Capítulo 6

18 2 0
                                    

Mis ojos se estaban empezando a llenar de lágrimas, no quería parecer débil frente a él, pero es mi primera vez hablando con alguien sobre mi padre y justo tenía que ser Andrés un completo desconocido para mí.

¿Cómo le estoy contando algo a alguien que se supone no quiero forjar una amistad?

No sé.

El irradia un sentimiento de paz y comprensión que sentí ganas de soltarlo todo y desahogarme por primera vez.

Comenzó a acariciar mi espalda y se sentía bien, nunca nadie se había preocupado por mi cuando lloro.

No puedo creer que te estoy contando esto...es mi primera vez hablando de mi padre.

A veces hay que contar las cosas para liberar toda la presión que tienes dentro—seguía acariciando mi espalda—¿no te sientes mejor?

Creo que si—lo miré y él sonrió, haciendo que yo sonriera también.

Mira, estas sonriendo...me gusta verte así.

Cuando iba a hablar, escuchamos un ruido proveniente de su estómago, él sonrió avergonzado.

El hambre se hizo presente—sonreí y sequé mis lágrimas.

Vamos—me levanté—te preparé algo.

No, no, no te preocupes.

Me miró con timidez.

Tranquilo, ya estoy aquí y no tengo nada que hacer—caminé hacia la cocina—¿Qué tienes para hacer?

De verdad no debes—lo miré sonriendo—no me puedo negar a esa sonrisa—hizo que me sonrojara.

Desvié la mirada y abrí la nevera como si fuera mi casa, vi que puedo hacer de comer. Decido hacer algo rápido e hice un poco de arroz, carne guisada y un poco de ensalada, además de unas buenas tajadas.

Para no saber cocinar tiene mucha comida.

¿Te ayudo en algo?—se acercó posicionándose detrás mío, posando sus manos en mis hombros, haciendo que me sintiera nerviosa.

No tranquilo, ya casi termino—traté de no sonar nerviosa.

Serví dos platos y nos sentamos a comer. Ya que yo lo preparé voy a comer también.

Al verlo comer me sentí bien, no es que sea la mejor cocinando, pero no soy mala. Él me sonreía, me perdí en sus ojos café.

Está delicioso—cuando reaccioné me había tirado el vaso encima.

¡Mierda!—me levanté rápido limpiando la ropa.

¿Estás bien?

Si, que tonta—él se acercó con una servilleta ayudándome a limpiar.

Al tenerlo tan cerca, siento como nauseas, escalofríos. En un momento chocamos miradas y dejamos de movernos como si todo alrededor se hubiera paralizado. Cada vez lo sentí más cerca de mí, nuestros labios estaban cada vez más cerca.

Dani...—apareció Carla soñolienta, ambos nos separamos con rapidez y carraspeé.

Dormiste mucho—hablé para romper el aura de incomodidad que se había formado. Ella asintió—¿quieres comer?—asintió y la senté conmigo.

ANDRÉS

Quedé estático ahí parado ¿Qué rayos estoy haciendo? Esto no puede...no debe pasar y más con ella. Casi cometo una torpeza al besarla.

Sobreviviendo al Bajo MundoWhere stories live. Discover now