Capítulo 29

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Aquel baile fue el que marcó un comienzo

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Aquel baile fue el que marcó un comienzo. Juliette no podría verlo igual que antes, no después de haber usado esas palabras que provocaron que las mariposas se volvieran locas en su interior. Y aunque temía salir lastimada, o no saber siquiera como continuaría la historia, eso no le importaba en ese preciso instante. Estaba bailando aquella canción, y la siguiente, así como la que continuó, con el chico más encantador que había conocido alguna vez.

La burbuja que solía formarse cuando estaba junto a él explotó de un segundo al otro, al escuchar la voz de Frank.

—Creí haberte dicho que no te acercaras a mi novia.—El rubio puso su mano en la cintura de Juliette, alejándola de su compañero, y dejándola totalmente anonadada por el atrevimiento. 

Iba a reaccionar de una manera nada suave, pero Mark se le adelantó. Al notar como el desubicado había tocado a la chica, de una forma fría, le quitó la mano, sin emitirle palabra.

—Ven, ya no quiero bailar.—Jul tomó al pelinegro de la mano, llevándoselo fuera de la pista, para evitar que algo malo sucediera allí. Sin embargo, el otro no se iba a dar por vencido tan rápido. Comenzó a molestar a su contrincante, hablándole de cerca, tratando de irritarlo.

—¿En serio crees que vas a llevártela así? Ella solo te ve como un pasatiempo...—dijo, casi escupiéndoselo. 

Mark se detuvo, y volteo a verlo, frente a frente. Su mirada era despectiva, y se podía ver que la irritación comenzaba a crecer demasiado. Jul volvió a tirar de su brazo, intentando alejarlos, pero esta vez, no se movió.

—Creo que la señorita ha dejado claro su forma de pensar con respecto a ti —habló, con una voz demasiado suave, una voz que no encajaba con su rostro—. Lo que conozco de Juliette me bastó para conocer que una chica como ella no toma a los sujetos como pasatiempo, y tampoco sale con tipos que ni siquiera recuerdan cerrar el cierre de su pantalón. —Frank bajó sus ojos por un segundo y Jul tapó su boca, evitando reírse—. Ya superalo amigo, y no te preocupes, habrá alguna de tu talla. 

Ese discurso, lo dejó perplejo, y no dijo nada más por todo el festival. Al menos estarían en paz ese sábado.

—Creí que se agarrarían a golpes en cualquier momento —dijo Juliette, una vez se hubieron alejado del rubio. 

Se sentaron en uno de los bancos que estaban ahí, bajó la sombra de un árbol decorado con banderines coloridos.

—Para que recurra a la violencia, tiene que ser algo demasiado grave. Las palabras son más fuertes que los puños, Jul. —La chica volteó a verlo y sonrió, dándole la razón—. ¿Desde cuando te persigue así? Aunque admito que si quise amputarle su mano derecha después de que la posó en tu cintura.—El chico movía sus pies al ritmo de la canción que estaba sonando. Era muy animada y el ukelele te invitaba a bailar.

—No sé, desde que se le ocurrió que quería que saliéramos. Le dije que no estaba interesada, y no se rindió hasta ahora.—Vio sus pies moverse y miró hacia donde todos bailaban animados. La gente siempre esperaba esos momentos para bailar y gastar todas sus energías en un solo día. Vio a su amiga bailando con Nathan y ella también quiso volver—. ¿Volvemos? Creo que debemos aprovechar cada segundo para sacar las telarañas de nuestro esqueleto

—Así se dice. —Mark se levantó y tomó su mano, para comenzar a caminar hasta donde todos se movían al ritmo country de las canciones. 

Un hormigueo recorrió sus extremidades, al notar ese agarre.

...

El resto del día se la pasaron comiendo, probando nuevos platillos y más baile. A cada momento que pasaba, estaban más cerca del momento final, haciendo que los nervios los alborotaran. Además la tarde ya estaba entre ellos,  y el sol se estaba despidiendo. Cuando las luces se empezaron a encender, todos miraron con ojos brillantes hacia ellas. 

—Ya se viene—murmuró Jul, logrando que su compañero la escuchara. Cuando iba a decirle algo, Diane hizo su aparición.

—¿Y? Ya casi que los puedo escuchar allá arriba. ¿Cómo era? ¿The perfect true?—Jul negó. Era típico de su madre no saber ningún titulo de canción. Ella solo las cantaba como imaginaba que eran.

—The perfect two... —Su padre apareció con una cámara gigante en las manos. Se notaba que era profesional, pero claramente no sabía manejarla. 

—El muchacho de allá me prestó su cámara para que te fotografié cantando, pero no sé usarla...¿Dónde se prende? ¿Le pico aquí?—Gerard apuntó hacia la cara de su hija, que quería reírse de la situación. Parecía que iba a egresarse del jardín de infantes. El aparato emitió un flash que casi la deja ciega.

—Oh, papá, pero yo tampoco se manejar estas cosas... ¿por qué no le dices que te enseñe? Lo más básico aunque sea, porque se ve un poco complicada...—El hombre comenzó a irse, hasta donde estaba el dueño del aparato.

—Ah, tu padre y esas cosas raras, yo les sacaré una foto con mi celular. —Diane sacó su teléfono y buscó el icono con la cámara. Los chicos, divertidos por esas fotos accidentadas, se acercaron un poco, sonriendo hacia el aparato—. No, no, pero pónganse más juntos, vamos, no se hagan los tímidos. Así como estaban cuando bailaban... 

Jul tapó su rostro, ocultando la vergüenza, para reírse de forma sonora. Ella los había visto mientras bailaban, claro, como iba a perderse tal show. Mark pasó su mano por la cintura de ella, provocando que la chica temblara. 

—¿Y qué tal quedó?—preguntaron, acercándose. 

Ellos sonreían, de fondo se veía mucha gente, y toda la imagen estaba un poco movida. Asintieron, fingiendo que era la mejor fotografía. No querían seguir posando y que todo el mundo los mirara, murmurando si serían la nueva parejita.

—Aquí la tengo... ya sé como sacar... —Su padre venía emocionado, pero el alcalde interrumpió el momento, en cuanto subió al escenario. Todos voltearon a verlo.

—Nuestro día está llegando a su fin. Les pedimos a los chicos que representaran la ultima canción, para que se acerquen atrás del escenario, ya que en minutos, los tendremos aquí arriba. Estamos ansiosos. —El hombre se bajó.

Jul sintió que su estomago estaba a punto de darse vuelta. El sudor frió se hizo presente en sus manos y tan solo quiso estar en su cuarto abrazando a Simón. Thania apareció corriendo y la tomó por los hombros.

—Todo saldrá excelente, recuerda no mirarlos, solo canta. —Sonrió hacia su amiga. 

Sus dos padres se apresuraron a decirle lo mismo que le había dicho la rubia, llenándola de besos y empujándola para que se fuera. Los dos caminaron hasta la parte trasera del escenario y soltaron todo el aire que tenían en los pulmones. Mark ya tenía su instrumento allá arriba. 

—Sé tu misma, como esa vez en tu patio. Me dejaste sorprendido, y así vas a dejarlos a ellos.

Y  un momento para el otro, la rodeó, abrazándola. ¿Cómo se respiraba? ¿Cómo se abrazaba? Alguien debía recordarselo en ese mismo instante, porque lo había olvidado. Su aroma la inundó, y todo sus sistema nervioso volvió a fallar. Él, al sentirla tan tensa, se alejó, con una sonrisa, comprendiendo que quizás se estaba adelantando demasiado. 

Una voz desde el escenario, los estaban llamando a subir.

Sintió un fugaz beso en su frente, que casi la deja tirada en el suelo y luego ambos estaban arriba, escuchando como todos aplaudían y vitoreaban con mucho tesón, ya que una de las mejores reposteras de allí, les cantaría una canción.

...

¡Hice rima! nunr


Mi querido Mark ©Where stories live. Discover now