In the rain. (Vkook/Taekook)

Capítulo 22- Videojuegos.

—¿Por qué no te lavaste la cara? — preguntó JiMin cuando TaeHyung volvió al aula.

Había estado tan distraído con el menor que se había olvidado por completo de ese detalle.

—Mierda... Me encontré con JungKook y me distraje. — explicó mientras se frotaba la mejilla con la mano.

—¿Qué estaban haciendo? — preguntó el de cabello rosado con diversión.

—Nada, hablábamos... Volvieron a dejarle una nota. — la sonrisa del mayor desapareció.

—¿Qué decía?

—Que se suicidara y que si ni su padre ni su padrastro lo habían querido, yo tampoco lo haría.

—¿Por qué alguien te metería en esto? Tal vez es algún chico o alguna chica que guste de ti... — propuso JiMin con una mueca.

—Tal vez... Pero, ¿Quién?

—No lo sé, ¿Crees que deberíamos decirle a algún maestro?

—Tenemos que preguntarle a JungKook primero...

—Supongo.

Los muchachos siguieron hablando mientras su segunda clase del día comenzaba.

Tenía que ser alguien del mismo curso que el pelinegro, de otra manera no podría dejar las notas en su pupitre. Ninguno de los dos tenían mucho contacto con los de cursos menores, sólo tenían a JungKook.

TaeHyung seguía sin poder creer que alguien quisiera hacerle daño al menor, pero sabía que la envidia y los celos podían llegar a nublar el sentido de la razón de las personas. Él lo había vivido en carne propia.

...

Cuando la hora del almuerzo llegó, JiMin y Tae se apresuraron para llegar al aula del menor y esperarlo.

Fue el último en salir, con la mirada clavada en el suelo y la capucha puesta.

—¡JungKookie! — gritó JiMin con una sonrisa, tratando de alegrar al pelinegro.

—Hola JiMinnie... — saludó sin ánimos.

—¿Qué pasa? — preguntó TaeHyung con preocupación.

—Siguen dejando notas y mandando mensajes... — el menor se mordió el labio con fuerza.

Era la primera vez que estaba siendo molestado por alguien, no le gustaba, no le gustaba nada el hecho de tener que soportar las burlas y las risas.

—Oh Kookie... Vamos a reportarlo. — dijo el enano poniendo una mano sobre el hombro del menor.

—No, ahora sólo quiero estar un rato con ustedes y practicar para el concurso, ya es mañana. — dijo negando con la cabeza y levantando la cara para dedicarles una débil sonrisa.

Los mayores intercambiaron miradas. Querían distraer al pequeño para que dejara de pensar en el asunto, pero tampoco querían dejar pasar los abusos que le estaban haciendo.

—Está bien... —suspiró TaeHyung. —Pero promete que mañana traerás todas las notas e iremos a reportarlo, ¿Okay? — dijo serio.

—Lo prometo. — aseguró el pequeño.

Se dirigieron a la cafetería y compraron comida y bebidas para después llevarlas hasta la sombra de un árbol. Ahí practicarían y comerían.