarla con dos besos y volverse a sentar.
- "¿Cómo estás, Karen?" preguntó mientras cogía la carta.
- "Mejor que un muerto" se encogió de hombros. "¿Y tú?" respondió la aludida, mirándose sus perfectas uñas pintadas.
Karen Rodríguez; mismas raíces, mismo tono de piel, pero unos labios bastantes carnosos acompañados por unos ojos que, dependiendo de la claridad, obtenían un color u otro. Destaca por su personalidad característica y por todos aquellos secretos que deja ver entre líneas.
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