16•Pesadilla en la cocina•

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Megan

-Pásame la sal- le ordeno a Luke.

Para ahorraros las preguntas, os diré el castigo que nos han impuesto a los dos. Básicamente, se trata de preparar el almuerzo para, después, servirlo en el comedor.
Sí, hoy somos como una especie de cocineros que no cobran.

Os aseguro que acabamos de empezar a preparar la comida y no estoy entiendo nada, me pierdo cuando empiezo a leer las instrucciones de la comida de hoy. Parece que el idioma es chino, porque no sé cuáles son todas esas especias.
¿Para qué hay que echarle tantas especias a una comida cuando después no va a saber a nada de eso?

Supongo que no lo sé porque nunca he hecho ninguna comida. Luke parece saber un poco más que yo, aunque tampoco tanto, porque en el rato que llevamos, le he visto hacer muecas confusas con la cara.

Pero, bueno, volvamos al tema principal.

-¿Estás sordo o es que no entiendes mi idioma?- vuelvo a preguntarle.

-Cógelo tú, que para eso tienes manos- responde sin mirarme.

Gruño, y tengo que rodearlo a él y a la mesa dónde estamos cocinando, para coger el maldito bote de sal. Cuando voy a colocarme de vuelta en el sitio dónde estaba antes, tropiezo conmigo misma haciendo que el bote de sal resbale de mis manos y caiga al suelo.

-Oh, mierda- me agacho e intento recoger con las manos algunas mijitas de sal que se han escapado del bote.

-¿Eres tan guarra que ya tienes experiencia hasta en agacharte?- paro de recoger la sal y alzo la mirada lentamente hasta localizar a Luke mirándome burlonamente.

Tú sigue hablando, que te vas a cagar, niñato.

-Supongo que será eso- toca su barbilla pensativamente- Sois tan guarras que entrenáis de esa forma para complacer a las personas que se os acercan- me echa una última mirada burlona y sigue con lo que estaba haciendo, que es el gilipollas.

Localizo un gran vaso de agua a no menos de un metro de mí. Me levanto lentamente sin intentar hacer ningún movimiento brusco- Cierto, seguro que será eso- respondo y él sigue sin mirarme, lo que es un punto a mi favor.

Estiro el brazo lo más que puedo para alcanzar el vaso, hasta que logro conseguirlo y lo primero que hago es colocarme detrás de Luke y echarle todo el gran vaso de agua helada por encima de su cabeza. El líquido cae por toda su cabeza, mojando su pelo y cara. Parte de su ropa también ha sufrido las causas de que te echen un vaso de agua encima.
No hace nada. Se queda quieto, inmóvil, paralizado, y la duda de que tenga un cuchillo al lado surge en mí. No me llaméis exagerada, pero si le hubieras hecho esto a tu enemigo, hubieras pensado lo mismo, yo lo sé.

-Oh, lo siento, es que en el curso de entrenamiento para ser la más guarra del mundo, nos enseñaron a echarles un vaso de agua encima a idiotas como tú- sacudo las últimas gotas de agua en su cabeza y coloco el vaso dónde se encontraba minutos antes.

De un momento a otro, sin siquiera darme tiempo a moverme, se da la vuelta y me lanza un puñado de colorante en la cara. Lo miro con rabia y aprieto mis puños, descargando mi ira en ellos. Miro de reojo los alrededores, inspeccionando algo para poder echárselo en toda su cara de estúpido.
Oh, mi querido aceite. Sí, será buena idea. Y es cuando pasa una mosca por medio de nosotros, que Luke se distrae observándola, cuando salgo corriendo a por el aceite y apunto el bote hacia él.

-Quieto- le aviso. Él alza las manos y yo ahora mismo me estoy sintiendo un poco superior- Bien, ahora, camina hacia atrás- tarda en obedecer mis órdenes, pero lo hace- Buen, chico.

Él espera a que baje la guardia, cuando corre hacia mí. Pero, no le da tiempo de avanzar más, porque el chorro de aceite ha salido disparado en su cara y salpicado su ropa. Pobre chico ingenuo.

-¿Quieres más, no es así?- suelto varias carcajadas y él se quita el aceite de la cara. Me mira lleno de furia, coge la bolsa de los desperdicios y me la lanza, pero soy más rápida y consigo esquivarla.

Intento correr hacia la salida, pero me coge de la cintura y me sube encima suya.

-¡Bájame ahora mismo, si no quieres que te pegue una hostia después!- comienzo a darle patadas a su barriga. No puedo ver la cara que pone, porque solo tengo visión para ver el culo. Estoy pringosa por culpa del aceite y me está empezando a dar asco- ¡Que me bajes, imbécil!

-Por cierto, bonitas bragas- suelta y los colores suben a mis mejillas, pero de rabia- ¿Las guarras os ponéis siempre este tipo de bragas?- comenta con cierto tono burlón. Le doy una patada, contestándole a su pregunta- Ya te bajo, fiera.

Me baja con suma lentitud y, ya en el suelo, lo señalo con el dedo- La última vez, Luke, la última vez- alza las manos con una gran sonrisa- Voy a tener que ir a cambiarme por tu culpa, así que, ahora vuelvo.

(...)

Luke

Ha pasado ya más de una hora y Megan sigue sin venir. No es que me preocupe por ella, es que yo no puedo hacer la comida solo, y, además, el castigo era para los dos.
Decido parar de cocinar y salir de la cocina del instituto para ir a buscarla. Entro y salgo en algunas aulas, pero nada. Cuando estoy por rendirme, oigo una voz susurrando mi nombre. Me doy la vuelta y se encuentra escondida en la esquina del pasillo. Me hace gestos para que me acerque y así hago.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto cuando llego a su lado- ¿Estás buscando tu dignidad?

-Calla y mira- contesta.

-¿Me estás amenazando?- comienzo a mirarla fijamente y ella me mira también de la misma manera, pero con un toque de furia. Su cara me da miedo, así que decido parar con una buena excusa- ¡Que era broma!- chasqueo los dedos y le dedico una sonrisa.

Rueda sus ojos y me dice que me asome. Vemos al director con una de las profesoras del centro, cogiendo sus manos y diciéndose cosas al oído. ¿El director no estaba casado? La profesora comienza a reírse de las cosas que le dice y el director sonríe perverso.

Megan saca su móvil de su canalillo y comienza a grabarlos, aumentando el zoom con los dedos.

Cuando termina, me mira alegremente- Me da que la próxima vez el director lo va ha tener difícil a la hora de ponernos un castigo.

Dangerous Women®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora