Capítulo 38

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La semana aquella, también pasó muy rápido, quizás debido a que todos andaban muy ocupados

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La semana aquella, también pasó muy rápido, quizás debido a que todos andaban muy ocupados. La casa en reforma estaba cada vez mejor, y solo quedaban algunas reparaciones en las tuberías del baño y la cocina. Por otra parte, Thania y Mark habían estado ayudando para que el cumpleaños de Juliette fuera el mejor de todos. Compraron cosas de cotillón, como vasos, esos flamencos flotantes e incluso espuma de carnaval.

La relación de los dos chicos había mejorado desde esa vez en que ambos se dijeron la verdad, y ahora Jul conocía sus sentimientos. Después de todo, el tener las cosas claras había blanqueado bastante su mente de pensamientos y preguntas que no podía responder. Se veían prácticamente todos los días, y comían galletas o cualquier cosa que hubiera sobrado del negocio. Por la noche se quedaba a cenar, y Mark insistía en pagar el helado. Su madre no dejaba de preguntar, pero Jul aun no le confirmaba nada, solo se reía.

Era jueves por la tarde. Ambas amigas se encontraban en el patio trasero de Thania, terminando los detalles de sus disfraces. La vieja mesa de mármol blanco, se encontraba repleta de hojas falsas, algunas canutillos de colores, y restos de tela animal print tipo cebra. Mientras que una se vestiría de Jane, como había dicho, la otra se iría de naufraga sexy, según explicó.

—Hum, sigo sin entender porque él está invitado, acaba de llegar aquí. ¿Cómo se enteró la bruja que tu primo se mudó? —preguntó, rompiendo aun más esos short de mezclilla.

—¿No es obvio? Ella siempre estuvo colada por él, ¿qué no recuerdas? Esa era otro de las razones por la cual la odiabas. Además, deja de quejarte... —Su voz había sonado más ruda de lo que quiso—. Bueno, a lo que me refiero, es que también eres masoquista, porque te dije miles de veces que no era lo mejor que fueras. Van a estar esos dos sujetos ahí, bajo el mismo techo.

—No creo que Nathan vaya.

—No lo sé, pero seguro que está invitado.

Juliette estiró el vestido que estaba haciendo y lo miró, torciendo la cabeza. Era ridículo, pero iba con la temática. Pensó que el disfraz de Nelly sería de flor o directamente iría con un vestido verde, rompiendo las reglas del disfraz. Claro, porque cuando ella no quería, no lo había. Bueno, después de todo era su fiesta. Pero seguía siendo injusto.

Thania se levantó de la silla y dobló su torso hacia atrás, haciendo una rara pirueta. 

—Te vas a quedar sin columna —le dijo la otra, dejando su vestido a un lado—. Estoy nerviosa por mañana, ¿crees que le agradaré?

Se arrepintió al instante de haber preguntado eso por quinta vez. Su amiga estaba sufriendo una locura a causa del amor y ella se encontraba casi flotando en las nubes por lo mismo. No quería que se pusiera mal, o que creyera que ella estaba mostrandole lo feliz que la hacía esa relación, mientras que ella estaba llorando a escondidas. Algo como cuando un niño se compra una paleta y le muestra al otro que no tiende, cuan dulce está. 

Mi querido Mark ©Where stories live. Discover now