In the rain. (Vkook/Taekook)

Capítulo 39- Regreso a clases.

JungKook despertó con el sonido del molesto despertador.
Abrió los ojos poco a poco tratando de que no se le cerraran de golpe debido al sueño, aún estaba oscuro, pero sabía que los rayos de luz pronto comenzarían a penetrar por la ventana.

––Despierta. –– susurró mientras acariciaba la mejilla de TaeHyung, aún adormilado.

Como respuesta recibió un gruñido mientras el castaño enterraba más la cara en la almohada.
Continuó acariciando sus mejillas por unos segundos más para después reunir la suficiente fuerza de voluntad para ponerse de píe.

––Ya, levantate. –– murmuró en la oreja de Tae para después darle un beso en la frente.

Salió de la habitación y se dirigió a la suya, donde sacó la ropa que se pondría sin fijarse mucho en si combinaba o no, se arregló el cabello con los dedos y caminó hasta la cocina para hacer el desayuno.
Al pasar por delante de la habitación del castaño no pudo evitar sonreír al ver al mayor sentado entre las sábanas con el cabello desordenado y ojos adormilados.
Continuó su camino hacia la cocina mientras se frotaba los ojos y comenzó a hacer el desayuno con manos temblorosas.
Estaba nervioso, quería quedarse escondido entre las cobijas para siempre, no quería volver al lugar donde tanto lo molestaban, lo odiaba, no sabía si estaba listo para soportar de nuevo las burlas, los comentarios tontos o las miradas intimidantes, se había sentido tan seguro y protegido en esa última semana en la que había estado acompañado de sus hyung's y de su novio, que le daba pavor encontrarse solo de nuevo.
Sin embargo, sabía que era hora de crecer, JungKook ya no era un niño de 7 años que debía ser vigilado por su madre, aún no era un adulto, pero ya no era un bebé, y quería ser independiente, él deseaba con todas sus fuerzas ser capaz de valerse por si mismo, quería tener la seguridad de que si alguien trataba de hacerle daño de nuevo él sería capaz de defenderse, no quería ser la víctima otra vez.
Miró con soslayo la muñequera y las vendas que cubrían su muñeca izquierda impidiéndole el movimiento para después cerrar los ojos con fuerza.
Continuó haciendo el desayuno para después servirlo en la mesa mientras escuchaba los pasos del castaño acercándose a donde él se encontraba.

––Buenos días. –– escuchó la voz grave de su novio mientras lo abrazaba por detrás y depositaba un suave beso sobre su mejilla.

––Buenos días. –– respondió con una sonrisa mientras el mayor se sentaba frente a él.

––¿Hoy comerás algo diferente? –– preguntó con ilusión el castaño mientras veía el plato de cereales que Jeon se había servido.

––Sí, el sabor de la sopa ya me tiene harto. –– TaeHyung esbozó una sonrisa.

––Gracias por el desayuno galletita. –– dijo mientras se llevaba el primer bocado a la boca.

––De nada. –– respondió alegre el menor.

El desayuno transcurrió de manera tranquila entre ambos, hablaron de el sueño que TaeHyung había tenido y de los proyectos que debían completar, de no ser por sus amigos que habían estado pasándoles los trabajos y tareas, tendrían mucho trabajo por hacer.
Al acabar de desayunar, dejaron los platos en el lavavajillas y comenzaron a hacer lo que siempre hacían con respecto a su higiene personal.
Como si de telepatía se tratase, JiMin llegó por ellos justamente cuando terminaron de colgarse las mochilas en los hombros.

––Hola JungKookie. –– saludó alegre Park en un intento de animar al pequeño.

Porque a pesar de que sonreía, sus ojos delataban la ansiedad y miedo que tenía.
Porque una sonrisa no es sincera si los ojos no sonríen junto a ella.

––Hola JiMinnie. –– respondió Jeon mientras salía al pasillo con una voz dulce.

TaeHyung y JiMin se saludaron con un choque de puños para que después Kim cerrase la puerta con llave tras de él.
JiMin tenía muchas cosas que contarles, pero se obligó a si mismo a aguantar hasta la parada del autobús, ya que a pesar de que quería que ambos supieran que por fin había besado los labios de Min YoonGi, a pesar de que quería contarles que su hermano vendría a visitarlo, primero quería preguntarle al menor cómo se encontraba.