Lapsus© (LP #1)

Capítulo #9

Después de esa difícil conversación con la madre de Andrea fui con mi amiga a su habitación para ver más detalles en internet acerca de mi pasado, lo que para nuestra sorpresa resultó ser una completa pérdida de tiempo, ya que lo que encontramos fue lo mismo que había encontrado antes.

Lo que no me podía imaginar era como actuaría Lidia al ver que ya no estaba con ellos, ya que para ellos era como una extraña mercancía la cual debían de proteger como a nada en el mundo.

Y así fue, pues a la mañana siguiente esa mujer al ver que yo ya no estaba ahí y me había escapado durante la madrugada por el techo se enfadó aún más.

De inmediato y casi muerta de la desesperación llamó a más de sus hombres para empezar mi búsqueda y para mi terrible desgracia el primer lugar donde llegó fue donde mi amiga Andrea la cual se puso pálida del horror al verla entrar por la puerta principal de su casa.

La madre de Andrea desde luego al ver que esa mujer destruiría su casa de la tremenda furia decidió ocultar mi paradero para que a su hija le diera más tiempo para esconderse conmigo en un lugar secreto en su propia casa.

Desde luego Lidia no le creyó ni una sola palabra de lo que la madre de Andrea le había dicho, pues era una mentira bastante obvia.

—¿Dónde está la perra de Ann Azucena Petterson?, ¿Ustedes la están ocultando, verdad? —gritó Lidia frente a la señora Huppert completamente desesperada.

—¡¡Ohh!!, no se de lo que habla, no conozco a la compañera de mi hija y le voy a suplicar que salga de aquí por donde vino, AHORA. —dijo la señora Huppert muy alterada.

—¡¡¡¡Ann Azucenaaaa!!!!, te encontraré y cuando eso suceda verás lo que es peor que todas tus pesadillas juntas. —continuó gritando Lidia completamente demente.

Sin embargo, por más que buscó en la casa de Andrea no logró encontrarme así que furiosa y algo más loca de lo normal corrió a buscarme en otro lugar junto a sus demoniácos hombres sombra.

Por ahora estaría segura, pero ¿Por cuánto tiempo más?

Estaba segura que esa bruja no se cansaría de buscarme y cuando me encontrara sería el fin definitivo para mí y para todos en esa casa.

Sinceramente la madre de Andrea me protegió como a su propia hija y a pesar de las amenazas anteriores me defendió a capa y espada, supongo que fue porque nada más y de verle la cara de loca que traía se asustó y me creyó después de todo.

Estaba muy agradecida con la señora Huppert, pues si no hubiera sido por ella ya yo estuviera muy lejos de aquí con quien sabe quiénes, y por esa razón siempre le tendría un aprecio infinito por su gran valentía.

Ahora esa mujer estaba buscándome con más intensidad que nunca y por esa razón debía de permanecer escondida en la casa Huppert mientras Lidia se cansaba de buscarme, pues si me encontraba me mataría sin pensarlo por traición de mi parte.

El hogar de los Huppert era como el mío alguna vez, pues en el se respiraba tranquilidad, amor y lealtad por parte de todos los miembros en la hermosa familia y desde luego por eso Andrea era muy feliz, quizá como lo fui yo alguna vez.

Por ahora mi tercer apellido en la semana sería "Huppert" y en su hogar me presentaría como hermana de Andrea la cual estaba en un internado suizo y había regresado después de casi dieciseis largos años como toda una dama de sociedad.

Para todos los familiares de Andrea sería la hija adoptada la cual había perdido a sus padres en Suiza y los Huppert me habían adoptado como hija suya y para los amigos de Andrea y sus hermanos sería la hermana que regresó del místico internado desde la mágica ciudad de los Alpes Suizos.

La verdad si estaba muy feliz donde estaba, pues eventos como las cenas familiares eran lo mejor de las ocasiones y uno de los momentos más hermosos de todos por encima del sentimiento de pertenencia a una familia después de tanto tiempo sola.

Mi corazón por mucho tiempo no había sentido lo que era el amor verdadero y mucho menos había logrado recordar lo que era sentirse amada ciegamente por alguien más diferente a tu familia la cual es la base de la vida humana, por muchísimo tiempo ese sentimiento estuvo bloqueado de mi mente hasta que ese mágico día del verano de un veintitrés de junio el hermano mayor de Andrea "Tobías" declaró su amor hacia mí el cual había nacido en el mismo momento en que pisé aquel lugar.

Para sorpresa de todos yo sentía lo mismo por él en el primer momento en que lo vi, desde ese momento una parte de mi corazón revivió al sentirme profundamente amada por él, el cual resulto ser una de las piezas que mi corazón necesitaba para volver a sentirme así de única e inigualablemente amada otra vez.

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