Capítulo 27

13 3 3
                                    

Antes de entrar le escribo a Linda para saber si sigue ahí. De Andrés me espero cualquier cosa, ya no es como antes y me da curiosidad su nueva personalidad.

Linda ¿Leonel sigue contigo?

"¡¡¡Ahora contestas!!! 

Si aquí sigue, me tiene con dolor de cabeza"

Estoy en la puerta

Abrí la puerta y efectivamente ahí estaba sentado con Carla y Luis riendo a carcajadas.

Gracias a Dios—Linda levantó sus manos al aire—no aguanto estar un segundo más con él—puso su mano en mi hombro—te compadezco.

¿Qué le habrá hecho a Linda? Se fue y yo me quedé observando la escena, se ven tan lindos los tres sentados.

¿Qué haces aún aquí?—me detengo frente a el, con las manos en la cintura.

Tienes que quitarte esa mala costumbre de no saludar... pasando tiempo con los chicos—sonrió, rodé los ojos y caminé para mi habitación.

Antes de cerrar la puerta la detuvo entrando y cerrándola detrás de él. Me pasó por al lado y se sentó como Pedro por su casa.

Que confianza—hablé con sarcasmo.

¿Cómo te fue en tu cita?—su voz sonó áspera, creo que está enojado.

No te importa—moví la ropa que Linda dejó en la cama, porque él la está arrugando—quita tu culo de mi ropa limpia—lo empujé, pero es como mover una roca, una gran roca.

En vez de moverse solo sonrió, enarqué una ceja y lo empujé nuevamente, pero nada. El cree que es un juego porque ríe.

Mi ropa cabrón—le grité ya enojada.

En ese instante, me jaló haciendo que quedara encima de él. Sentí como mis pulsaciones se aceleraron, solo él causa esto, su mirada me penetraba sin borrar esa sonrisa que tanto me encanta desde el primer día que lo conocí.

 —¿Qué raro que no me has gritado, ni golpeado?—su sarcasmo me molesta—Veo que te gusta esta situación.

Imbécil.

Ahí está mi Dani—comenzó a jugar con mi cabello.

Yo no soy tu Dani—traté de levantarme, pero me sujeto mas fuerte rodeándome por la cintura.

Si lo eres y siempre lo serás, quieras o no, porque nunca dejé de amarte—sentí un hormigueo en mi estómago al escucharlo decir eso.

Nos quedamos unos segundos mirando los ojos del otro, me sentí en paz sintiéndolo cerca de mí, me siento feliz junto a él.

Creo que es hora de que arreglemos las cosas, porque ya no aguanto estar lejos de el, no cuando en realidad lo amo demasiado.

Andrés...—no dejaba de mirarme y eso me ponía incomoda—yo...creo que...—su teléfono nos interrumpió.

Nos levantamos y el sacó su celular, mirándolo con atención, su rostro cambio a seriedad.

Me tengo que ir—se acercó a mi—te llamaré—besó mi frente con delicadeza y salió rápidamente.

Me dejó con un sentimiento extraño, sentí que una parte de mí se despegó de mi cuerpo. De verdad no puedo vivir sin él, de verdad lo amo y estoy siendo una idiota de mente cerrada.

Sobreviviendo al Bajo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora