Capítulo 5

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Llego a mi casa y lo que menos quiero es hablar, ni que nadie me hable, dejé las bolsas en la mesa y caminé a mi habitación tratando de ignorar a mi madre que esta tirada en el sofá sin hacer nada.

Daniela...—la miré—¿vas a comer? sino ¿puedo comérmelo? es que tengo...

Comételo—me fui a mi habitación compartida con Carla.

Ella estaba jugando con sus juguetes, al verme sonrió.

Hola Carla ¿hiciste tu tarea?

Si—corrió a mi cama y se sentó en ella, yo hice lo mismo—Oscar me ayudó.

Que bueno—le acaricié el cabello, ella me observó confundida.

¿Te sientes mal?—negué con la cabeza.

Anda ve a jugar—hizo caso y volvió jugar con sus juguetes.

Me quedé mirando la nada, pensando que voy a hacer ahora, como voy a empezar a buscar un trabajo, debo hacerlo antes de que quedemos sin un centavo.

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Necesito que no gasten tanto dinero—todos me miraban sin entender de que hablo—me despidieron, por eso no podemos estar gastando tanto, tenemos dinero por ahora, pero se va a acabar pronto.

Entendemos—dijeron.

¿Mamá entendiste?—asintió.

Voy a salir un rato, no me esperen—se levantó y se fue.

Miré a Oscar que estaba con una cara, si no me equivoco esta triste. Me senté a su lado.

¿Qué te pasa?

Nada—dijo sin levantar la mirada.

Ya dime, ¿Qué tienes?

—Dani, él quería inscribirse al equipo de futbol—habló Luis y rápidamente miré a Oscar, que lo fulminaba con la mirada por haber hablado.

¿Era eso?

Te lo iba a decir hoy, pero ahora no trabajas—me sentí mal.

Oscar es alguien que sabe más que nadie en esta casa cuál es nuestra situación, por eso él nunca ha sido un niño que pida por capricho. Yo sé que el ama el fútbol y era la primera vez que iba a pedirme algo.

¿Qué necesitas?

No importa, déjalo así—me miró y después negó con la cabeza.

No, dime y veremos que hacemos.

Necesito dinero para comprar el uniforme y los tacos, además de la mensualidad que son 25 dólares—por primera vez vi brillo en sus ojos, un brillo especial, de verdad desea eso—pero olvídalo será para la próxima.

Bien, sé que te gusta el fútbol y sé que eres bueno, no voy a dejar que eches a perder tu sueño ahora, ya veré que hacer, pero tú vas a jugar.

—¿Y si le pedimos dinero a Gustavo?—fruncí el ceño molesta—ya sé que no quieres que le pidamos nada, pero él nos puede ayudar por ahora.

Ya te dije que yo me encargo.

Ya entendí... y ¿si consigo un trabajo a medio tiempo?

No, tú debes enfocarte en estudiar.

Dani puedo trabajar en el lava auto que está cerca de mi colegio, trabajo un par de horas —antes de que le respondiera el continuó—di que si, me siento mal de que siempre debas trabajar para nosotros, vamos—agarró mi mano con fuerza—quiero ayudar en algo.

Sobreviviendo al Bajo MundoWhere stories live. Discover now