Capítulo 8

16 2 0
                                    

DANIELA

Mi madre ha estado muy extraña últimamente, no habla, no quiere comer y ha estado todo el día durmiendo. Nunca la había visto más de tres días en casa, siempre sale.

Fui a su habitación y la encontré llorando, me acerqué a ella y la toqué en la espalda, ella giró a verme y estaba pálida.

Mamá, ¿Qué tienes?—comenzó a llorar nuevamente, me senté en la cama y la abracé, es primera vez que hablamos desde que peleamos—¿Qué te pasa mamá?

Sufrí un aborto—mis ojos se abrieron hasta mas no poder.

¿Cómo?

No sé, empecé a sangrar y fui al médico, me hicieron exámenes y me dijeron que había sufrido un aborto—siguió llorando y la abracé más fuerte, una lágrima rodó por mi mejilla.

Tranquila, quizás no era lo mejor para él bebe nacer ahora, el destino lo quiso así—sus llantos se hacían más fuerte, le acaricié la espalda.

Me duele saber que esa criatura pudo haber tenido un futuro mejor que nosotros, era mi única ilusión cuando me enteré de su embarazo.

Pero el destino así lo quiso, quizás no era su destino nacer, quizás hubiera sido todo lo contrario y hubiera sufrido por este tipo de vida.

Nos quedamos así unos minutos hasta que dejó de llorar.

Mamá ¿Quieres que te haga algo de comer?

Pero no hay nada en la nevera.

voy al super y compro algo ¿Quieres?—asintió—vuelvo en un rato.

Me cambié y les dije a los chicos que iba a salir, ninguno me quiso acompañar. Salí de la casa encontrándome a la zorra de Carmen hablando con Andrés muy acaramelados, ella le acariciaba el cabello y él sonreía; no la soporto. Me quitó a el chico que casi iba a ser mi primer novio. Pero mejor así, me hizo un favor porque él es un bueno para nada.

Dani—me sonrió la descarada—querida hace mucho que no te veía.

Gracias a Dios—dije sarcástica.

Ay no seas así, solo trato de ser buena contigo.

Por Dios Carmen, hoy tienes ganas de joderme la fucking vida—seguí caminando sin saludar a Andrés.

Dani espera...

Corrió a mi dejando sola a Carmen. Internamente sentí una felicidad por ver su rostro estupefacta.

¿Qué quieres?—mi voz sonó molesta.

¿Estás molesta conmigo?—me tocó el hombro, pero lo alejé.

Vete con tu amiguita Carmen—lo dije sin pensar y rápidamente me arrepentí, soné celosa y ni siquiera somos algo.

Ella y yo solo conversábamos.

Si claro—seguí caminando.

¿Estás celosa?—me detuvo, haciendo que lo mirara a los ojos.

¿Celosa? ¿Yo? ¿Por qué debería estarlo?

No sé, de nuestra amistad...—lo miré seriamente—yo no te he hecho nada y ahora me gritas.

Ya olvídalo ¿sí?

Le pasé por al lado y seguí caminando, hoy la parada está lejos.

Sobreviviendo al Bajo MundoWhere stories live. Discover now