Lapsus© (LP #1)

Capítulo #17

—Ella, escojo a ella. —gritaba harta de estar ahí dentro.

—De acuerdo, ambas son "libres", por ahora. —dijo el Señor Ramsey.

—Maldito demonio infernal, ¿Cómo que por ahora? —pregunté asustada y molesta a la vez.

—Lárguense de aquí si no quieren que cambie de opinión. —dijo el Señor Ramsey muy enojado.

—¡Ann, me has escogido!, ¡¡Enserio te sacrificaste por mi!! —dijo Rachel muy feliz llorando ante mis pies.

—¿Y yo qué?, ¡Ohhhhh Ann! —exclamó Mía muy asustada.

—Mía, volveremos por ti, Te lo juro por mi vida. —dije tristemente.

—No quiero estar en esta jaula sola con este supuesto señor, quiero saber quién soy en verdad.—dijo Mía envuelta en llanto.

—No niñita, estarás aquí junto a mí por siempre, incluso puede que llegues a quererme mucho más que como un tío. —aseguró cruelmente el Señor Ramsey.

—¡Vayámonos de aquí Ann!, este lugar me causa pesadillas. —dijo Rachel abrigándose un poco.

—De acuerdo Rachel, y tú no llores Mía, por Dios no lo hagas más difícil. —decía mientras me rompía por dentro como cristal por dejarla sola.

—Lo lamento, pero no puedo, me han traicionado creía que eran mis amigas. —dijo Mía muy molesta y llorando.

—Ya no hables más niña de Dios, vendremos con verdadera ayuda, te lo prometo. —aseguró Rachel temblando de miedo.

—¿Pero cuando será ese cuando exactamente? —preguntó Mía aún temblando.

—No hay tiempo para explicar las cosas, cuando menos lo veas venir estaremos contigo de vuelta, no te aflijas Mía, ahh y no te dejes embaucar ni que te toque si no quieres. —dije de lejos mientras salíamos por la puerta principal.

—Corramos, es ahora o nunca, ¿Estás lista amiga? —preguntó Rachel muy emocionada.

—Si Rachel, si lo estoy después de tanto tiempo. —respondí nuevamente algo pálida.

En ese momento sentí que mi corazón y alma se liberaron de esa terrible y oscura maldad, pues ya nada nos haría daño a mí y a Rachel la cual como yo debía de encontrar su verdadera identidad fuera de esa absurda prisión.

La calle estaba igual de fría a como la podía recordar y la brisa, ¡Ahh!, la brisa daba la sensación de una plenitud eterna, pues por fin era libre y esta vez estaba dispuesta a recuperar mi vida por completo iniciando por buscar a mi Tobías, el amor de mi vida el cual vivía y solo había sido cruelmente "herido" por Lidia y el Señor Ramsey haciéndome pensar que había muerto para así torturarme más de lo que estaba.

No sabía cómo iba actuar Él y su familia al verme llegar de nuevo, pues ya habían pasado más de seis meses desde que me habían raptado y para ellos quizá yo era la que estaba muerta, y con mi amiga Rachel las cosas serían mucho más difíciles de explicar pues ella para ellos era una completa extraña principalmente para Andrea la cual estaría muy confundida al verme regresar a sus vidas de nuevo, esta vez completamente libre sin nadie que nos estuviera persiguiendo pisándonos los talones.

Para Rachel todo era como nuevo pues por alguna razón olvidábamos hasta lo que era el exterior misteriosamente por eso cuando la familia Huppert y yo nos reencontráramos sería de gran ayuda que ayudaran a Rachel como alguna vez lo hicieron conmigo.

Al llegar a la avenida seis de la calle diez de la ciudad de Houston una clase de recuerdos perturbadores invadieron de nuevo mi desgastada mente, por media avenida mi mente colapsó y una serie de imágenes algo extrañas me hicieron tener otra de mis muy extrañas crisis.

Rachel trató de calmarme pero fue imposible y como era de esperarse llame la atención de todos ahí mientras recordaba como el Señor Ramsey nos borró la memoria intencionalmente antes de llegar a esa infierno.

Al recordar este fragmento de mi pasado provocó que mis mayores sentimientos de miedo extremo se duplicaran al máximo más de lo que ya estaban, pues Ramsey por alguna misteriosa razón quería que solo Rachel, Mía y yo estuviéramos ahí quien sabe y porqué razón, por eso de la nada exploté en llanto por media calle más pálida que un papel.

—¿Ann, Ann, estás bien amiga?, ¿Necesitas algo?, ¿Qué pasa, que recordaste?, ¡Ayuda por favooor! —gritaba Rachel desesperadamente.

—Rachel, amiga, ¡Recordé todo acerca de lo que nos sucedió a las tres! —aseguré muy asustada.

—Señoritas, ¿Se encuentran bien?, ¿Llamo a emergencias? —preguntó repentinamente un señor en la calle muy alarmado.

...