IF NOT WITH ME│YOONTAE。o○.｡o○.

8.- Tiempo libre

A las tres treinta de la madrugada, TaeHyung se maldice mentalmente por no haber permanecido en la sala, pues el rugir de su estómago lo está matando. De todos modos, luego piensa en que hizo lo correcto y agradece que su madre no lo haya ido a molestar una vez que notó su ausencia. Al contrario, ella pareció conforme con la explicación de YoonGi, quien dijo que Tae había anunciado que iría a dormir. "Ha tenido días extenuantes", suspiró ella mientras dejaba la pizza sobre la mesa.

Antes de que YoonGi apareciera en su vida, piensa TaeHyung junto a la ventana, jamás su corazón había latido tan rápido, ni sus emociones habían fluctuado entre torbellinos indescifrables. Antes de que YoonGi apareciera en su vida, piensa TaeHyung en busca de la inexistente luna, sólo buscaba la manera de no llorar apenas evocaba los recuerdos de sus días en Daegu. Honrar la memoria de su abuela con sonrisas, piensa con la vista en el muro del edificio de enfrente, cuesta demasiado si su vida se ha transformado en esto, en un ir sin retorno, en soledad, en busca de un motivo para seguir adelante, debido a que, si sigue adelante sin un por qué, piensa TaeHyung, no sabe si logrará sentirse pleno una vez que llegue a la meta, si es que la hubiere.

De todos modos, ya no importa, suspira al dejar que el viento ingrese en su habitación y mira hacia abajo, donde tres pisos lo separan de esas personas que pelean o se besan. Ya no importa, suspira a la espera del mañana y maldice su suerte, aquella que lo mantiene frustrado y sin sueño, aún enfadado por no saber qué ocurre entre YoonGi y sus padres, aún enfadado por creer que lo miran como si fuera un idiota. El hambre lo tiene de mal humor, eso es definitivo, pero ha sido paciente, a la espera de que las luces de la sala se apaguen. TaeHyung desea que las luces se apaguen para él ir por comida, por lo que sea, aunque queden escasas galletas de las que su madre comió en la cocina.

Sin embargo, al comprobar que el tiempo no transcurre a prisa, TaeHyung decide mandar todo a la mierda. Por ello, se cambia el uniforme por un pantalón negro, por una camisa que pareciera ser dos tallas más grande de lo adecuado a su cuerpo, y por una boina que libra su frente de cabello alguno. Después, al comprobar que todo está en orden, coge el teléfono celular y unos cuantos billetes antes de salir de la habitación.

— ¿Vas a salir? —es lo que escucha.

Y sus planes se quedan en el aire por un momento, mientras sus ojos encuentran a los de YoonGi, quien aún permanece en el sofá, pero esta vez solo, a diferencia de cómo quedó antes de que decidiera dejarlo junto a su madre.

— ¿Vas a salir por el balcón?

— No te debería importar —lo mira con firmeza, a pesar de que está a punto de preguntar en dónde está su madre.

— ¿Lo haces para llamar la atención de tu mamá?

— ¿Qué mierda te importa? —se sorprende de sí mismo por haber respondido con una grosería. Sin embargo, YoonGi no se parece inmutar.

— Ella se fue a dormir, así es que no creo que debas salir sin que lo sepa, te podría pasar algo.

TaeHyung simplemente se encoge de hombros y decide continuar con su camino, por lo que abre la puerta del balcón y mira hacia abajo, a la espera de que la luz del callejón vuelva a parpadear y deje todo en penumbras por un instante, instante en que él siempre aprovecha para alcanzar las escaleras de emergencia.

— Te dejamos pizza, está en el microondas —anuncia YoonGi al llegar al balcón, lo que aprovecha para encender un cigarrillo.

— Odio el humo de cigarro —se queja mientras mira al de piel pálida exhalar el humo directo a su rostro— ¿Fumas para acortar tu vida?