Mi querido Mark ©

Capítulo 6

La hora de irse había llegado y Juliette estaba envuelta con una toalla, mirando televisión. La ropa mojada se le pegaba en el cuerpo, y la molestaba, además de darle frío. Se levantó y tomó sus cosas. Después de cerrar la tienda y apagar las luces, subió a su bicicleta y resignada, empezó a pedalear, sabiendo que volvería a quedar empapada. Para colmo, a mitad de su viaje, estornudo y supo que le daría gripe.

—¿Hay alguien en casa? —preguntó una vez que estuvo dentro—. ¿Mamá? ¿Papá?

Su madre Diane salió de la cocina y la recibió sonriente y con un plato de cup cakes en mano. Al verla chorreando agua, lo dejó sobre la mesa pequeña y corrió en ayuda de su hija. Juliette estornudo de nuevo.

—Ay, hija. Te vas a resfriar, ¿no podías quedarte? Deberían arreglar con Thania para cerrar los días lluviosos. Si de todas formas nadie compra, ¿o si?

—Sólo el tonto de Frank fue hoy. —Estornudó—. Mañana debemos ir con el alcalde y seguro caeré enferma. Que vergüenza.

—Toma esto. —Pero en cuanto vio que la chica temblaba, terminó negando con la cabeza—.¿Sabes qué? Mejor vete a bañar, el agua caliente es lo mejor. Ve que yo te preparo la ropa y un té.

—Gracias mamá. —Jul salió como una bala hacia el baño. El sentir el baño caliente la había tentado, y ahora sólo quería despojarse de esas heladas prendas.

Ya bajo la regadera, tarareo una canción que se le cruzó fugaz por la cabeza. Tenía su normal chispa de alegría, a pesar de mal día. Quizá el hacer ese pastel la había ayudado bastante. ¿Thania la acompañaría mañana? Era muy importante que fueran juntas. Tan sólo esperaba que su novio no la estuviera distrayendo. Después de todo, ella no era muy rápida escribiendo en la libreta los pedidos.

Una vez lista, salió de la ducha y  después de secarse y cambiarse con la ropa que su madre había dejado en la tapa del inodoro, envolvió su cabello en una toalla y salió del baño. El vapor se abrió paso tras de ella y se mezcló con el aire frío de la sala. Juliette tenía bastante hambre, así que aceptó el té que Diane le dio, con muchísimo gusto. Se sentó frente al televisor y justo, enganchó la película que no se cansaba de ver, "Pd: I love you". Ya que no tenía nada más que hacer, se concentró en la pantalla. Su madre, mientras tanto, tejía una manta para la habitación de su hija.

...

—Dios, amo ese final, aunque me duele la muerte del sujeto —dijo Jul, mientras limpiaba una lágrima con su mano. 

Diane alzó la mirada de su trabajo.

—¿Y Thania? Es extraño que no la nombraras en todo este rato. ¿Están peleadas? La señora Syson me contó que con su nieto son novios, ¿no?

Al recordar a la viejecita esa, recordó lo que la rubia había hecho hoy, de irse. Y también al chico que parecía llorar en la lluvia. Se levantó del sofá y fue a dejar la taza en la cocina, y automáticamente estornudó. ¡Condenada lluvia! Simplemente se puso a lavar lo que había usado.