Capítulo 43

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Cuando salieron por la puerta, Jul pudo ver que había un coche estacionado, el mismo en que su padre apareció en el pueblo

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Cuando salieron por la puerta, Jul pudo ver que había un coche estacionado, el mismo en que su padre apareció en el pueblo. Segundos después, se le volvió a presentar la idea de que tenía a un chico semi-desnudo a su lado, en ese mismo momento.

—No te creas que voy a irme así, en realidad me faltaba ponerme esto, pero tu madre dijo que parecía más un Adán que Tarzan.

Se puso una especie de liana con hojas, que colgaba de sus hombros y atravesaba su pecho. Si bien era casi lo mismo, lo cubría un poco más, y ella asintió, aun sin habla.

—No te preocupes, llevo shorts debajo —añadió, con una sonrisa socarrona.

Jul negó mientras comenzaba a moverse hasta el coche. La idea seguía en su cabeza y la ponía aun más nerviosa su cercanía. Por eso subió al coche sin pensar más en que era su primera fiesta a la que un chico venía a buscarla de manera tan personal. Porque si bien Jul había tenido otro novio como a los dieciséis, él nunca había pasado por ella, ni siquiera caminando. 

Cuando Mark subió al vehículo, volteó a verla y le entregó una pequeña caja negra. No pudo evitar abrir los ojos sorprendida, porque por un momento pensó, que no le daría nada. No tenia obligación, ni tampoco era una chica que esperara regalos, pero muy dentro de ella, la ilusión de recibir algún presente de su chico la fascinaba. Cuando la abrió, un dije con las palabras unidas"Sweet Sweet"  formaban algo demasiado delicado.

—Esto es hermoso —sus palabras salieron casi invisibles, porque estaba demasiado encantaba. 

—Feliz cumpleaños, Jul.

Poco a poco, una especie de mágica intensidad invadió el ambiente, y sus miradas se encontraron. 

—Muchas gracias —habló arrastrando las palabras, mientras su rostro se acercaba lento pero preciso al de él.

Porque justo en ese preciso momento, esos dos chicos, estaban a solo unos centímetros del otro. Juliette no se imaginaba que ese primer beso pasaría esa noche, ni en un simple coche, pero no quería nada mejor. Porque se dijo a si misma que nada podía ser mejor que su aroma, su aliento a fresa mentolada, y él, él mismo. 

—¡¿Está todo bien por ahí?! 

La voz de su padre en la puerta, mientras intentaba mirar porque ellos no habían arrancado el coche todavía. Los chicos se alejaron de forma brusca y el corazón de Jul estaba a punto de salirsele. Movió su mano, fingiendo que algo no funcionaba bien, y Mark encendió el motor lo más rápido que pudo, yéndose de allí.

El trayecto fue tan silencioso que se podía notar lo nerviosos que ambos habían quedado. Cuando llegaron a la puerta, vieron a la gente entrando y saliendo, con ridículos disfraces, al igual que los de ellos. Y Jul comenzó a reírse inesperadamente. Él la miró, y se tentó en cuanto la escuchó hacer una risa de cerdo. Los dos parecían locos, pero eso fue suficiente para calmar la incomodidad que había quedado.

Mi querido Mark ©जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें