Capítulo 3

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Los tres chicos se fueron afuera, al patio trasero

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Los tres chicos se fueron afuera, al patio trasero. El sol estaba cayendo y la tarde estaba preciosa, rodeada de mariposas amarillas. Se sentaron en la hierba y Jul fue por más jugo y galletas adentro. Cuando volvió, ellos hablaban de forma animada.

—Gracias—dijeron.

—¿Y bien? ¿Cómo se les dio el viaje? —preguntó la chica—. Debe ser genial que te digan "Vamos al pueblo de tu novia" —dijo, imitando una voz masculina. Los dos implicados rieron ante la palabra novios.

—Bueno, es que vinimos a visitar a mi abuela. Hace rato no la veíamos y todo se dio de maravilla. Me dieron las vacaciones en el trabajo y estaremos aquí por tres meses. —Thania miraba a Nathan con dos corazones en sus ojos.

—¡Se me apareció en mi casa! —exclamó la rubia riendo—. No tenía ni idea de que vendrías. —Ella le dio un golpecito en el hombro.

—Wow. —Juliette rió. No se podía imaginar la felicidad que habrá sentido Thania en ese momento. Seguro le saltó encima y casi que lo tiraba—. Entonces te damos la bienvenida oficial al pequeño pueblo del Sapo Muerto —añadió encogiéndose de hombros, sabiendo que después de escuchar ese nombre, el chico de ciudad reiría. Y así fue.

—Ay, perdón. —Nathan rascó su cabeza nervioso—. Es que es un nombre muy...

—Si, ridículo. —las chicas se sumaron a la risa—. No te preocupes, siempre pensamos lo mismo. ¿A quién se le ocurre ese nombre para un pueblo? Bueno, aunque los sapos en serio que son grandes y gordos aquí.

—Si, ew. —A la pobre de Thania le daban muchísimo asco. Casi se podía decir que les tenía fobia.

—¿Y ya has visto el pueblo? —Una mariposa se posó en el vaso de Nathan y él la observó sorprendido—. Ah, mira que bonita. Estas son muy comunes en verano.

—Allá no tenemos de estas. —Sonrió el chico, poniendo su mano para que la criatura subiera, pero lamentablemente terminó volándose—. Hum y no, no he visto nada. Apenas que llegamos y me fui a buscarla. —Juliette entendió porque olía a tierra.

—Ah, claro. —Asintió.

—Bueno, quería mostrarle algunas cosas de aquí. No te creas que por ser pueblo es menos interesante, eh. —Thania le dio otro empujoncito al chico—. ¿Quieres venir?

Juliette estaba a punto de decir que si, pero luego se retractó. Suponía que, como le contó su amiga en la panadería, no se habían visto hace varios días y querrían charlar un rato a solas. Tampoco es como si le gustara ser la violinista. Sonrió ante ese pensamiento.

—Ah no, no —negó ella—. Tengo algunas cosas que hacer aquí. ¿Por qué no van solos y otro día nos juntamos? Tenemos tres meses todavía. —Jul se encogió de hombros y les sonrió, fingiendo estar un poco apurada.

—Hum, está bien —dijo la amiga—. Pero mira que no nos molestas, Jul, ¿estás segura? Vamos, ven —insistió.

—No, en serio. Gracias. —Para acortar todo, los saludó a los dos y comenzó a irse—. Un gusto conocerte, Nathan. Nos veremos en unos días.

Mi querido Mark ©Место, где живут истории. Откройте их для себя