—A la orden cariño cualquier otra duda que tengas me la haces saber, nada de señora Natalia puedes llamarme Naty siempre ando por esta planta creo que nos encontraremos más adelante, ahora querida tengo que hacer otras cosas el deber me llama, no olvides leer el manual y el documento que te dio John —nos despedimos con un abrazo y un beso.

Dios gracias por ayudarme a conseguir este puesto, tuve que pedir un poco de ayuda, pero en este ambiente voy a perfeccionar mis conocimientos.

Camino varias cuadras hasta llegar a la parada. Cuando el bus se detiene frente, pago el pase y ocupo uno de los asientos cerca de la ventana, sujeto la carpeta y el manual cerca de mi pecho aun no cabe en mi cabeza que logre entrar a una empresa tan prestigiosa como secretaria personal del jefe.

Aun no voy a cantar victoria hasta que conozcas al jefe, solo espero que sea respetuoso no soportaría a un depravado.

Estoy ansiosa por llegar a casa contarle a mamá lo excelente que me ha ido hoy la felicidad más grande que llevo es que podré ayudarla con su tratamiento.

¡Oh madre que haría sin ti!

El bus me deja frente al pequeño camino que conecta la vecindad donde nos alojamos. Tres casas antes de llegar a mi hogar detengo mis pasos al escuchar la voz de Luis.

—Hola niña Ali te vez radiante hoy ¿buenas nuevas?

Mi sonrisa se amplía más, creo que mi rostro se partirá en dos por la felicidad al recordar mi logro, me acerco de la verja de su hogar Luis es un anciano cariñoso al cual le tengo mucho aprecio lo quiero como si fuera mi propio abuelo.

—Abuelo Lu estoy feliz ahora más que lo veo ¿Cómo se siente?

Tenía varios días que no lo veía, ya que permaneció un tiempo interno en el hospital. Varias veces fui junto con mamá a visitarlo, cuando le dieron el alta su hija menor lo vino a buscar para cuidar de él un tiempo.

—Bien a pesar de los achaques niña.

Luis tiene osteoporosis, sufre de dolores agudos. Me parte el corazón verlo así.

—Lo imagino, abuelo Lu pasare más tarde con mamá a ver si se anima a salir estar encerrada no la va ayudar en nada.

Suspiro triste luego de que Alex muriera mamá quedo destrozada jamás la escuche reír después de ese fatídico accidente. Sonríe por compromiso o para que no me preocupe.

—Está bien niña tomaremos té las espero.

Me despido enviándole un beso prometiendo que voy a traer galletas para acompañar la bebida.

Al abrir la puerta de la casa esta silenciosa.

—Mamá estoy en casa.

Hablo alto para que sepa que llegue, dejo los zapatos planos cerca de la puerta camino hacia la sala no la veo por ningún lado, la casa no es grande consta con dos habitaciones, un baño, cocina, sala, balcón, un pequeño jardín en frente de la casa.

Sigo el recorrido parando frente a la puerta de su habitación, toco la madera con mis nudillos espero unos segundos su respuesta.

—¿Mamá estas ahí?

Abro la puerta, sobre las colchas se encuentra mi madre, sus hombros se sacuden con violencia, aunque en la estancia no se escucha nada, hoy es un día que es oscuro para ella necesita todo el apoyo que le pueda brindar me acerco recuesto mi cuerpo a su lado acaricio su hombro.

—Estoy aquí bonita, para lo que necesites mamá no olvides que te amo con todo mi corazón siempre estaré a tu lado sin importar lo que tenga que hacer.

La PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora