Capitulo 1

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Hoy era el día. El gran día.

Finalmente había llegado.

No a todos les agrada mudarse, irse lejos... lejos de su familia, de sus amigos.

Pero yo necesitaba cambiar de aires. Anhelaba tanto poder empezar de nuevo. Nos lo merecíamos.

Desde que murió papá, las cosas se han vuelto difíciles y hasta mis amigos... o al menos eso pensaba, que eran mis amigos, se alejaron de mí. Justo en el momento en que mas los necesitaba.

Vaya... fue un año terrible. Todavía recuerdo las últimas palabras que le dije a papá, antes de que muriera.

Recuerdo que solo gritaba que no me dejara sola. Sé que él sigue a mi lado y al lado de mi hermano, Austin, quien me ayudo a superar todo esto.

Juntos salimos adelante.

Ahora estamos en el aeropuerto. Con mi madre. Ella hace bastantes viajes a distintos lugares por trabajo, así que no la vemos muy seguido. La extrañamos. Nunca se da por vencida con nosotros.

Y si, admito que Austin y yo somos bastante rebeldes cuando nos lo proponemos. Además tenemos la misma edad. 17 para ser exactos. Así que hay muchas veces que no estamos de acuerdo en algo, pero siempre nos arreglamos.

-¡Samantha!- Grita mi madre, arrancarme de mis pensamientos, esa era su costumbre. - Baja tus equipajes niña.

- Si mamá - Digo.- No hace falta que grites.

- Vaya... Empezaremos una nueva vida en Miami...- Dice Austin sentimental - Y las hermosas chicas que habrá allí - Levanta sus cejas.

-Eres un mujeriego Austin Bloom. - Digo reprochándolo.

- ¡Eso es mentira! - Dice en tono burlesco. Creo que en nuestro antiguo instituto ya había salido con la mitad de la clase. - ¿Y tú? Tal vez tengas varios pretendientes en el nuevo instituto

-Tal vez- le contesto mientras vamos caminando.

- Eso no pasara mientras yo esté. - Se puso serio. Sabía que me iba a empezar a decir esto.- Eres muy pequeña para andar con noviecitos por ahí.

-Te recuerdo que tenemos la misma edad Austin. - me paro en seco.

-No me importa.- Odio sus celos de hermano. Aunque yo también los tenga...

- De todas maneras, tú no me mandas.

-Ya veremos eso.- pongo los ojos en blanco.- Soy más grande que tú. No me pongas esos ojos.- Hago como que no lo escucho. Y miro hacia otro lado. - ¿Así que te haces la desentendida?

De repente me carga sobre sus hombros, haciéndome gritar de un susto. No lo vi venir.

-¡Bájame! - Digo entre risas mientras me hace cosquillas, mi peor debilidad.

Empiezan a abordar los pasajeros de nuestro vuelo.

Me baja.

Estamos a punto de subirnos al avión. Empezar de nuevo.

- ¿Estas lista hermanita?

- Siempre. Mientras sea contigo.

Después de horas sentados, al fin, el avión aterrizo.

Estábamos en Miami y eso me sentaba tan bien.

Solo espero que mañana sea igual de lindo en nuestro primer día de instituto. Austin es muy sociable, además de divertido. No me sorprendería que el primer día terminara siendo el más popular de todo el colegio.

En cambio, a mi me gustaba juntarme con personas sencillas. No estaba interesada en encajar en esos grupos llenos de chicas falsas y de chicos que se divierten usandolas.

En fin.

Ya estábamos aquí.

Mamá nos había regalado un departamento bastante grande para dos personas, era muy lindo, y quedaba cerca de todo. Tiendas, parques, playa y hasta del instituto.

Austin y yo nos instalamos en nuestro nuevo hogar, elegimos habitaciones y ordenamos. Todo me gustaba, solo que nos encontrábamos en un silencio entristecedor.

Estábamos solos. Papá no estaba. Mamá aviso que no nos iba poder acompañar, tomó otro vuelo. Uno de sus viajes de trabajo, supongo. Solo quedábamos Austin y yo. Solo nosotros.

- Sam ¿ocurre algo?

-No, nada. - Miento.

-Sabes que puedes contarme lo que quieras. - Dice mi hermano.

Mis lágrimas empiezan a caer. Que débil soy. ¿Acaso irme de California, no era lo que quería?

-No pasa nada Aus. Solo no me siento bien. Es difícil admitir que viviremos solos, y tendremos que tomar nuestras propias decisiones partir de ahora. Es lo que quería, si. Pero duele saber que nuestra familia ya no existe. - Dije con un hilo de voz.

Se acerca y me abraza. Sus brazos me rodean todo el cuerpo. Me da un tierno beso en la coronilla.

- ¿Sabes pequeña? Una familia no siempre está formada por muchas personas. Mientras nosotros estemos juntos, formamos nuestra propia familia. Aunque seamos solo dos. Siempre estaremos juntos. No quiero que estés mal por eso. - Austin tenía una manera de hacerme sentir mejor. Pese a que tenemos la misma edad, el siempre ha sido el fuerte de los dos. No sé qué haría sin mi hermano.

Nos abrazamos otra vez.

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¿No eramos amigos?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt