Sobreviviendo al Bajo Mundo

Capítulo 9

Después de llevarlos, fui hacia mi universidad. Esta vez llegué temprano y ninguno de mis amigos están aquí, es muy extraño.

Me senté en mi banca en el salón, me puse el abrigo de Andrés y tomé una siesta. Hasta que empezara la clase.

Sentí como me zarandeaban, levanté la mirada y era un chico de mi salón.

—El profe ya llegó—me sonrió.

—Gracias—me restregué los ojos y el profesor ya había llegado, pero mis amigos todavía no habían llegado.

Las clases pasaron y estaba tan aburrida sin ellos, como hacen falta. Me sentía un bicho raro y sola. Me sentí enojada todos se pusieron de acuerdo para faltar y no me dijeron.

Al salir les escribí en el grupo que creamos en WhatsApp.

¿Por qué rayos no me dijeron que todos iban a faltar hoy?

Flor

¿Qué?

Yo estoy enferma, por eso no fui.

Alejandro

Lo siento Dani, hoy tuve que llevar a mi padre al hospital.

Mariano

Estuviste sola, pendeja jajaja

Sorry solo me dio pereza ir.

váyanse pal carajo los tres, por no avisar

Guardé mi celular y regresé para la casa. Lo mismo de siempre, pasé por la tienda y me compré una bolsa de papitas fritas y fui al parque a sentarme un rato. Me senté en una banca que estaba bajo el árbol a ver a las personas pasar.

—Hola Dani—miré hacia mi izquierda y mis ojos chocaron con Miguel.

Solo quería un día tranquilo y el me lo va a arruinar, lo presiento.

El fue el chico que la zorra de Carmen me quitó. Ni siquiera sé como me llegó a gustar ese piojito.

—Hola Migue—se sentó a mi lado.

—Ya casi no te veo, ¿estás de vacaciones?

—Si, algo así—lo miré sonriendo de medio lado.

—Oye y que tal tu vecino...todas están locas por el...no sé que le ven si estoy yo—se señaló sonriendo—soy el más sexy aquí—reí.

—Que gracioso, pues tienes competencia—le bajé el ego un poco.

—A ti también te gusta—dijo molesto.

—No es cierto, solo estoy diciendo la realidad y la realidad es que está guapo.

—¿Y yo no estoy guapo?

—Yo nunca dije que no.

—Así me gusta—sonrió. Idiota—¿Por qué no volvemos a salir?

Ya sabía que iba a arruinar mi día.

—La última vez que salimos, me dejaste plantada cuando Carmen te pidió que volvieran, ahueva'o—lo miré con odio.

—Pues no va a volver a pasar, anda vamos.

—No, perdiste tu única oportunidad—me crucé de brazos—además nunca me buscaste para arreglar las cosas, hasta que ella te dejó, por otro—estaba enojado—no me mires así, tú te lo buscaste.