Lapsus© (LP #1)

Capítulo #15

—Él es el único familiar que tengo y recuerdo. —dijo Rachel melancólica.

—¿Cómo dices?, somos primas entonces... —dije en verdad confundida.

—Eso es totalmente absurdo, ¿Eres su sobrina también? —preguntó Rachel igualmente confusa y alterada.

—No, es mentira, ¿Qué no lo ves? —seguí asegurando llena de angustia.

—A mí me encerraron en una jaula después que traté de escapar recibiendo como treinta patadas en las costillas. —dije tristemente.

—¿Qué? —exclamó Rachel sorprendida y llena de miedo.

—Si, como te dije traté de escapar por arriba, logré salir, solo que me encontraron por ser tan tonta y salir de... —relaté muy avergonzada cuando fui interrumpida de pronto.

—No, no me refiero a eso Ann. —dijo Rachel señalando la ventana.

—¿Entonces? —pregunté curiosamente intrigada.

—Mira por la ventana, aquella oxidada de allá arriba. —dijo Rachel con la piel de gallina completamente impactada sin si quiera poder pronunciar una sola palabra en aquellos momentos.

—¡Te lo dije!, es otra inocente chica como tú y yo. —dije aterrada por nuestro inquietante futuro.

—¡Ayuda por favor!, estoy perdida, no recuerdo nada de mi pasado o si soy real. —dijo la chica número tres muy asustada.

—¿Cómo te llamas? —pregunté igual o peor de asustada que Rachel.

—No recuerdo nada de nada, ¡¿Pueden ayudarme!? —preguntó la chica muy desorientada.

—¿Ellos son policías, verdad? —volvió a preguntar la chica número tres.

—Vez Rachel, te dije que en una horas aparecería otra pobre niña. —dije muy asustada.

—Es que es imposible que las tres tuviéramos el mismo accidente, en el mismo lugar y a horas parecidas, hay que entrevistarla Ann, vamos con Lidia y esa chica ahora. —dijo Rachel totalmente decidida.

—¿Ves que no estaba loca cuando te decía que mentían? —le recalqué muy alterada.

—¡¡Vamos tras esa chica!!, oye, tú, ven. —decía Rachel con los pelos de punta.

—¿Si?, ¿Las conozco? —preguntó la chica muy confundida.

—¿Cómo fue que perdiste la memoria? —preguntó Rachel directamente.

—No lo se a ciencia cierta, pero creo que tuve un accidente mientras conducía mi automóvil. —dijo la chica con sus ojos color gris llenos de lágrimas.

—¿En la avenida tercera mientras una señora mayor se atravesó en el camino al ser las tres de la tarde un día miércoles? —pregunté segura de la que sería su respuesta.

—¡¡Sí!!, ¿Cómo lo saben? —dijo la chica número tres muy asombrada.

—¡Ay por Dios!, Ann dices la verdad, algo muy raro está pasando aquí. —aseguró Rachel muy asustada.

—Yo te lo dije desde un inicio Rachel, ellos nos inventan nombres cada vez que llegamos aquí. —aseguré dando vueltas de arriba para abajo.

—¿Ann es tu nombre falso? —preguntó Rachel.

—No, es el real, hubo una temporada en que esos desgraciados tenían Internet y busqué mi identidad en mi perfil de Facebook y traté de dirigirme en Google, a mí me pusieron por nombre "Willow Amalia Wilkins". —afirmé asqueada.

—¿Sigue habiendo Internet aquí? —preguntó Rachel con una chispa de motivación.

—No, cuando me descubrieron lo eliminaron para siempre. —dije tristemente.

—Oye, tú, la nueva, ¿Cómo te nombraron aquí? —preguntó Rachel muy curiosa por saberlo.

—No puedo hablar con ustedes, los señores oficiales me dieron esa estricta y única orden de no hablar con nadie más que con mi propia conciencia. —dijo la chica bastante alterada y muy nerviosa.

—Somos amigas ahora, mira, yo me llamo "Rachel" y ella es "Ann". —fijo Rachel pretendiendo averiguar más.

—Okey, dijeron que mi nombre era "Mía Yark" y mi edad supuestamente quince años.

—Ya entiendo tu ingenuidad y dulzura, pues hola Mía, bienvenida a tu taaan temible desterrada soledad. —aseguré abrazándola fuertemente.

—No chicas, aquí está mi tío el Señor Ramsey, así que no estoy sola, Él me cuidará porque soy su sobrina, la hija de su hermano menor. —dijo Mía muy feliz.

—¿Pero qué carajos sucede?, oficialmente estoy aterrada Ann, tenías toda la razón. —dijo Rachel con su corazón a punto de salir con el aliento entrecortado.

—Rachel, yo llevo aquí más de cuatro meses así que ya soy experta en esos engaños. —aseguré fríamente mientras me acercaba a Mía.

—¿Cuatro meses dices? —preguntó Rachel alarmada.

—Sí, cuatro largos meses. —dije completamente vencida.

—Mía, Ann y Rachel, las tres, vengan a la jefatura de inmediato. —ordenó el Señor Ramsey desde su cruel oficina.

...