Sobreviviendo al Bajo Mundo

Capítulo 3

Mi corazón repentinamente empezó a latir con rapidez ¿Qué rayos me está pasando? ¿Tendré problemas en el corazón o algo así?

Solo moví mi cabeza en forma de saludo y proseguí a hacer lo que vine a hacer.

En varias ocasiones chocaba miradas con él, pero desvío la mirada. En una última mirada, ya no estaba. Bueno así mejor, menos distracción.

Ya estaba terminando cuando oigo mi nombre, al girar la cabeza es él de nuevo, apoyado en el muro que separa su casa de la mía. Caminé hacia él.

—Buen día Dani—me sonrió.

Estaba con un pantalón de hacer ejercicio y un suéter holgado sin mangas, se nota que hace ejercicio y tenía el cabello un poco despeinado.

—Buen día...

—Andrés—sonrió.

—Andrés, lo siento soy mala con los nombres.

—Tranquila... ¿Te puedo preguntar algo?

—Si—llevó su mano a su cabello, despeinándolo aún más.

—¿Cómo se hace los macarrones con queso?—sonrió incomodo.

—Es super fácil, además la cajeta trae las instrucciones...

—Es que...las seguí y se me quemaron.

—¡Ay Dios!—sonreí—¿al menos sabes cocinar arroz?—negó con la cabeza, sonriendo avergonzado—¿y que comes? Vives solo ¿Cómo haces?

—Pan con queso y jamón—rio al ver mi expresión—no sé cocinar.

—Dani, se me olvidó esto—salió Oscar con la ropa del colegio.

—Te voy a matar, pedazo de mierda.

Rápidamente miré a Andrés asustada, dije esas palabras frente a él. Pero a él le hizo gracia.

—Lo siento, estaba debajo de la cama—me lo entregó—¿Qué xopá? Andrés.

—Aquí hablando con tu hermana ¿y tú?

—Voy a jugar videojuegos con Luis ¿quieres venir?

—Ahora no puedo, tengo trabajo que hacer, para la próxima—asintió.

—Además tú tienes tarea, si mal no recuerdo—su cara cambio a incomodo—ve a hacerla.

—Aguafiestas—entró a la casa.

—Ya no te molestaré más, disculpa las molestias—se giró para irse.

—Espera...—se giró para verme—te prepararé los macarrones solo... dámelos.

—No tranquila, ya te estoy molestando demasiado.

—No hay problema, además no debes comer solo pan con jamón, no te estás alimentando bien—sonrió incomodo—solo dame los macarrones y yo lo preparo.

Asintió y entró a la casa, a los segundos salió con los ingredientes para prepararlo, me lo paso por el muro.

—Te estoy molestando demasiado desde que te conocí.

—Tienes toda la razón—el abrió la boca sorprendido.

—Pensé que dirías "no te preocupes, tranquilo" o algo así—sonreí de lado.

—Te estoy diciendo la verdad, pero solo te ayudo porque veo que de verdad lo necesitas—sonrió—te daré un consejo—el asintió—debes ver programas de cocina, así aprenderás algo—comenzó a reír a carcajadas.