•Epílogo•

1.4K 82 13
                                    

Cierro la puerta de la residencia de un portazo y me escurro en ella hasta tocar el suelo, sollozando con las manos cubriéndome el rostro.

Pego un brinco asustada al escuchar de repente gritos, quejas y protestas en la habitación de arriba y por las escaleras.
Limpio mis ojos, quitando cualquier rastro de lágrimas de mi cara para que nadie se dé cuenta de lo que ha pasado, es mejor sonreír que explicar qué te pasa.

Aunque es demasiado tarde, tres pares de ojos me observan con los brazos entrecruzados y expresión preocupada.

Las saludo nerviosa, con la mano derecha y sin que se den cuenta, salgo corriendo en dirección a las escaleras.

—Oh, no, señorita— un brazo retiene mi huida—. Usted no va a irse de aquí todavía, no sin antes pasar un lindo interrogatorio— Ashley enarca una ceja, orgullosa por haberme detenido y hacer que me siente.

Suspiro cansada y cuando veo que las tres están con los ojos puestos en mí, atentas e intrigadas, comienzo a narrarlo todo, desde la cita con Alice, una psicóloga, hasta la declaración de Luke y mi huida hacia aquí.

No sé cuándo he vuelto a llorar, pero se siente demasiado bien el haberlo soltado todo.

Deja de llorar, descerebrada, porque te vas a morir de deshidratación o incluso ahogada en tus lágrimas. Mejor dicho moriremos, porque somos una sola. Y no sé tú, pero yo no quiero morir.

—Oh, Megan...— acuesto mi cabeza en el pecho de Danielle, mientras esta acaricia mi cabello logrando que llore más—. Llora, desahógate, incluso puedes golpear a Kylie si eso te hace sentir mejor.

—Hey— acota Kylie.

Me separo de ella sobando mi nariz con mi mano.

—No sé qué hacer ni cómo hacerlo, chicas— seco mis lágrimas—. Estoy harta de tener miedo a amar a alguien.

Se miran entre ellas, tristes, y es Kylie la que comienza a hablar—. ¿Sabes, Megan? He estado pensando mucho...

Wow, no creí que iba a escuchar salir eso de tu boca, rubia— Ashley alza las cejas con excesiva sorpresa. Ante las miraditas de Kylie, fulminándola con la mirada, deja de sonreír—. Lo siento, solo quería hacerla reír— me señala y agradezco su gesto con un abrazo.

—En fin, Ashley, sí, he estado pensando mucho en todo esto— recalca su nombre y rio para mis adentros—. Sabemos lo de tus padres desde hace tiempo, prácticamente desde que empezamos a ser amigas y siempre has sabido llevarlo medianamente bien. Pero, ahora que ha aparecido Luke a confesarte todos sus sentimientos, tu corazón se ha reprimido, ha colocado una barrera para que no vuelvan a hacerte daño, porque tienes miedo, Megan, miedo a querer a alguien y que ese alguien vuelva a abandonarte, por un motivo u otro— escucho sus palabras con tristeza, porque sé que está en lo cierto en todo lo que dice—. Tu corazón está roto, Megan, y la solución para repararlo, aunque no te lo creas, es él, es Luke, él es la persona correcta para arreglarlo. Ves a Luke como una amenaza porque tú también lo quieres, aunque tu corazón no quiera admitirlo aún. Sé que te cuesta volver a amar a alguien, lo veo en las tantas veces que has llorado por Luke, y por eso sé que te gusta. Pasa de página, Megan. No te digo que te olvides de tus padres, no quiero que lo hagas, porque por todo lo que nos has contado, tu padre era como un ángel, tanto como persona como padre— agacho la cabeza, asintiendo y derramando lágrimas una tras otra—. No quiero ver cómo sigues haciéndote daño.

—Eres demasiado importante para nosotras y nos duele ver cómo sufres— Ashley toma mi mano entre las suyas.

—Vamos a estar contigo siempre, Megan, tanto en lo bueno como en lo malo— Danielle me sonríe alegremente—. Porque hay amistades, que por más que quieran separar, jamás lo van a lograr. ¡Juntas contra el mundo!— alza el puño como un signo de guerra y nosotras no podemos evitar reír.

Dangerous Women®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora