El timbre escolar; un sonido irritante para muchos, pero agradable para otros la última hora del viernes. Un sonido que finalizaba así, la semana escolar, siendo ésta la penúltima del primer semestre. Un sonido que penetró en los oídos de sus compañeros, excepto en Lauren, quien había pasado los últimos minutos con la mirada perdida en la roja y gastada pulsera que llevaba decorando su pálida muñeca desde hacía años.
- "No os olvidéis sacar en la biblioteca Madame Bovary de Gustave Flaubert" habló el profesor Minnick en un tono alto, a la misma vez que sus alumnos recogían. "Tenéis hasta el viernes que viene para exponerlo, ¿de acuerdo?" preguntó, obteniendo una afirmación global. "Es el último del semestre y no quiero verme obligado a poneros un insuficiente en vuestro último curso"
Deseándoles un buen fin de semana a todos antes de que la puerta de su aula se abriese, Minnick, aquel señor de nariz puntiaguda, ojos color miel y pelo castaño que siempre vestía con camisas horteras, abrió su maletín y comenzó a guardar sus propios apuntes mientras tarareaba una canción y Lauren lo observaba. No era de los profesores más atractivos, pero impartía una de sus asignaturas favorita; La Literatura llevada al Cine.
- "Que tenga un buen fin de semana, profesor Minnick" se despidió su amiga, consiguiendo que la de ojos verdes, de espaldas, negase con la cabeza. "¡Lauren!" la llamó. "Espérame" pidió, corriendo a su lado.
- "¿Ya te has cansado de hacer la pelota?" preguntó ésta con gracia, dirigiéndose hacia su casillero.
- "No es hacer la pelota, es ser amable para que me ponga mejor nota y así conseguir más créditos" explicó, intentando sin éxito parecer ofendida.
- "¿Ah sí? Yo pensaba que querías pasar otro año aquí" replicó Lauren, sacándole la lengua pícaramente.
- "Eres una imbécil" rio la castaña, deteniéndose en su casillero.
Shannon Beveridge, posiblemente una de las chicas más atractivas de todo el curso; tez clara, ojos azules a juego y una nariz juguetona. Compañera del equipo de softball y, por último, pero no menos importante, una de sus mejores amigas desde que ésta fue trasladada a su instituto tres años atrás.
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Su primer encuentro había sido en el aparcamiento donde la morena estuvo a punto de atropellarla con su bicicleta y la nueva estudiante golpearla por ello. Desde entonces, habían hecho un buen equipo, pero Lauren, siempre que tenía oportunidad, bromeaba con noveno grado, el curso que la castaña tuvo que repetir.
- "¿Vas a venir a la fiesta de esta noche?" preguntó ésta, apoyada en el casillero al lado del de su amiga. "Es en la casa de Bill Miller" añadió, mirando las notificaciones de su móvil.
- "¿Bill Miller? ¿El mismo que reparte magdalenas de marihuana como si fueran canapés?" preguntó, obteniendo un asentimiento mientras guardaba los libros necesarios para ese fin de semana. "No, gracias" negó, cerrando el casillero con fuerza, consiguiendo que su coleta se moviese por el viento provocado.
