Capítulo 19

937 85 0
                                    

La familia se encontraba almorzando en el gran comedor rustico

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

La familia se encontraba almorzando en el gran comedor rustico. Marissa había preparado unas pastas que ya tenía en el refrigerador. A todos les encantaban, pero hacía demasiado calor ese día para comer esa comida. Terminaron con el aire acondicionado encendido. Mientras tanto, Matt, contaba de como le iba en la universidad. Jul pensaba en que ella hubiera estado con él, al mismo tiempo, solo que estudiando otra cosa. No le interesaba ver cuerpos descompuestos y tener que analizarlos. Sin embargo, durante toda su vida, había amado hacer cosas dulces y deliciosas. Se decidió por ir tras sus sueños, aunque temió por la decepción de sus padres. Pero Gerard y Diane no eran ese tipo de padres. Ellos apoyaron y apoyarían a su hija siempre.

-Estamos con los finales. Los profesores presionan mucho, pero me encanta. Bueno, en realidad, antes me gustaba más.-suspiró un poco triste, mientras giraba el tenedor para enrollar los espaguetis, luego se encogió de hombros.-Estamos demasiado ocupados con mamá últimamente.-él miró a Marissa que estaba cabizbaja. Todos sintieron su dolor.-Pero puedo hacer todo, solo necesito presionarme más...-Gerard lo interrumpió. 

-Creo que deberían analizar lo de la casa. Estaríamos cerca y podríamos ayudarlos todos los días.-su sobrino comenzó a negar, pero el hombre prosiguió-No, Matt, necesitas ayuda. Te entiendo, sé que quieres hacer todo porque la mayoría de los hombres que tenemos una familia somos así, nos queremos llevar todo sobre los hombros, pero no es así. Las chicas me mostraron que también necesitamos ayuda, somos humanos, y debemos dejar el orgullo de lado.-Matthew volvió a suspirar y sonrió hacia el hombre, mientras sus ojos se llenaban de lagrimas. Su rostro se enrojeció a causa de la vergüenza, ya que nunca le había gustado llorar en frente de otros.

-Gracias tío.-Jul que estaba a su lado lo abrazó fuertemente y los dos primos comenzaron a llorar como niños. Maddie abrazó a su mamá y ella la tomó en brazos. Sin dudas, aquella familia había perdido una pieza y estaban rotos sin poder sanar aún.

-Bueno, creo que deberíamos dejar de llorar y ponernos a trabajar, ¿no?-Gerard rió, apartando algunas lágrimas de su rostro.-Vendiendo o no vendiendo la casa, hay que ponerla en condiciones.-Marissa lo apoyó enseguida y comenzó a levantar los platos, mientras Jul sonaba su nariz y luego la ayudaba.-Iré por la pintura.

...

-Me gusta limpiar, pero solo cuando alguien me acompaña.-decía la niña, mientras pasaba un trapito por unos adornos viejos.-Además, me gusta que estén ustedes. Todo mi familia está triste. Yo creo que somos una familia un poco rota.-Jul se detuvo de lo que hacía y la miró triste-Bueno, creo que mucho. Los papis son muy importantes en las familias.-ella asintió y dejó lo que estaba haciendo para perderse en un punto fijo, con sus hermosos ojos avellana. Jul la sentó en su regazo y pasó la mano por sus cabellos- Matt lo extraña mucho, aveces lo escucho llorar en su habitación, pero cuando entro, él se pasa un pañuelito y me sonríe. No me gusta ver a lo grandes llorar. Yo también lloro, aunque sé que él está durmiendo ya y no le duele más su corazón.

-Eres una niña muy madura, mi Maddie.-su prima la abrazó y ella le sonrió-Y como bien dijiste, él está durmiendo ya. No sufre ni nada, sólo duerme. ¿Sabes qué? Si pudiera verte en estos tristes momentos, estaría muy orgulloso de ti.-ella la miró con ojos brillantes y le mostró todos sus dientes, así como el agujerito que tenía a causa de perder uno de sus dientes de leche.

-Mami me dijo que tendremos que mudarnos, pero yo no quiero. Me gustaría que nos mudáramos cerca de tu casa, así podría estar con Simón y abrazarlo.-dijo, abrazando el aire como si fuera el gato gordo-Además, la ciudad es fea, tiene mucho ruido y Muffin no podría correr.-su rostro se iluminó, pero luego volvió a decaer-Sería más gordita y eso le haría mal...-Marissa apareció por la puerta, con un pañuelo en la cabeza y les sonrió a las dos.

-¿Cómo va esa limpieza, eh?-las chicas rieron y Maddie se encogió de hombros-¿Interrumpo? Es que Matt quería hablar con Jul, ¿se la prestas?-le preguntó a su hija, que ya estaba quejándose.

-Volveré luego, si quieres ya no tienes porque seguir limpiando.-le dijo divertida, mientras salía al exterior. 

El calor le choco en el todo el cuerpo y supo que cambiar de ambiente tan de repente, no le haría demasiado bien. Sin embargo, en esa zona, era imposible no tener aire acondicionado, ya que había días en que la temperatura estaba insoportable. Buscó a su primo con la mirada, y lo encontró debajo de la media sombra que cubría la 4x4. En cuanto se acercó, comprobó que estaba separando algunos tornillos. Algunos iban para su lata, y otros para una bolsa de basura. Sus manos estaban grasientas y el ya estaba sin su camiseta. Al verla, le sonrió de lado y le señaló un pequeño tronco, para que se sentara.

-¿Me llamabas?-preguntó ella, sentándose y siguiendo sus manos atareadas. El calor ya no se le hacía tan insoportable como los primeros minutos, pero calculo unos treinta grados. Al menos,eso era lo que su cuerpo le decía.

-Hace mucho que no hablamos.-habló, soltando el pequeño metal que tenía y mirándola nuevamente.-Te noté más feliz que la vez pasada. ¿Cómo estás?-él había sonado más serio y tranquilo que de costumbre. Bueno, así era como hablaba desde hace cinco meses. Con lo sucedido, había perdido un poco de esa chispa que siempre lo caracterizaba.

-Hum, bien, bien.-su vida no había cambiado tanto desde hace un mes. Aunque, si lo pensaba bien, quizás si había sentido demasiadas emociones en poco tiempo. Primero estaba Thania, que ya casi que ni se hablaban. Luego Simón, que se había perdido y ella casi se muere, y también estaba Mark. ¿Por qué él ocupaba una parte de esas emociones confusas?-El otro día, Simón se metió a mi canasto de la bici, y como ya iba demasiado apurada, no volví a casa para dejarlo. Como una tonta, creí que el inquieto gato se quedaría las dos horas que estaríamos ahí, ¿puedes creer que fuera tan tonta? Obviamente se terminó escapando, pero lo encontramos.-terminó contándole la historia que menos intima se le hacía.

-Que suerte.-dijo negando con la cabeza-¿Dónde estaba?-quiso palmearse la cara por no darse cuenta que de todas formas, esa historia lo incluía. Jul frunció los labios y movió los ojos, fingiendo pensar.

-Ah, estaba en la casita del árbol de una vecina.-ella exhaló el aire por su boca y sopló unos cabellos que le caían en el rostro. Iba a preguntarle algo, pero Matt habló primero.

-¿Thania? ¿Siguen siendo amigas, no? Hace mucho no sé de ella, supongo que siguen juntas en la panadería.-su voz sonó casual, aunque para Jul ese tema era bastante molesto.

-Bien, y si, aun somos amigas.-eso último fue un poco doloroso, porque vio cuánto la extrañaba. Segundos después, se preguntó si debía contarle su situación actual, y terminó haciéndolo.-Está de novia.

-Ah...que bien por ella. ¿El chico qué tal? Aunque estoy seguro que si no fuera bueno, ya lo habrías aniquilado.-sonrió de manera triste. 

-Parece un buen chico, no lo conozco mucho, pero eso parece. Matt...-él la interrumpió chasqueando la lengua, sabiendo bien que iba a decirle.

-Ya sé, no debes recordarme lo tonto que fuí.-ambos se miraron y suspiraron al mismo tiempo. Su prima lo miró negando. Esa historia era vieja, pero a él aun le seguía doliendo. 

...


Mi querido Mark ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin